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La crisis del euro

Las Bolsas dan su visto bueno a los acuerdos de Bruselas

El Ibex cierra con una subida del 2,23% y la prima de riesgo baja a 360 puntos básicos. -La buena acogida de Draghi a los avances en la unión fiscal reavivan las expectativas de que el BCE refuerce su papel

La buena acogida que ha dado el BCE al acuerdo culminado en Bruselas para avanzar en la unión fiscal en la eurozona ha convencido finalmente a los inversores de que hoy se ha dado un paso importante para garantizar la supervivencia de la divisa europea. Gracias a ello, las Bolsas han logrado dejar atrás los fuertes descensos de la víspera mientras, en la deuda, ha mejorado la situación de todos los países bajo presión, España e Italia incluidas. Aunque el acuerdo es bueno a medio plazo, en opinión de los analistas, la clave de las subidas sigue estando en el mismo protagonista que ayer provocó las caídas: el BCE. En concreto, porque los inversores insisten en confiar en que opte por una compra masiva de deuda de los Estados con problemas en un futuro. Y eso pese a pese a que hace apenas 24 horas insistió en lo contrario.

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Al cierre, el principal índice italiano, el FTSE MIB, dominaba las subidas en toda Europa con un 3,37% después de quedar ayer como el farolillo rojo con un descenso del 4,3%. Gracias a la que la apertura al alza de Wall Street ha reavivado el optimismo, París ha ampliado en el tramo final del día el rebote al 2,48%, Fráncfort ha subido un 1,9% y Madrid un 2,23%, con lo que pese a las dos jornadas previas a la baja gana un 1,06% en la semana. Los avances han superado el rebote registrado después de conocerse que el número de países dispuestos a sumarse al acuerdo para reforzar el control del déficit se ampliaba a 26, lo que más que una UE a dos velocidades supone la consolidación de la perspectiva de la zona euro. Precisamente, Londres se ha quedado bastante rezagada con un alza del 0,83%.

No obstante, aunque se sientan las bases para garantizar la supervivencia de la moneda común, queda mucho terreno para que lo acordado se convierta en realidad. Por tanto, no se puede descartar que, una vez más, la virulencia de la crisis fiscal del euro supere a las decisiones políticas. Pero hoy no toca pensar en eso por lo que respecta a los hipersensibilizados mercados de renta variable, el terreno de la especulación y el beneficio a corto. Hoy hay que jugar con la expectativa de un final de las turbulencias, aunque todavía quede lejos. Sobre todo en las Bolsas, más proclives a este tipo de estímulos.

El BCE, pero también el FMI, otro de los actores claves en la salida de la crisis y que cobra cada vez mayor protagonismo en detrimento de la dependencia europea, han celebrado los avances para reforzar la unión fiscal y garantizar la supervivencia del euro. En esencia, los acuerdos implican reglas más estrictas para controlar el déficit y sanciones para los incumplidores. El presidente del BCE, Mario Draghi, ha asegurado que el acuerdo "se acerca bastante a un buen pacto fiscal". "Tiene que ser desarrollado y después implementado pero es un resultado muy bueno para la zona euro, muy bueno", ha añadido. Estas palabras allanan el camino a una mayor implicación del BCE en la salvación del euro pese a las declaraciones en el sentido contrario de ayer que hizo el economista italiano, informan Andreu Missé y Claudi Pérez desde Bruselas.

Esta afirmación contrasta, y mucho, con las declaraciones de ayer ayer de Draghi en las que insistió en que la solución de la crisis fiscal es responsabilidad de los Gobiernos. No obstante, su postura podría haber estado condicionada por la cercanía de la cumbre. En este sentido, su antecesor, Jean Claude Trichet, hizo unas declaraciones similares justo antes de reiniciar la compra de bonos de los países con problemas en verano. Aunque, entonces, Italia y España estaban en peor situación que la actual.

En cualquier caso, habrá que esperar. Reuters ha revelado en este sentido que el BCE, de momento, descarta medidas adicionales. Además, fija un tope de 20.000 millones de euros semanales de su programa de compra de bonos. Un límite que, por cierto, solo superó en la primera embestida que hizo tras reactivar las adquisiciones de títulos en el mercado secundario a principios de agosto. "Veremos algunas compras más pero no la potente acción que algunos en los mercados y los medios esperaban", ha asegurado una fuente anónima de la Autoridad Monetaria a esta agencia. "No vemos razones para nuevas deliberaciones", ha justificado otra.

