"El esfuerzo no se negocia"
En un final de Liga no apto para cardíacos, Diego Pablo Simeone (Buenos Aires, 36 años) devolvió a Estudiantes de La Plata el pasado 13 de diciembre un título que no cataba desde hacía 23 años. A falta de dos jornadas, los pincharratas estaban a cuatro puntos del líder del torneo Apertura, Boca Juniors. Empatados a 44 puntos, remontaron el partido de desempate (2-1) en la cancha neutral de Vélez, el primer equipo del Cholo. "Charlemos, charlemos", invita Simeone al otro lado del teléfono.
Pregunta. Tasaron a lo grande su chaqueta después del Apertura.
Respuesta. Siempre hacemos un acto de beneficencia, y bueno, me pareció una buena idea subastarla y dar a un hospital lo que se podía sacar.
"Suspender el fútbol no es bueno. Lo mejor para los que se salen de las leyes es crearlas firmes"
P. ¿Cuánto se ganó?
R. No importa cuánto. La plata no importa. ¿Cuánto fue? Unos 12.000 pesos argentinos [3.000 euros]. Acá es un buen número.
P. "En la vida siempre hay que creer". Así resumió el triunfo.
R. ¡Es que en la vida siempre hay que creer! Es la mejor manera de encararlo todo. A partir de ahí, el trabajo diario, pensando que siempre se va a poder.
P. Así que el esfuerzo no se negocia.
R. Uno puede jugar bien o jugar mal, pero el esfuerzo no se negocia. Es una pauta clara de la manera de trabajar que tenemos. Nuestra base y prioridad es el esfuerzo. El esfuerzo es la base de todo. Con él viene lo demás.
P. ¿Es casualidad que la camiseta de Estudiantes tenga un gran parecido con la del Atlético?
R. La verdad es que me va muy bien con esos colores... Lo he pensado también, pero bueno, vivo en la realidad, que es Estudiantes, y estoy muy bien. Trabajo tranquilo y muy cómodo.
P. Perseveraron y no cejaron nunca. ¿A Boca se le escapó el título o se lo arrebató Independiente?
R. Mirá, 44 puntos los habían sacado muy pocos equipos en estos campeonatos. A nosotros nos tocó, como a todos, un mal momento entre la cuarta y la séptima jornada. A Boca le dio el bajón entre la decimosexta y la decimonovena.
P. En la final, Palermo no celebró su gol.
R. Palermo siempre dijo que es hincha de Estudiantes, ha jugado aquí de chico y demás... En una final la satisfacción va por dentro.
P. ¿Le sorprendió la dimisión de La Volpe, que así lo hizo si perdía el título con Boca?
R. No opino de las reacciones y decisiones de los demás. Cada uno se responsabiliza por lo que dice y por lo que hace. Bastante tenemos individualmente para resolver de la mejor manera nuestros temas.
P. ¿Cómo prevé el Clausura?
R. Importante, porque vuelven jugadores como Claudio López y Riquelme que le van a dar mucho más valor. Su presencia jerarquiza a nuestro fútbol, permiten que el campeonato siga teniendo un nivel bueno.
P. Al partido de desempate les acompañaron 20.000 aficionados y no hubo episodios violentos.
R. Sucedió una fiesta muy linda, primero porque en Argentina no se suelen ver finales y ésta fue una excepción, una final seca. Ver el campo de juego dividido, con un colorido muy lindo, me hizo recordar mucho a las finales de la Copa del Rey en España. Ojalá sea el inicio de algo que veamos con naturalidad, no con sorpresa. No como lo vivimos, ¡como un partido normal, con festejos, con juego!
P. Parece que no lo han entendido barras bravas como las de River Plate y sus luchas intestinas.
R. El problema es difícil a escala mundial; en Estados Unidos aparece una persona y empieza a matar gente en un centro comercial, en Italia pasa lo que pasa... La sociedad está enferma y la única manera de ayudarla es mejorando como individuos. Así se mejora al colectivo. Y después están las leyes.
P. En Italia han optado por cerrar los estadios.
R. Suspender el fútbol no es bueno. Habría que buscar más profundamente dónde está el problema para resolverlo de otra manera. Lo mejor para los que se salen de las leyes es crearlas firmes. Y que se cumplan. Hay que tener mano dura.
P. ¿La adaptación fue dura?
R. Desde el momento en que dejé de ser jugador me sentí absolutamente entrenador. La adaptación [en Racing] fue mejor debido a que mis ex compañeros se comportaron muy bien. Mi proceso en Estudiantes quizá sea más real, debido a que me encontraba con otros jugadores. Nuevos. Pasó lo mismo. El respeto va delante de cualquier cosa. Respetándonos, todo es posible. Así nos manejamos.
P. ¿Ésa es su mayor virtud como técnico?
R. Es muy pronto para ser tan puntual en ver virtudes y defectos. La mejor virtud que pueda tener un entrenador es que el jugador se encuentre cómodo en el lugar donde se le hace jugar. Y, sobre todo, que haga lo que el entrenador quiere sin que se dé cuenta.
P. ¿Le parece exagerado que le cataloguen como discípulo de Marcelo Bielsa?
R. Los rótulos nunca me gustaron. Nadie es igual a nadie. Todos tenemos personalidad propia y características diferentes. De Bielsa puedo decir que es uno de los entrenadores más grandes que tuve.
P. Vamos, que nada de menottista, bilardista...
R. ¡Nooo!, trato de ser yo mismo, recordando las experiencias con los entrenadores que tuve, pero poniendo la cuota y convicción mía. El entrenador con convicciones, que cree en lo que hace, transmite al jugador un mensaje que se termina ejecutando muy bien.
P. A raíz de los fichajes por clubes europeos de chicos muy jóvenes, Batistuta dijo que los críos pueden perder la ilusión y no terminar de formarse.
R. Quizás antes podía suceder y no había tanta publicidad. Lo mejor sería llegar con una buena base, un trabajo en las inferiores, luego en Primera... Para que cuando llegue al fútbol europeo sea un jugador diferente del resto. Les serviría como perspectiva, teniendo una vida más regular. Pero en la economía familiar no me meto.
P. ¿Y la crisis económica fortaleció el gen argentino?
R. Forma parte de nuestra esencia; es nuestra naturaleza. El argentino es muy competitivo, vaya económicamente bien o no.
P. ¿Cómo ve a Gago e Higuaín en el Madrid?
R. El Madrid está pasando un momento difícil, pero en el momento que los jugadores estén bien... La calidad existe, ojalá Capello lo pueda resolver de la mejor manera.
P. ¿Dónde tiene Gago más presión, en el Bernabéu o en la Bombonera?
R. La palabra presión no me gusta, prefiero "responsabilidad". Yo entro en la Bombonera como en el Bernabéu, aunque en la Bombonera vayan con la camisa abierta y en el Bernabéu con traje.
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