Los jugadores del Levante, a la huelga
Los futbolistas anuncian un paro de 48 horas el próximo fin de semana si el club no les paga los 18 millones que les debe
Saúl Fernández, nacido en Oviedo, es un interior derecho procedente del filial que debutó con el Levante el 28 de octubre pasado frente al Atlético. Hace una semana cumplía 23 años. Y sus compañeros quisieron regalarle una Play Station por su aniversario. Cada uno colaboró con 50 euros. Un billete de 50 euros es, en teoría, una minucia para un futbolista de la Primera División. Pero no para uno del Levante. Un compañero contempló, entre la admiración y el estupor, cómo uno de los que puso esos 50 euros pidió prestados a su padre otros 300 días después para llegar a fin de mes.
A la desmoralizadora marcha deportiva de este equipo -ya ha asumido que jugará en Segunda la próxima temporada y el miércoles se quedó sin entrenador tras la marcha de De Biasi al Torino- se unen constantes problemas para asumir los gastos diarios.
Algunos han vendido el coche o mandado a la familia con los padres para ahorrar
Tras la última excusa del club, los jugadores anunciaron ayer que harán una huelga de 48 horas los días 26 y 27, el próximo fin de semana, coincidiendo con el encuentro de Liga que les enfrentará al Recreativo. La carta de huelga, firmada por toda la plantilla -adoptó la decisión por unanimidad-, ya ha sido remitida al representante legal del club.
"Si antes del partido no hay una solución, haremos huelga", explicó el capitán, Rubiales. Los jugadores, que seguirán entrenándose hasta el viernes, contemplan incluso viajar a Huelva para esperar hasta última hora. "Es una medida legal, no un plante. Seguiremos abiertos a negociaciones, pero vamos a ir hasta las últimas consecuencias", añadió. Si no jugasen, perderán el encuentro por 3-0.
El Levante debe ya mucho dinero a sus jugadores. No han cobrado la nómina de marzo ni la paga extra de Navidad. Pero tampoco los pagos vencidos de la ficha de esta temporada ni gran parte de las retribuciones correspondientes a la campaña anterior o los 200.000 euros netos en concepto de prima por puntos. Tampoco las cantidades relativas a gastos de vivienda o cláusulas individuales. En total, unos 18 millones. Estas deudas han abocado a muchos futbolistas a situaciones insostenibles.
Algunos jugadores han tenido problemas con sus caseros, a quienes deben el alquiler; hubo quien vendió el coche o quien lo ha puesto en venta; los ha habido también que han enviado la familia a casa de los padres para ahorrar algo de dinero; otros se han visto forzados a pedir una ayuda económica a padres o hermanos...
Son motivos suficientes para, tras meses de promesas, poner al club contra las cuerdas. Los dirigentes les comunicaron el miércoles que aún no podrán empezar a cobrar, por lo que el plazo límite de 12 días anunciado una semana antes se desmoronaba. El Levante no ha encontrado aún ninguna entidad bancaria que le conceda un crédito hipotecario con el estadio como aval. La camiseta que mostró ayer el lateral Manolo Gaspar resumía el sentir del grupo: "Solución ya, no más mentiras".
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