Los interrogantes de un 'caso cerrado'
Las peticiones de la acusación que el juez Antonio Serrano no permitió que se llevaran a cabo en la trama de dopaje
Un ciclista profesional español se quejaba amargamente esta semana, pocos días después de que el juez Antonio Serrano archivara la instrucción de la Operación Puerto. "Ahora se puede decir que nos dan por todas partes, doblemente", explicaba. "Los tramposos dicen que el archivo es como una absolución, como si se demostrara que eran inocentes, así que, casi seguro, seguirán haciendo lo que hacían antes y con más impunidad aún. Seguirá entonces habiendo diferencia entre los que vamos limpios y ellos, que encima no sólo nos volverán a ganar, sino que también se reirán de nosotros por pardillos".
Quizás exageraba el dolido ciclista, y quizás aún es demasiado pronto para que las decenas de corredores implicados en la Operación Puerto puedan considerar sus cuitas acabadas -si el recurso del fiscal, presentado la semana pasada, al que seguirá uno del abogado del Estado, no prospera, el caso, y las bolsas de sangre, pasarán a las diferentes federaciones y a la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), que podrán incoar expedientes de sanción por positivos no analíticos-, pero la creencia en algunos ambientes de que la Operación Puerto, la mayor intervención contra el dopaje llevada a cabo por las fuerzas de seguridad en Europa, ha sido un globo hinchado, una invención de la Guardia Civil, es una de las consecuencias inmediatas del proceder de un juez que asumió de forma enérgica la instrucción del caso para dejarlo languidecer en los meses sucesivos, exceptuando la agilidad que demostró para investigar la filtración del sumario a EL PAÍS. En este sentido, su auto de archivo muestra, según la acusación, todo lo que pudo haber hecho para impulsar la investigación y las diligencias y no hizo.
El argumento principal del juez Serrano para decidir el archivo de la causa consiste en que los hechos cometidos por los imputados no revisten carácter de delito tipificado en el Código Penal, sino que, en todo caso, podrían ser considerados culpables de dopaje, lo cual en el momento de su detención, mayo de 2006, no era delito. Esta visión, sin embargo, choca frontalmente con la mantenida por el mismo juez al comienzo de la operación.
Entonces, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, a las órdenes del coronel Félix Hernando, pidió al juez los mandamientos de interceptación telefónica para continuar las investigaciones. Si el juez hubiera pensado que los hechos no eran constitutivos de delito, habría denegado la petición, ya que no es posible limitar derechos fundamentales para investigar infracciones administrativas, señalan fuentes jurídicas consultadas. Sin embargo, el juez Serrano resolvió dirigir la investigación, abrió diligencias y expidió los mandamientos solicitados para interceptar las comunicaciones telefónicas y las entradas y registros para que las pesquisas continuaran. En estas resoluciones el juez justifica el sacrificio de los derechos fundamentales, intimidad e inviolabilidad del domicilio precisamente en que se están investigando graves hechos delictivos contra la salud pública. O bien el juez actuó con prematura ligereza al principio o el archivo acordado ahora es infundado.
Además, el juez ha optado por el sobreseimiento libre, modalidad que equivale a una sentencia absolutoria y veda toda investigación futura aunque se descubran nuevas pruebas, mientras que si hubiera dictado un sobreseimiento provisional se podría reabrir la causa en cuanto se encontraran nuevos indicios.
Y para hallarlos quizás habría bastado con que el juez hubiera autorizado algunas diligencias solicitadas por los investigadores y la fiscal, que nunca se han llevado a cabo, y no hubiera dado por buenas sin más las declaraciones de los imputados.
El asma de Eufemiano
Cuando se detuvo a Manolo Saiz, la Guardia Civil halló en su poder un paquete con varias cajas del medicamento Synachten -principio activo de uso hospitalario que se usa para probar la función adrenal, porque induce al organismo a secretar corticoides, y figura en la lista de sustancias prohibidas de la AMA-, etiquetadas en francés y alemán, que había enviado por mensajero urgente Ignacio Labarta desde Zaragoza. Los investigadores rastrearon su ruta hasta su origen y, en colaboración con la policía alemana, descubrieron que provenían de un desvío ilícito de una farmacia hospitalaria germana y que habían llegado a España a través de Markus Choina y su esposa, dos colaboradores de Fuentes. En su auto de archivo, el juez deja de lado todas las evidencias presentadas por los investigadores y da por buena la explicación de Fuentes de que se trataba de un medicamento de uso personal para curarse el asma.