La primera reacción de los inversores a la cumbre de Bruselas, donde el rechazo de Reino Unido a reformar los Tratados ha dejado al archipiélago aislado del resto de la UE, ha sido la de seguir huyendo, pero la alarma ha durado poco. Las órdenes de venta acumuladas de madrugada y que daban continuidad a los descensos de ayer por el paso atrás del BCE sobre la deuda del jueves han llevado a las Bolsas a pérdidas en la apertura y nuevos ascensos en la prima de riesgo. También el euro ha prorrogado su descenso por el jarro de agua fría que lanzó el presidente del instituto emisor del euro sobre las expectativas de que iba a reforzar su actuación contra la crisis de deuda.

No obstante, a medida que avanzaba la sesión, la situación se ha estabilizado, lo que deja en evidencia que las conclusiones de la primera jornada de la reunión no han alterado el ánimo de los inversores. No han dado pie a la mejora, que ha llegado a media sesión por noticias que llegaban de China, aunque al menos no han desembocado en más desplomes. El rebote se ha consolidado después, a la hora de comer, cuando se han empezado a dar a conocer los detalles del que parecía el acuerdo definitivo y una vez que el BCE ha salido a celebrarlo.

Cerca del mediodía, los inversores han optado por mirar a China y dejar a un lado los análisis sobre lo acordado en la cumbre toda vez que la principal conclusión que han sacado es que Reino Unido se queda asilada del resto y se diluyen los riesgos de ruptura del euro. Desde Pekín han llegado noticias de que el Gobierno creará dos fondos con capacidad de hasta 300.000 millones de dólares (223.880 millones de euros al cambio actual) para invertir en activos de EE UU y Europa, lo que supone el desembarco de dinero fresco en el mercado.

En cuanto a las divisas, el euro, tras cotizar estable durante buena parte de la mañana sobre los 1,334 dólares a los que cerró ayer, a pocos minutos de las 13.00 lograba recupera transitoriamente la cota de las 1,34 unidades del billete verde para estabilizarse después sobre los 1,337.

En los mercados secundarios de renta fija, donde se intercambian los títulos de deuda soberana una vez emitidos y donde se establece la prima de riesgo, el sobreprecio exigido a los títulos españoles a 10 años frente a los alemanes lograba darse la vuelta a la par que rebotaban las Bolsas. La mejora ha ido in crescendo a medida que aumentaban las especulaciones sobre el BCE, que habría salido a comprar los títulos del Tesoro español, y por la tarde bajaba en 20 puntos básicos hasta los 359. Esto era posible gracias a que la rentabilidad exigida a los títulos alemanes ha recuperado la tendencia al alza mientras ha empezado a bajar la de los españoles. Está por ver si por el regreso del apetito por la deuda española o solo por las adquisiciones del BCE.

En cualquier caso, la mejora no ha sido suficiente para contrarrestar todo el fuerte ascenso que registró ayer en 50 puntos básicos. Con ello, la prima de riesgo cierra la semana peor de lo que la empezó después de que el martes llegase a caer por debajo de los 300 puntos básicos por primera vez en dos meses. La deuda del resto de países bajo presión también lograba recuperarse menos la de Grecia. En el caso de Italia, la bajada era de 23 puntos básicos a 421.

En los tramos de deuda a más corto plazo, la mejora también era generalizada y, en su caso, se ha prolongado durante toda la mañana en medio de nuevas informaciones de Bloomberg de que el BCE habría comprando bonos italianos en pequeñas cantidades. Gracias al cambio de tendencia frente a la sesión anterior, el tipo reclamado a la deuda a dos y tres años de España lograba situarse por debajo del 5%.

Según ha resumido el economista jefe de Analistas Financieros, José Carlos Díez, el pacto a 26 países para reforzar la gobernanza económica es un "buen acuerdo para avanzar en la Unión Fiscal, pero supone demasiado poco y llega demasiado tarde para resolver la crisis del euro". "Los líderes europeos han definido cuál es el punto final al que quieren llegar en términos de la gobernanza fiscal, pero queda un largo camino por recorrer", ha apuntado a Bloomberg Thomas Mayer. "Soy escéptico sobre la posibilidad de que esto cambie el ánimo de los mercados", ha añadido.

Desde IG Markets, Daniel Pingarrón ha señalado que "tras conocer los acuerdos oficiosos resultantes de la Cumbre Europea, se puede llegar a la conclusión de que ésta no será tan definitiva como se aseguraba". En su opinión, las subida generalizada desde la pasada semana venía marcada por dos hipótesis sobre cuál sería el acuerdo de la cumbre y que se daban casi por seguras: "Los Estados europeos aceptarían someterse a la disciplina fiscal exigida por Merkel y Sarkozy y, a cambio, se permitiría al BCE que aumentase de forma considerable las compras de títulos de deuda en el mercado secundario". Se ha cumplido con lo esperado en el primer punto, pero no en el segundo, ha matizado.

