La hora de los mejores

El fútbol riñe con el politiqueo, por mucho que algunos del gremio se empeñen en golear en los despachos y muchos jerarcas de la política y las finanzas quieran rematar desde el palco. A Vicente del Bosque nunca le gustaron el frac y el canapé. Siempre prefirió ver el fútbol desde la Ciudad Deportiva o los banquillos. Nada más le hizo falta para ganarse el afecto popular, por mucho que su talante sencillo no deslumbrara a cierto mando. Logró dos Ligas y dos Copas de Europa, pero pocos le señalan como un técnico de esos que ahora se etiquetan como ganadores. A Del Bosque no le hacen falta coristas interesados, él siempre concedió a los jugadores una cuota mayoritaria del éxito. Y así lo hará en Sudáfrica si brilla España; si no, asumirá la catarata de críticas correspondiente con la dignidad y la prudencia que le distinguen.

Es solo la convocatoria de Del Bosque, con los mejores, sin dobleces ni politiqueos

Nada ha hecho Diego López para el exilio, solo que Valdés ha estado insuperable

El vestuario quedará a salvo. Ya lo saben los 23 elegidos ayer cuando comprobaron que con Del Bosque no hay listas políticas, ni derechos vitalicios ni concesiones mediáticas. Es la lista de Del Bosque, sin más. Una plantilla elegida desde el pleno convencimiento interior de que ahora estos son los 23 mejores. Y lo son, como dice su cabeza. ¿Qué ha hecho Diego López para no ser convocado? Pues nada, hacer no ha hecho nada, simplemente que esta temporada Víctor Valdés ha estado insuperable. ¿O es que hizo algo Palop [portero en la Eurocopa de 2008] para ganarse el exilio en favor de Diego López? Con Valdés, España no solo alista a un gran portero, sino a alguien acostumbrado a jugar bajo enorme presión en un club en el que tradicionalmente a los porteros no les han pasado una. Es un equipo que gobierna de tal forma los partidos que en la portería es imprescindible mantener un elevado grado de concentración en largos periodos de inactividad.

¿Debe purgar Senna? Nada tiene que expiar el excelente centrocampista del Villarreal, decisivo en el podio de Viena, pero las lesiones le han martirizado cuando está a un paso de los 34 años. En su puesto, Javi Martínez, energía pura, futbolista de largo recorrido. De igual modo, Llorente ha podido con un Negredo gripado en el pulso final por ser el delantero diana, el pivote capaz de jugar de espaldas, sin techo para el juego aéreo, un recurso también necesario. Y qué decir de Pedro, el futuro anticipado frente a un Güiza enredado en el volcánico Fenerbahçe.

Sostiene Del Bosque en privado que por cada argumento que él ofrece sobre un convocado cabe, como mínimo, otro en contra. Este seleccionador no se atribuye la verdad absoluta. Por un lado, porque en el juego no hay muchas; por otro, porque su lista solo es su lista, la de Del Bosque, sin dobleces. Juega limpio: llora por los que se han rezagado y ampara a los que han acelerado. Corazón no le falta, cabeza tampoco.