También para uso personal del ginecólogo canario eran, al parecer, las cajas de cartón conteniendo ampollas de vitamina C intravenosa halladas en su poder. Eufemiano Fuentes declaró que con ellas se trataba los catarros. Aunque los complejos vitamínicos y minerales no son peligrosos en sí, su uso conjunto con otros productos prohibidos puede dessencadenar sinergias peligrosas para la salud. Y también está muy estudiado cómo el abuso de hierro tiene graves efectos sobre el hígado.
Los ciclistas 'sanos'
El juez también afirma en su auto que no tendría sentido continuar pidiendo el testimonio a los ciclistas, ya que si alguno hubiera sufrido algún problema de salud por los tratamientos dopantes lo habría comunicado voluntariamente y sin dudar. Aparte de lo que tiene de juicio de intenciones, el juez Serrano en ningún momento quiso contar ni ahondar en los posibles problemas de salud provocados por el dopaje. Así, el juez, que también se negó a interrogar a Jesús Manzano, denegó la solicitud de un mandamiento para solicitar la historia clínica de un ciclista que, según publicó un especialista de la Clínica Universitaria de Navarra, había sufrido hace años un episodio cerebral provocado por el efecto sinérgico del consumo de EPO, hormona de crecimiento y vitamina A.
El juez también denegó la solicitud respecto al ingreso hospitalario durante el pasado Giro de Italia de Marcos Serrano, identificado como cliente del grupo de Fuentes por la Guardia Civil. El juez lo devolvió indicando en su resolución que si había habido un delito de lesiones debía presentarse denuncia en fiscalía como hecho independiente, no ligado a la Operación Puerto.
No al ADN
También negativa fue la respuesta del juez a la petición de que se extrajeran muestras de ADN de la sangre intervenida para el estudio del perfil genético y la identificación de los donantes.
Y a los ordenadores
De la informática no quiso saber tampoco nada el juez. No autorizó, por ejemplo, el volcado de la información contenida en los teléfonos móviles y en las tarjetas SIM incautadas, y aunque sí permitió que se volcara el contenido de los discos duros de los ordenadores requisados, lo efectuó bajo su estricto control y no dejó a los investigadores acceder a esa información. Así, no se pudieron comprobar muchos de los rumores -y afirmaciones de Eufemiano autoinculpándose- que han acompañado a la investigación, especialmente la posible implicación de otros ciclistas, aparte de diferentes deportistas, como atletas, futbolistas o tenistas, en la trama de dopaje.
Los 'casos Pérez y Hamilton'
En septiembre de 2004, Santi Pérez y Tyler Hamilton, ciclistas del Phonak, dieron positivo por transfusión de sangre homóloga -mismo tipo, diferente donante-, un hecho de lo más extraño y aún no aclarado. Fue extraño porque ambos ciclistas figuraban, según los investigadores, entre los clientes de la trama de autotransfusiones y su sangre estaba almacenada en las neveras de Fuentes. La única explicación plausible, y no investigada por el juez, al doble positivo es que en el proceso de reinfusión se hubiera producido un error con las bolsas, que Pérez se reinfundiera la sangre de Hamilton y viceversa. Si esto fuera así quedaría probado, en cierta manera, que la forma de almacenamiento y la identificación de las bolsas con códigos y números no era la más adecuada y prudente. El peligro para la salud es evidente: el error podría haber conducido a un shock anafiláctico a ambos deportistas si no se hubiera dado que sus tipos de sangre eran compatibles. El juez minimiza este riesgo de una forma absoluta. "Así, sangre encontrada", señala, "tenía no un determinado receptor, sino uno concreto -misma sangre para la misma persona-, por el sometimiento al control médico y que era su propia sangre (sic), minimizando el potencial riesgo que, incontrolado, podría causar cualquier otro medicamento". El juez tampoco quiso esperar la llegada de un informe del centro de Transfusiones de la Comunidad Autónoma de Madrid sobre las condiciones de almacenamiento y congelación de la sangre. Obvia el juez en su auto los indicios y los informes sobre el riesgo para la salud de la realización de transfusiones sanguíneas olvidando cualquier medida de conservación o vigilancia sobre las muestras de sangre.
