"¡Las españolas nos han robado!"
Las rusas rompen el protocolo para acusar a Ana Tarrés de copiar sus ejercicios.- España consigue su séptima medalla y cierra su actuación con récord de medallas
"¡Nos habéis copiado!", clamaba Anastasia Davidova con esos ojos azules, grandes, que se inyectaron en sangre para clavarse en las gafas blancas de Ana Tarrés. La estrella del equipo ruso de natación sincronizada estaba furiosa. Se encendió al oír la traducción de la declaración de la entrenadora española, que acababa de decir que de las siete rutinas posibles, España había presentado coreografías nuevas en cinco, mientras que Rusia sólo lo había hecho en dos. "Hemos sido el equipo más innovador del Mundial", dijo Tarrés. En el aspecto coreográfico, esto era incontestable. Pero Anastasia Davidova no se mantuvo impasible. Haciendo un gesto imperioso, arrebató el micrófono al moderador y, poniéndose de pie, lanzó una filípica desaforada. "¡Vosotras nos habéis copiado todas las coreografías! ¡Sois unas mentirosas! ¡Las españolas nos han robado!".
Rusia acababa de ganar su sexto oro en estos campeonatos. España acababa de ganar su séptima medalla, la sexta de plata, tras otra batalla naval en la piscina del Foro Itálico. Las rusas, como siempre, habían sido muy bien valoradas por los jueces, mientras que las chinas y las españolas habían recibido puntuaciones bastante más bajas, cosa que los aficionados no comprendieron. Por primera vez en la semana, los cerca de 10.000 asistentes en las gradas abuchearon con mucha pasión a los diez jueces, mientras se anunciaban sus puntuaciones.
El ruido de las tribunas anticipó que las escaramuzas habían acabado. Terminaba la guerra fría. Empezaba la guerra abierta. Se vio más tarde en la sala de prensa. Ana Tarrés salió del recinto encantada con el jaleo que se había desencadenado, tras la rusa, que abandonó el escenario dando tumbos, con aire melodramático. Fue la constatación de que España ya ocupa un lugar fundamental en este deporte. Es una gran potencia, muy por encima de Estados Unidos o Japón, otros poderes tradicionales. Ya lo dijo el Quijote: "Ladran, Sancho...".
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