Alemania rechaza de momento ampliar el fondo de rescate

Sobre la ampliación del fondo de rescate, Alemania ha rechazado en un principio la ampliación del futuro fondo de rescate del euro, aunque no se descarta que pueda acabar dando su brazo a torcer en marzo de 2012 si el principio de acuerdo de hoy coge cuerpo. Donde sí hay el suficiente consenso como para cambiar los planes iniciales es en adelantar la entrada en vigor del fondo permanente de rescate (MEDE) a julio de 2012. Este fondo, además, convivirá un año con el fondo temporal (FEEF), que seguirá activo hasta mediados de 2013. El acuerdo también apunta a que las decisiones sobre el uso del fondo ya no se tomen por unanimidad, sino por el 85%, lo que le permite tener mayor velocidad de respuesta.

Este instrumento de emergencia está diseñado para ayudar a los países de la Unión Monetaria con problemas de financiación bien comprando su deuda o bien avalando sus emisiones. Incluso, puede llegar a prestar dinero a sus bancos a cambio, en todos los casos, de medidas de ajuste, y poniéndose a fin de cuentas bajo un programa de supervisión internacional.

El FEEF cuenta con una capacidad de intervención de 250.000 millones de euros si se descuentan los 190.000 millones que ya han sido comprometidos para sufragar los gastos de los rescates a Grecia, Portugal e Irlanda. El MEDE, de momento y a la espera de lo que suceda en marzo, tiene una capacidad de intervención de 500.000 millones de euros. Si no se ha ampliado ya y si no ha habido consenso para concederle una ficha bancaria, lo que le hubiera permitido actuar como una entidad financiera al uso, acceder al BCE y tener una capacidad de intervención casi ilimitada, es por el bloqueo de Alemania a ambas opciones.

Por el lado contrario se ha pactado que el instituto emisor haga de agente financiero del fondo ya que al no tener ficha bancaria no puede hacerlo por su cuenta, lo que no supone comprometer el balance de la autoridad monetaria del euro. Por tanto, no cruza las líneas rojas trazadas por Berlín para evitar crear el riesgo moral tan temido por la canciller alemana, Angela Merkel. Y por su electorado. La propia dirigente alemana ha asegurado que está "encantada" de que el BCE preste su experiencia al fondo de rescate. Mientras, algunos inversores aseguran que la fórmula elegida de que el instituto emisor sea un intermediario deja un pequeño resquicio para que el BCE pueda intervenir en caso de emergencia. Más especulaciones.

Otro de los asuntos que ha quedado para más adelante es el tema de los eurobonos -emisión de deuda mutualizada de los socios de la divisa europea-. Esta medida, en opinión de los analistas, aliviaría con fuerza las presiones sobre la periferia del euro. Pero Alemania las rechaza, ni siquiera aparece en el texto del acuerdo, y Berlín insiste en que habrá que esperar incluso para debatirlos. Al menos hasta junio, cuando la Comisión Europea debe presentar un informe sobre ellos.

Acuerdo para prestar 200.000 millones al FMI

Junto al refuerzo fiscal y el adelanto del mecanismo de rescate, entre los aspectos positivos que han salido del Consejo Europeo, los Veintisiete han llegado a un acuerdo para reforzar con 200.000 millones de euros, a través de préstamos bilaterales, los recursos del Fondo Monetario Internacional (FMI) para afrontar hipotéticos nuevos rescates. A cambio, los países europeos esperan "contribuciones paralelas de la comunidad internacional". De momento, al menos el Bundesbank (Banco Central alemán) no ha descartado que la locomotora alemana aporte su parte correspondiente, que tal y como ocurre con el fondo será la de mayor tamaño entre los socios europeos.

Según ha comentado Pingarrón, la conjunción de los dos fondos de rescate, el dinero prestado al FMI por los países europeos para que rescate, precisamente, a los socios europeos y el fondo de inversión chino formarán la red de seguridad que soportará la crisis de deuda europea y, aunque precisa concreción, "tendría una gran envergadura". "De los detalles de su puesta a punto dependerá en buena medida el rumbo de los acontecimientos", ha aventurado.

Un factor que sí ha aliviado algunos temores es que la UE ha decidido también introducir un cambio en el planteamiento sobre la participación de la banca en los rescates, que en el caso de Grecia se tradujo en una condonación de la deuda del 50%. La incorporación de esta opción tuvo un impacto muy negativo en los mercados, según ha reconocido el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. Según ha asegurado, tras el cambio introducido ayer, esa posibilidad "se ha terminado oficialmente".

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