_
_
_
_

El Banco de España quitará a CCM la ficha bancaria para dejarla en fundación

El supervisor venderá la entidad a trozos al mejor postor si rechaza el cambio

Íñigo de Barrón

Esta crisis financiera prometía grandes sorpresas en España y se han empezado a ver. Hasta ahora, nunca había quebrado una caja de ahorros y había perdido su condición de entidad financiera. Esta deshonrosa condición se había reservado para los bancos y era algo de lo que se jactaban algunos cajeros.

Las cajas no habían pasado de ser fusionadas o absorbidas con cierta limpieza y sin apenas desorden. Sin embargo, Caja Castilla La Mancha (CCM) será la primera que sufrirá la deshonra que supone que el Banco de España le retire la ficha bancaria, probablemente antes de junio de 2010.

La reiterada mala gestión de CCM puede hacer que desaparezca la entidad número 13 de la clasificación por activos financieros, de un total de 45. La Comunidad de Castilla-La Mancha perderá su gran entidad financiera y se quedará sólo con Caja Guadalajara, en proceso de fusión con Cajasol. Cajastur ha sido la única con un plan para salvar los muebles (parte de las oficinas y la plantilla), pero pagará una gran factura por esta operación.

Se espera que el nuevo estatus llegue antes de junio de 2010
La entidad tiene 6.000 millones en créditos dudosos, una parte sin cubrir
Más información
Constituirse en bancos para sobrevivir

Según fuentes cercanas a la operación, para la primera mitad de 2010, dos tercios de los consejeros presentes en la asamblea general deberán aprobar la cesión de oficinas, créditos y depósitos de CCM al Banco Liberta, controlado en un 75% por Cajastur.

A partir de ese momento, dejará de llamarse Caja Castilla La Mancha para quedar como CCM, es decir, Fundación CCM. De hecho, denominarle caja sería un fraude de ley. Si la asamblea se opone a la operación, la caja será intervenida por el Banco de España y vendida por trozos al mejor postor, ya sea un banco u otra caja. Es el mismo dilema en el que se encuentra ahora Cajasur.

El Banco Liberta tendrá una cuenta de resultados equilibrada en el año 2010, gracias a las sinergias de la red y empleados entre Cajastur y CCM. Dispondrá de unos recursos propios que le permitirán tener una solvencia de más del 8% de core capital (el capital de máxima calidad), frente a la media de grandes bancos europeos, que es del 7%.

Además de Liberta, la entidad asturiana también se hará cargo de la gestión de la Corporación Industrial de la futura Fundación CCM.

Cajastur tiene un plazo de siete años para el saneamiento y liquidación de la corporación, cuya responsabilidad patrimonial seguirá siendo de CCM.

Tras este periodo, se espera que CCM pueda devolver parte de los 1.300 millones recibidos del Fondo de Garantía de Depósitos de las cajas en forma de cuotas participativas. No se esperan grandes resultados, ya que lo más valioso que tendrá la Fundación CCM será el 25% de Liberta.

CCM tiene unos 6.000 millones de euros en créditos dudosos, de los que sólo una parte están cubiertos. Cajastur contará con un aval por 2.475 millones como máximo para afrontar la morosidad que surja y los créditos que no se recuperen. Además, otra cantidad superior a 2.500 millones está en la corporación industrial. La segregación de la corporación permite no lastrar la solvencia de la Cajastur resultante de la operación y que ésta nazca solvente y saneada.

Los recortes previstos en CCM no serán grandes: unos 300 trabajadores vía prejubilaciones, el 10% de la plantilla. En oficinas, se reducirá entre el 15% y el 20% de las sucursales, proceso concentrado esencialmente en la red de expansión.

Con la integración de CCM en Cajastur, todos los empleados mantendrán su antigüedad. CCM puede seguir dando obra social porque tiene unos fondos reservados en torno a 50 millones que le permiten la actividad durante al menos tres años y luego poder disponer de los fondos que obtendrá con los beneficios de su participación en Liberta.

La liquidez no será un problema en la operación. CCM tiene 1.500 millones en avales del Estado para emitir deuda que no ha utilizado, dentro del programa de avales establecido para el conjunto del sector. Sus vencimientos de deuda son menores a esta cifra y no tiene problemas de liquidez.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_