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Crónica:LIGA DE CAMPEONES | Primera jornada
Crónica
Texto informativo con interpretación

Tan bonito como estéril

Al Barcelona sólo le faltó el gol para coronar su indiscutible superioridad sobre el Inter

Ramon Besa

A un partido muy exigente, respondió el Barça como un campeón, diga lo que diga el marcador, que se puso descaradamente de parte del Inter. La defensa de la Copa de Europa no le será nada fácil a un equipo concebido para atacar. Las expectativas son mayúsculas, los rivales pintan muy fieros y el propio Barcelona ha cambiado al delantero centro para generar la sensación de que los mejores equipos no se recrean en sus títulos sino que necesitan renovarse para afrontar nuevos retos sin renunciar a su estilo. Ningún partido simbolizaba mejor la nueva situación que el Inter-Barça ni hay un trueque más explícito para entender el nuevo orden que el protagonizado por sus arietes: Eto'o-Ibrahimovic. Y, puestos a comparar, una vez enfrentados ya en la cancha, el Barça salió de San Siro fortalecido en lo colectivo y dañado en lo individual, más que nada porque se quedó a cero.

INTER 0 - BARCELONA 0

Inter: Julio César; Maicon, Lucio, Samuel, Chivu; J. Zanetti, Muntari (D. Stankovic, m. 61), Motta; Sneijder (Santon, m. 79); Eto'o y Diego Milito (Balotelli, m. 84). No utilizados: Toldo, Córdoba, Vieira y Cambiasso.

Barcelona: Valdés; Alves, Puyol, Piqué, Abidal; Xavi, Yayá Touré, Keita; Messi, Ibrahimovic y Henry (Iniesta, m. 77). No utilizados: Pinto, Márquez, Busquets, Pedro, Maxwell y Jeffren.

Árbitro: Wolfgang Stark (Alemania). Amonestó a Henry, Touré Yayá y Chivu.

Unos 80.000 espectadores en San Siro.

Los azulgrana no le concedieron a Eto'o ni un remate e Ibra no encontró portería
El conjunto de Mourinho sólo tuvo el mérito de defender su meta

El escenario abonará seguramente el populismo. Hubo muchos aficionados convencidos de que si anoche se hubieran intercambiado los dos arietes, si las cosas estuvieran igual que el año pasado, el partido se habría decantado del bando azulgrana. Pura especulación. Mejoró en Barcelona en lo bueno y penalizó en lo malo. Excelente en la retórica, falló en lo concreto. El Barça no le concedió a Eto'o la oportunidad de rematar tras un ejercicio defensivo perfecto mientras Ibra no encontró el marco de Julio César.

Al Inter le convienen adversarios como el Barça. Los equipos de Mourinho acostumbran a ser fuertes física y tácticamente, muy cerrados cuando no tienen la pelota y veloces en la transición, excelentemente acabados por el poderío de sus delanteros. Al portugués le encanta llevar la contraria, así que aguardaba con interés a un rival como el Barça que es un libro abierto, exigente consigo mismo, siempre dispuesto a llevar la voz cantante y la pelota enganchada al pie. El técnico del Inter vino a decir: somos lo que ha querido que seamos el Barça. Hay pocos clubs que tengan tanta capacidad para generar a sus peores enemigos como el azulgrana. Parece consustancial con su historia. La mejor munición del Inter es hoy una bala despreciada en el Camp Nou que se llama Eto'o.

Eto'o, Mourinho, el Inter, pretendían que el partido se decantara por la vía pasional y desde la simplicidad, una calidad subrayada con el fichaje del camerunés, un futbolista directo, nada barro que ha endurecido a la escuadra italiana de la misma manera que Ibrahimovic ha aumentado la elegancia del Barcelona. Jugaron los azulgrana con la grandeza y ambición de siempre, con racionalidad futbolística, nada destemplados, como si Mourinho no estuviera en el banco rival ni Eto'o en el área de Valdés. La normalidad por encima de lo excepcional.

La onda expansiva azulgrana ha aumentado con la presencia de Ibra, un punta que se ofrece, se asocia, juega y de vez en cuando mete goles. No tiene instinto asesino sino que colabora en la elaboración del fútbol y multiplica el carácter solidario azulgrana. Al Barça sólo le faltó el gol tras una actuación exquisita. Alrededor de Piqué, tapó muy bien los pasillos interiores y se abrió con gusto hasta alcanzar el marco de Julio César, un extraordinario portero, quizá el mejor del mundo. Alves descuarejingó a Muntari y Messi aceleró en el balcón del área mientras Touré y Xavi mezclaban en la divisoria. Atacó el Barcelona de forma muy selectiva y generó las suficientes ocasiones para cantar el gol. No tuvo más mérito el Inter que defender su meta.

A Ibrahimovic, a Messi, a Keita, a Henry les faltó precisión en el último tiro para suerte del Inter, siempre a remolque, a expensas de que Sneijder enganchara con los dos delanteros. El madridista ha pasado de ser un futbolista periférico para convertirse en el centro del juego del Inter, reorganizado ayer alrededor de Motta, pendiente de la pujanza de Maicon, confiado en el gatillo de Eto'o y Milito. El partido fue de una intensidad tremenda, de pierna fuerte por parte neroazzurra, bendecido por un árbitro al que le encanta el fútbol intimidatorio. Los azulgrana combinaban bien mientras los interistas se defendían y atacaban con la suficiente saña como para exigir la máxima tensión de la zaga barcelonista.

La posesión de balón y productividad del Barça merecían un mejor punto final ante un contrario muy acostumbrado a jugar al 0-0 en el calcio. Frente a la perseverancia azulgrana se levantaba la paciencia del Inter. A Eto'o no le llegaba la pelota mientras Ibrahimovic jugaba de espaldas a la portería, y a la que se daba la vuelta ya no le quedaba ni marco ni balón, rebanado por los zagueros locales. La actuación arbitral, por lo demás, refrendó la desdicha azulgrana cuando le negó un penalti por manos de Stankovic, un regalo para el Inter, que acabó encerrado en su campo, sometido a un monólogo del Barça, con Mourinho presumiendo de que el Barça sigue sin ganarle un partido once contra once. Ni con la salida de Iniesta hubo manera de batir a Julio César. El Inter hará bandera de su partido al tiempo que el Barça continuará pensando en el próximo contra el Atlético.

Messi intenta empalmar un centro ante el central Samuel.
Messi intenta empalmar un centro ante el central Samuel.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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