Brufau convoca al consejo para que le ratifique como presidente de Repsol
El ejecutivo espera lograr el apoyo de La Caixa y los independientes frente al interés por sustituirle del presidente de Sacyr, Luis del Rivero
El presidente ejecutivo de Repsol, Antonio Brufau, convocó ayer una reunión extraordinaria del consejo de administración de la petrolera en la que espera obtener la ratificación de su gestión y de su puesto al frente de la compañía. La convocatoria es la respuesta del presidente a algunas informaciones que señalaban que los dos principales accionistas de la petrolera, Sacyr Vallehermoso y La Caixa, estudiaban su sustitución ante el enfrentamiento que mantiene con Luis del Rivero, presidente de Sacyr.
Con el consejo de mañana, Brufau quiere cortar las especulaciones sobre su relevo y se siente con respaldo para ello. Antes de proceder a la convocatoria del consejo, sondeó sus apoyos, en particular el de La Caixa, con resultado positivo, según fuentes conocedoras de la situación. En todo caso, la entidad declinó hacer comentarios. El presidente de Repsol también espera contar con el respaldo de los consejeros independientes y de la mexicana Pemex, el tercer accionista.
La incógnita es si su confirmación servirá para enterrar el debate
Del otro lado, el presidente de Sacyr Vallehermoso, Luis del Rivero, está en contra de que la compañía recorte el dividendo y también discrepa sobre algunos otros puntos de la gestión, en particular la política de inversiones y desinversiones. Sacyr, que tiene un 20% del capital, cuenta con tres representantes en el consejo de Repsol: Del Rivero (vicepresidente primero), Juan Abelló y José Manuel Loureda.
El enfrentamiento del presidente con el primer accionista, además, ha incomodado a La Caixa, segundo socio del grupo petrolero con un 12,7%, y que fue la entidad que promovió el nombramiento de Brufau hace cinco años. A la caja no le gusta nada verse envuelta en el fuego cruzado entre Brufau y Del Rivero, y ha intentado mantener una posición de equilibrio y neutralidad. La Caixa asume que ha dejado de ser el primer accionista de la petrolera y entiende que Sacyr tenga aspiraciones de promover a medio plazo como presidente de Repsol a alguien con quien tenga sintonía. Pero siempre ha apoyado a Brufau en el consejo. La entidad no quiere, en todo caso, que parezca que mantiene una batalla por conservar en la presidencia a una persona de su órbita.
En el orden del día de la reunión extraordinaria, que ha sido convocada para mañana a las 12.30 en la sede de la compañía, el primer punto relevante será la "ratificación de la gestión de la compañía a través del grado de cumplimiento de su plan estratégico", según una comunicación a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. El siguiente punto es directamente la "ratificación de la gestión del presidente ejecutivo y confirmación en su cargo".
Un tercer punto prevé tratar "acuerdos relativos al grado de cumplimiento por parte de los consejeros de sus obligaciones de gobierno corporativo". Con ello, Repsol trata de evitar que se realicen por parte de los consejeros pronunciamientos fuera del consejo que puedan perjudicar a la compañía. También se pretende evitar filtraciones de asuntos tratados en el consejo de Repsol.
En caso de que el presidente de Repsol logre, como todo apunta, la ratificación en su cargo por parte del consejo, la cuestión será si eso zanja definitivamente el debate. El enfrentamiento de Brufau con el primer accionista y la comprensión de La Caixa hacia las pretensiones de Sacyr de tener a alguien cercano como presidente de la petrolera hacen que sea difícil enterrar el debate sin que la tensión estalle por alguna parte. Algunas fuentes opinan que, a largo plazo, Brufau no podrá aguantar al frente de la compañía. Otras creen que será en el seno de Sacyr donde estallen los problemas y apuntan a disensiones entre sus socios y a su alto endeudamiento.
Las relaciones entre Brufau y Del Rivero están deterioradas, pero no así las del presidente de Repsol con otros consejeros y accionistas de la constructora, como Juan Abelló o Demetrio Carceller, que fue quien impulsó la inversión en la petrolera. La constructora entró en Repsol pagando más de 6.500 millones por el 20%, con lo que acumula minusvalías de casi 2.000 millones. Financió su entrada sobre todo con un préstamo cuyo importe pendiente de devolver era, a 30 de septiembre, de 5.039 millones, esto es, superior al valor de mercado de la participación (4.542 millones). El préstamo vence el año próximo.
La constructora quiere rentabilizar a toda costa su inversión, la más importante realizada por el grupo. En la reunión de mañana, previsiblemente, pondrá el acento en los incumplimientos de las previsiones del plan estratégico que, en opinión de Del Rivero, obligan a replantearse el volumen de inversiones. Es una incógnita si Del Rivero hará explícita su oposición a la ratificación de Brufau o si esperará a una mejor ocasión para volver a la ofensiva. Fuentes del sector indican que Del Rivero ha buscado apoyo político para sus pretensiones, aunque es algo que se señaló en anteriores ocasiones y que Del Rivero desmintió.
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