"No es un problema puntual sino estructural"

El secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, se mostró ayer tranquilo y confiado en llegar a una solución frente a los tambores de huelga que amenazan con paralizar dentro de dos fines de semana el fútbol español. "Creo que podemos deducir que se va avanzando. No es un problema puntual de si faltan 9, 10 o 15 millones de euros por lo que pueda ocurrir a final de temporada; es más un problema de arquitectura, estructural del fútbol profesional, de las deudas que pueda haber con Hacienda, con la Seguridad Social o con proveedores, jugadores, etc., que se agrava con la crisis económica y afecta más cuanto más modesto es el club", señaló Lissavetzky, que en los últimos días se ha reunido con el presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), Luis Rubiales, y con el de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), José Luis Astiazarán.

Lissavetzky hizo estas manifestaciones tras la firma de un acuerdo entre 26 centros universitarios y la Agencia Estatal Antidopaje para impulsar la formación en materia de protección de la salud y lucha contra el dopaje. "Seguiremos buscando soluciones para el fútbol más modesto de Segunda B y Tercera y también para la parte profesional en lo que nos corresponda. La sociedad es lo suficientemente madura e inteligente para saber cuál es la situación del fútbol español y tendría guasa que alguien pensara que el CSD, que tiene unos 170 millones de euros de presupuesto, tuviera que ver con una situación que mueve miles de millones. Ese no es el tema", añadió.

De acuerdo con el actual convenio colectivo que regula el fútbol profesional, firmado el 31 de julio de 2008, la patronal está obligada a avalar a los clubes de Primera y Segunda que entren en Ley Concursal, a la que esta temporada ya se ha acogido el Xerez y parece que harán Mallorca y Valladolid. Sin embargo, la LFP se declara "imposibilitada" por la falta de recursos económicos, para lo que reclama que el CSD cumpla con las "fórmulas de reasignación" del 10% que el organismo recibe de las Quinielas.

A la expectativa, Rubiales y su Junta consideran que siguen sin producirse "avances muy significativos" para evitar la huelga. Para no llevarla adelante el sindicato de futbolistas, el más importante del mundo -engloba a más de 6.000 afiliados, de los que la mitad ya están retirados-, reclama el pago de los 4,1 millones que quedaron a deber a más de 200 jugadores de Segunda B la temporada pasada, la ampliación de las coberturas del Fondo de Garantía Salarial para la categoría -la Federación pretende subirlo de 300.000 euros a un millón, cifra que Rubiales entiende "un parche"-, que Tercera tenga un convenio y el cumplimiento de las garantías económicas de los clubes declarados en situación concursal tanto en Primera como en Segunda. Además, no olvida los 6,8 millones que la Federación le debe desde hace años.

"No es el momento ni la manera de hacer las cosas, hay que arrimar el hombro y dejar de joder la marrana", reprocha a los futbolistas el presidente del Getafe, Ángel Torres. "Es la hora de ser solidarios. Ya lo fuimos en el 2007 cuando entre todos pusimos 10 millones para proteger a los equipos de los impagos y ahora hay que dar otro paso al frente", zanjó el mandatario del Getafe, que aun así entiende que "es posible que sea el momento para acabar con un problema que se viene arrastrando desde los últimos 20 o 30 años".