La pista del dinero

Las escuchas a las que fue sometida Marta Domínguez por los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil fueron de tal densidad que incluso uno de ellos se enteró de que la atleta palentina estaba embarazada antes incluso que la mayoría de sus familiares. Incluso, a mediados de octubre, cuando Marta Domínguez hizo público que se retiraba temporalmente del atletismo para centrarse en la maternidad, uno de los agentes bromeó con los compañeros: "Vaya, al final lo ha anunciado, pero tampoco importa que se retire, la tenemos ya bien agarrada".

Aparte de este chascarrillo, que podría servir para reflexionar sobre la fragilidad de las personas ante el sistema, las intervenciones telefónicas, escuchas y seguimientos a los que fue sometida la gran dama del atletismo español, les han servido a los agentes que han llevado a cabo la Operación Galgo para establecer, según sus cálculos, la acusación de suministro a otros atletas de sustancias dopantes. Los investigadores han inspeccionado además los ingresos económicos de Marta Domínguez, y también los de la mayoría de los arrestados en la operación, que pasarán hoy a disposición judicial en Madrid, y han llegado a la conclusión de que muchos de ellos no están justificados por la mera práctica del atletismo y lo que habitualmente lleva anejo -premios, becas, patrocinios, fijos por participación en carreras, explotación comercial de la web en la que la campeona del mundo ofrece consejos de entrenamiento a los aficionados...-, sino que debe haber algo más. Según fuentes de la investigación hay cuentas corrientes en paraísos fiscales e indicios de blanqueo de dinero -también se intervino dinero en metálico a algunos de los detenidos-, que serán el próximo filón en el que se centren los agentes, quienes, aparte del trabajo actual, y de los próximos días, de análisis de las declaraciones de los 14 detenidos, tienen un par de tareas urgentes.

Los agentes creen que cerca de Madrid hay un gran almacén con productos dopantes

Atletas entrenados por Manuel Pascua fueron interrogados ayer en la Blume de Madrid

Eufemiano habría reconstruido el sistema de transfusiones de la Operación Puerto

Con una, el interrogatorio como testigos de todos los atletas entrenados por Pascua Piqueras, continuaron ayer en la residencia Blume de Madrid. A todos ellos, a los que se pregunta directamente si Pascua les ha ofrecido sustancias dopantes y si Marta Domínguez les ha suministrado, se les ha tomado también una muestra de saliva para cotejar su ADN con el de las bolsas halladas en el domicilio de Alberto León en El Escorial. La otra está ligada a la constatación de la escasez de bolsas en ese piso y la ausencia de la maquinaria necesaria para el almacenaje y la refrigeración de la sangre, sobre todo la centrifugadora con la que se separan los glóbulos rojos del plasma para conservar separados ambos elementos. Debido a ello, y a ciertas conversaciones grabadas de Alberto León, los investigadores están convencidos de que existe en las cercanías de Madrid un gran almacén, con bolsas de más deportistas, y no solo atletas, y los útiles precisos para las transfusiones y las refrigeraciones y congelados.

Para hallarlo serán clave los interrogatorios a que está siendo sometido Eufemiano Fuentes, quien, según creen los investigadores, ha reconstruido la logística de la empresa de transfusiones desarticulada en la Operación Puerto , y el análisis de la documentación incautada al médico canario en su domicilio de Las Palmas, donde fue detenido el jueves, y en sus pisos de Madrid, adonde fue trasladado el viernes a la espera de su puesta a disposición de la juez del juzgado 24, en la Plaza de Castilla, hoy por la mañana.

Un somero análisis de lo hallado ha permitido a los agentes de la UCO establecer que Eufemiano Fuentes seguía manteniendo relaciones comerciales con un buen número de deportistas, no solo atletas, de muy buen nivel, y no solo españoles. Los papeles y documentos de ordenador requisados pertenecen tanto a sus actividades previas a la Operación Puerto como a las posteriores, en las que siguió activo, según las fuerzas policiales, a pesar de que públicamente siempre afirmó que solo se dedicaba a su trabajo como ginecólogo en un ambulatorio de Gran Canaria.

Mientras, la mayor preocupación de las autoridades deportivas es conseguir que una vez cerradas las actuaciones, la autoridad judicial que solo se preocupará del presunto delito de incitación y facilitación de dopaje, lo único que castiga el código penal, y no el consumo, les remita las pruebas necesarias para abrir expediente sancionador a los deportistas de los que se pueda probar que se han dopado. Su mayor miedo es que se pueda repetir la contradicción de la Operación Puerto, en la que muy pocos ciclistas pudieron ser sancionados pese a saberse que muchos se habían dopado, al negar el juzgado las pruebas a las autoridades deportivas.