Una derrota engañosa
Pacata de entrada y desafortunada después, España cae sin merecerlo en Wembley ante una Inglaterra tosca y plana
A la España de los partidos amistosos no le alcanza con los galones. La oficial, esa que gobierna las fases de clasificación con puño de hierro, se ha perdido en los tres grandes encuentros que ha disputado sin puntos en juego. Todos ellos, de máxima exigencia, ante adversarios de primera fila: Argentina, Portugal e Inglaterra. Si ante los dos primeros fue inferior, no así ante los ingleses, que clavaron una trinchera en Wembley y se defendieron en pelotón, con pico y pala, con la abnegación congénita que los caracteriza ahora que, hoy por hoy, no prevalecen entre ellos los estilistas. Como en los tiempos del primer Wembley, Inglaterra encontró una rendija en una jugada sin techo. Esta capellizada Inglaterra conserva su vocación por el juego aéreo. En realidad, por lo visto ayer, es su única forma de asaltar la portería contraria. Bent cabeceó al poste izquierdo de Reina y al rechace llegó Lampard antes que todos. Para entonces España ganaba a los puntos, posesiva como es con la pelota, pero era un equipo sin fin, sin picante, complacido por el mero hecho de conservar el balón. Tras el gol local, poco después del descanso, los españoles cambiaron de marcha e Inglaterra acabó con todos sus chicos como bomberos delante de Hart. Villa, Cesc por dos veces y Piqué se quedaron a un dedo del empate. Una jugada le bastó a Inglaterra. Con mucho más no le llegó a la selección de Del Bosque.
INGLATERRA, 1-ESPAÑA, 0
Inglaterra:Hart; Johnson, Lescott, Jagielka, Ashley Cole; Phil Jones (Rodwell, min. 57), Parker (Walker, min. 85); Walcott (Downing, min. 46), Lampard (Barry, min. 57), Milner (Adam Johnson, min. 75); y Bent (Wellbeck, min. 64). No utilizados: Sturridge, Zamora, Baines, Cahill, Terry, Stockadle y Carson.
España:Casillas (Reina, min. 46); Arbeloa, Sergio Ramos (Puyol, min. 74), Piqué, Jordi Alba; Busquets (Torres, min. 64), Xabi Alonso, Xavi (Cesc Fábregas, min. 46); Iniesta (Cazorla, min. 74), Villa y Silva (Mata, min. 46). No utilizados: Llorente, Navas, Monreal, Albiol y Valdés.
Gol:1-0. M. 49. Lampard.
ÁrbitroDe Bleckeere (BEL). Amonestó a Milner, Sergio Ramos y Cesc.
90.000 espectadores en Wembley.
No es la primera vez que a España le puede la retórica. En ocasiones siente que el mero hecho de abanicar el balón es el fin en sí mismo cuando solo es el medio para alcanzar el objetivo. El equipo tiene principio, pero no siempre tiene fin. Al estilo del Barcelona, el seleccionador ha ido poco a poco despoblando el área del adversario. A excepción de Villa, la abundancia de volantes hace que ahora sean estos los que deban ejercer de goleadores, con Silva como ancla al modo de Messi. Y, como el Barça en algunos trances, hay días en los que España no es capaz de cruzar la frontera y su fútbol gotea hasta la periferia de la defensa contraria. Le ocurrió ante una Inglaterra achicada y sin encanto hasta que le sonó el despertador con el gol de Lampard. El primer tiempo no dejó huella, salvo un par de desajustes de Busquets y Alonso que los ingleses, desinteresados con todo lo que ocurriera en el perímetro de Casillas, nunca aprovecharon. Al toque, pasito a pasito y con más enredos en la elaboración de lo habitual, la selección española pesó poco. Inglaterra le regaló el balón, no la portería. Todos complacidos.
Sin pegada para sacar del rincón al grupo de Capello, España, muy pacata, no se alteró hasta que se vio en desventaja. Hamacarse con la pelota ya no conducía a nada. El resultado obligaba al gol, a abrir vías hacia Hart, no simplemente a imponer un estilo. Del Bosque probó con Mata, Cesc, Torres y Cazorla. Con otra velocidad, con más decisión, España prendió la mecha una y otra vez ante Hart. Torres y Villa estiraron las líneas y Cesc y Mata pusieron el vértigo. Por fuera y por dentro, la selección tiró de repertorio. Villa enganchó un remate en semivolea al poste izquierdo del meta inglés, Mata y Jordi Alba llegaron hasta la línea de portería en más de una ocasión y Cesc, el mediocampista con más gol de la plantilla, tuvo el empate dos veces: primero se lo impidió Hart tras un remate desde fuera del área y luego falló de forma estrepitosa enfilado ante el portero por un excelente pase de Villa. Cuando más lo buscó, tampoco llegó el gol. La superioridad visitante fue elocuente.
Medida a sí misma, a España solo cabe reprocharle el rondo intrascendente del primer acto, por más que le disculpe el poco cuajo mostrado por los ingleses. Si se toma como referencia lo visto ayer de Inglaterra, España está varios pasos por delante del equipo de Capello, que no siempre hará bingo con un solo número. España, cansina al inicio y desafortunada después, le dio la oportunidad.
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