No declara Manzano
En su alegato en el diario As, y en declaraciones al fiscal italiano Guariniello, el ex ciclista Jesús Manzano explicó cómo estuvo a punto de morir al producirse un error con las bolsas de sangre durante una transfusión. El juez, sin embargo, no creyó necesario citarle a declarar, alegando que en su demanda ante el juzgado número 10, posteriormente archivada, Manzano denunciaba la prescripción por parte de Eufemiano Fuentes de sustancias dopantes y prohibidas. "Y en el procedimeinto instructorio que nos ocupa ninguna manifestación hay del mismo", señala el juez Serrano. El testimonio de Manzano, aparte, tendría una importancia simbólica: a raíz de su denuncia sobre el dopaje organizado en su equipo, la Guardia Civil, más dedicada a la represión del tráfico de medicamentos, empezó a atar cabos y a ligar actividades.
Medicamentos falsificados
Otra diligencia no practicada fue la demanda de un informe a la Agencia Española del Medicamento (AEM) sobre el análisis de los medicamentos intervenidos y el posible riesgo para la salud de su consumo. Los productos hallados en los registros eran una gran y variada cantidad. Convivían almacenadas en desorden en los apartamentos de Fuentes hormona de crecimiento china y EPO chinas (Eposin y Jintropin) junto a gran cantidad de pastillas almacenadas a granel, que, según los investigadores, provenían de lotes de esteroides anabolizantes, algunos caducados, retirados del mercado por su peligrosidad, y junto a cajas con ampollas de cafeína intravenosa. También hallaron cajas de Norditropín (hormona de crecimiento) supuestamente falsificado, con el mismo cartonaje que el que se descubrió en fábricas clandestinas del Levante durante la Operación Mamut en mayo de 2005. El informe de la AEM habría despejado las dudas sobre la posible falsificación de medicamentos, con lo cual se habrían podido añadir más argumentos para concluir en delito contra la salud: el tráfico ilícito de medicamentos -indicios: el Synacthene rastreado hasta un hospital alemán- y el uso de falsificaciones.
Análisis de sangre
Al laboratorio antidopaje de Barcelona, recomendado por el Consejo Superior de Deportes (CSD), se remitieron para su análisis 99 bolsas de plasma congelado. Se analizaron y se detectó restos de EPO exógena en ocho de ellas, aquéllas que tras un estudio previo más posibilidades tenían de contenerla. No se analizaron en busca de EPO las restantes 99 ni tampoco, debido a la deuda de 25.000 euros contraída con el laboratorio por los primeros análisis, las 73 bolsas de glóbulos rojos que también se intervinieron. Un informe posterior del Instituto de Toxicología rebaja el posible riesgo para la salud de la EPO detectada alegando que había muy poca cantidad. Este informe no tiene en cuenta que la investigación no trata de un consumo puntual de una sustancia, sino de un consumo continuado en combinación con otros productos, como los anabolizantes y la hormona de crecimiento, cuyos efectos perniciosos para la salud están documentados. Además, en el contexto del uso de las transfusiones para competiciones deportivas en las que la EPO está prohibida, la detección de la hormona en algunas bolsas es un síntoma de falta de control absoluto sobre su dosificación y su eliminación. Una transfusión con una bolsa contaminada daría lugar a un positivo en la competición. Los investigadores no descartan que tal fuera el origen del positivo de Heras en la Vuelta 2005.
Operación Mamut
El juzgado 31 estaba además a la espera de que la Audiencia Nacional le remitiera las diligencias iniciales de la Operación Mamut, trama de tráfico y fabricación clandestina de sustancias en la que intervinieron, presuntamente, personas cercanas a algunos de los implicados en la Operación Puerto.
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