Ni un euro por el himno
Algunos clubes se niegan a pagar a la SGAE el canon por la música en los campos, entre 92 y 147 euros, según el aforo, aunque la mayoría de autores ceden sus derechos
"Yo no canto en la ducha ni silbo por la calle porque tengo miedo a la SGAE". Más de 145.000 personas forman parte de este grupo en la red social Facebook. Los internautas ironizan sobre el control férreo que ejerce la Sociedad General de Autores y Editores sobre los derechos de los cinco millones de obras de sus 100.000 socios. Pero sus tarifas también han enmudecido algunas instalaciones deportivas. Es el caso del CF Badalona, de Segunda División B, que anunció la semana pasada que renunciaba a utilizar su himno por no pagar los 92 euros del canon. A la lista de los rebeldes se sumó este lunes el Balonmano Ciudad Real, que hizo pública su decisión de no seguir pagando las tarifas de la SGAE por poner música en el Quijote Arena.
También se paga cuando el sonido es esencial: gimnasia rítmica y patinaje
El Valencia llegó a un acuerdo para que sonaran sus típicas bandas en Mestalla
Escuchar la última de los Black Eyed Peas o Paquito el chocolatero mientras tu equipo calienta tiene un precio. Desde los 92,41 euros por partido para aforos inferiores a 5.000 espectadores, hasta los 147,89 para los estadios de más de 50.000 aficionados, como el Bernabéu y el Camp Nou -110 euros para los recintos entre 5.001 y 20.000 personas, y 129,39 para los aforos entre 20.001 y 50.000-. En los espectáculos en que la música es esencial, como la gimnasia rítmica o el patinaje, las entidades organizadoras deben abonar 258 euros por cada 1.000 espectadores. Así lo recoge la lista oficial de tarifas de la SGAE para 2010. Esto incluye la reproducción de cualquier tipo de música, incluso de sus himnos. Aunque la mayoría de los autores, por el valor emotivo de las composiciones, ceden los derechos a los clubes. Esto es lo que pensaba el Badalona cuando en 2003 quiso que los compositores del himno de su centenario renunciaran a su propiedad. Lo hicieron todos, menos uno.
"Nosotros elaboramos el himno de forma gratuita, pero yo no quise renunciar a mis derechos y no firmé el documento", explica al teléfono Joan María Solé, creador de la música de la discordia. "Si la SGAE le reclama al club, no es mi problema", asegura descontento por la falta de entendimiento con el equipo, al que llegó a ofrecerle la utilización ilimitada del himno por 300 euros al año.
Cuando el pasado noviembre los directivos del Balonmano Ciudad Real recibieron la visita de dos abogados de la SGAE se quedaron estupefactos. No les reclamaban el pago del canon por su himno, del que poseen los derechos, sino que les pedían el importe atrasado de los últimos cinco años por poner música en el pabellón. "No estamos en contra de la Ley, sino de su desfasada aplicación. En el deporte la música es secundaria, pensamos que esto es un abuso", dice Luis Miguel López, director general del club que lidera la Liga Asobal.
Por ello, no piensan pagar un euro más. En el Quijote Arena sólo sonará a partir de ahora música de los 200 grupos manchegos que han cedido sus derechos a la asociación local Pink Satura. "Lo de los cinco años de atraso, tendrán que demostrárnoslo. Sabemos que si vamos a los juzgados perderemos, pero alguien se tenía que plantar", dice López.
Éste no fue el caso del Power Electronics Valencia, que pasa por caja religiosamente. "Aquí pagamos, como todos", dice Virginia Ortiz, responsable del área legal del cuarto clasificado de la ACB. Los tentáculos de la SGAE llegaron al pabellón de la Font de Sant Lluís unos meses después de que la Sociedad de Autores reclamara al Valencia CF el abono de un canon por las obras que interpretaban las bandas de música que acuden a Mestalla. El Valencia se negó a pagar la tarifa, pero en septiembre de 2004 la entidad llegó a un acuerdo con la SGAE para asegurar los pasodobles en el campo.
La mayoría de clubes están al día con sus pagos, dice Antonio Rojas, director de comunicación de la SGAE. "Nuestra relación con el deporte es buena, sólo salen a la luz los casos negativos". De momento, el himno del Badalona no sonará más por megafonía. Lo que pase en las gradas es otra historia; con permiso de la SGAE.
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