La dirección debe intervenir
El escenario es desagradable: Dani es una parte importante de este campeonato. Tiene las herramientas y el talento para ganar. Es una lástima. Pero se ha hablado mucho estos días. Y ha habido muchos dedos señalando a Simoncelli. Sin embargo, por mucha cháchara que haya habido, no se ha solucionado nada. Creo que situaciones como las que se vivieron en Francia deberían ser discutidas; la dirección de la carrera debería escuchar a los pilotos y debatir las acciones más críticas o que generan polémica. Lo más fantástico de la telemetría es que los miembros de la dirección tienen todos los datos, además de los vídeos, y podrían juzgar mejor si hay responsable y si hay que inculpar a alguien por una acción reprobable en competición. La telemetría te permite saber quién abrió antes el gas o quién agarró antes el freno.
Simoncelli, por ejemplo, merece una tarjeta amarilla. Aunque, en mi opinión, la sanción es demasiado estricta. Fue un lance de la carrera. Nada de lo que hemos visto ha sido intencionado. Esto son carreras.
En la fórmula 1 hay reuniones de pilotos en todos los grandes premios a las que tienen que asistir obligatoriamente. También en el motociclismo los pilotos deberían escuchar las instrucciones de la dirección de la carrera y estar obligados a reunirse de manera periódica para debatir las acciones polémicas en vez de andar dando puñetazos. Deberían saber cuándo dejar correr algunas cosas y cuándo exigir respuestas y, si es necesario, imponer sanciones, como ocurrió ayer con Stoner. Alguien debe tomar el mando y controlar la situación y es la dirección de la carrera la que debe demostrar que lleva las riendas.
Los pilotos, todos, tienen mucha presión. Stoner, porque quiere demostrar que puede ser muy rápido; Pedrosa, porque luchaba contra sus lesiones; Lorenzo, porque es el campeón y quiere mejorar su Yamaha; Simoncelli, porque todos le señalaban... Todos se sienten presionados y no siempre calculan las consecuencias de sus acciones. Un adelantamiento es siempre un movimiento estudiado, pero incluso un adelantamiento bien calculado puede convertirse en un movimiento agresivo. Hay escenarios que son impredecibles. Todo piloto que aspira a la victoria debe tomar decisiones. Y lo hacen a 300 kilómetros por hora. ¿Qué es ser demasiado agresivo? Nadie va a abrirle la puerta a un rival, a no ser que le convenga. No esperen que lo haga Rossi. Tampoco, Simoncelli.
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