"Vine para acabar con la maldición de los centrales y lo conseguí"
Képler Laveran Lima Ferreira (Maceió, Brasil, 1983) está orgulloso de haber acabado con el mal endémico que afectó durante años al centro de la defensa del Madrid. Sonriente y apasionado, con cinco puntos de sutura en la cabeza que luce como si fuesen un diamante tras el partido de la Champions contra el Marsella, acude a Mestalla como garantía de cierre, puerta blindada, ante la amenaza de Villa, Mata, Pablo...
Pregunta. ¿Qué diferencia hay entre la defensa esta temporada y la temporada pasada?
Respuesta. A Pellegrini le gusta presionar arriba con la defensa más adelantada. Dice que tenemos centrales suficientemente buenos y rápidos para ayudar a recuperar en el medio y a corregir cuando nos ganan la espalda.
"Termino los partidos con dolor de cabeza. Me cansan la mente más que el cuerpo"
"Cuando regatean a un amigo, voy. Actúo más por el compañero que por el orden"
"Con Cristiano y Messi, Villa es el mejor delantero de España. Me lleva al límite"
P. ¿Hasta qué punto la nueva posición de Marcelo ayuda?
R. La táctica del míster siempre ha sido igual. Pero ahora Marcelo tiene un papel importante en el medio. Nos ayuda a cerrar un poquito mejor, a estar más compactos. De todos modos, lo principal no es el ajuste táctico, ni los jugadores, sino que hemos encontrado el hilo de juego. Ahora el equipo corre menos. Al principio teníamos distintas fases: con llegada, sin llegada, con balón, sin balón... No teníamos equilibrio. Ahora hemos encontrado el ritmo. Sabemos dónde atacar y dónde no. Cuándo tener la posesión y cuándo buscar el hueco. Nos faltaba conocernos dentro del campo.
P. ¿Cómo condiciona Cristiano el juego del equipo?
R. Bastante ¡Uff! Con Ronaldo incluso nos ordenamos mejor. Tiene una cultura táctica bastante buena. Sabe que tiene que ayudar cuando no tiene el balón, y cuando el equipo tiene el balón... Nosotros procuramos jugar para él porque sientes que tienes a alguien que en una acción puede desequilibrar un partido. Los contrarios están tan pendientes de él que origina más espacios para nuestros delanteros y nuestros medios. Eso nos ayuda a tener más la posesión.
P. ¿Ve fuerte a Pellegrini?
R. El míster ha venido del Villarreal, un club más pequeño. Y por eso le ha costado un poco. Yo creo que ahora está tranquilo. El Madrid te puede dar muchas cosas buenas y muchas malas.
P. A usted es difícil verle desbordado. ¿Es por su velocidad o porque está muy atento?
R. Un día un entrenador me dijo: "Corres demasiado riesgo. Vas a cubrir a tus compañeros y si no llegas a un balón te van a hacer un gol". Muchas veces no tienes que ir. Pero dentro del campo a veces no lo consigo. Cuando regatean a un amigo mío, o le ganan la espalda, voy. Aunque me meta en terrenos ajenos. A veces hay que actuar por los compañeros más que por el orden.
P. ¿Los partidos le cansan?
R. Yo normalmente salgo más estresado mentalmente que físicamente. Imagino miles de situaciones en cada jugada y me preparo para cada una de esas posibilidades. Y a veces no sale ninguna de las mil opciones que pensaba, y en fracción de segundos tengo que encontrar recursos para cortar el balón, o resolver una jugada. Muchas veces llego a casa con dolor de cabeza, deseando irme a la cama para dormirme rápido.
P. ¿Toma pastillas relajantes?
R. A veces sí. Pero procuro no tomar. Los medicamentos no me gustan mucho. Después de los partidos es difícil dormir. Yo juego a la Play Station.
P. ¿Mata unos cuantos enemigos y se duerme?
R. Para mí el Call of Duty [videojuego de acción sobre la Tercera Guerra Mundial ambientado en Río durante un desembarco ruso] es lo mejor. El escenario que más me gusta es el de las favelas. Es perfecto. Nos conectamos con Marcelo, con Kaká, con Ronaldo Nazario y otros amigos desde Brasil, con amigos de la selección portuguesa, con Edinho que está en Málaga, con Duda también... Jugamos todos juntos.
P. La gente, cuando le ve, se suele quedar con su estatura, con su velocidad, con su elasticidad...
R. Mi calidad es mental, más que física. Es como todo en la vida. Si te preparas bien para un examen, normalmente, te sale bien. Yo preparo cada partido. A mí la única cosa que no me va a ocurrir nunca es la falta de atención. No voy a estar empanado. Tengo brío. Tengo garra.
P. ¿Ya estudia a Villa?
R. Ya empecé a hablar con Chori [apodo de Albiol]. Para mí Villa es el mejor delantero de España. Aparte de Cristiano y Messi, es el más distinto. No es normal que un delantero del Valencia luche por el pichichi. Su presencia en la selección se nota muchísimo. Me encanta su humildad, su seriedad. Quiere hacer bien su trabajo. Es de los delanteros que me ponen siempre al límite de la concentración y de la velocidad. Yo puedo no tener un sprint de cinco metros, porque soy alto, pero cojo velocidad en distancias más largas con mi zancada. Villa arranca muy rápido en espacios cortos y eso me dificulta los marcajes. Además, hace muchos desmarques, se va mucho entre líneas.
P. Los atacantes del Valencia tienen una movilidad que suele sacar de quicio a los centrales.
R. Lo tengo claro. Si un delantero sale de su zona no tiene ningún peligro. Lo peligroso es que entren. Cuando un delantero sale es porque quiere que lo acompañe alguno de los centrales para que entre alguno de sus compañeros. Yo me meto en la cabeza que para poder llegar a la portería los delanteros tienen que pasar por mi zona. Y procuro no salir mucho. Es mejor dejarles coger la pelota y que venga alguno de los nuestros a ayudar, sea Marcelo, Lass o Xabi.
P. ¿No se acordó de su agresión a Casquero cuando vio la agresión de Cristiano a Ortiz?
R. Lo de Cristiano ha sido una tontería. Mi caso fue diferente. La presión era totalmente diferente. Estábamos peleando por una Liga. Estábamos calientes en el campo. Y la verdad es que perdí la cabeza.
P. ¿Por qué le gusta el fútbol?
R. ¡A mí esto cada día me gusta más! Por mi mentalidad, siempre que entro al campo, entro como si fuera el último partido de mi vida. Eso me hizo llegar aquí a Madrid. Y cuando sentí que podía perder la Liga contra el Getafe, sentí que se me estaba cayendo el mundo encima. Reaccioné de una manera que no puedo explicarme. Somos seres humanos. La máquina a veces no funciona. Si fuésemos perfectos no habría hambre en el mundo, ni criminalidad, ni mujeres golpeadas por hombres, ni hombres golpeados por mujeres, ni hijos maltratando a sus padres.
P. ¿Es verdad que su sueldo no alcanza la media de la plantilla?
R. No sé cuánto cobran mis compañeros, pero yo quería jugar aquí. Hice un trato con Ramón Calderón para que me subiera el sueldo, pero ese presidente, lamentablemente, se tuvo que marchar y no pudo cumplir. Me da igual. Cuando llegué aquí nadie me conocía y al club le costó un montón de dinero ficharme. Aquí he acreditado mi valor. Y cuando fiché sabía que tenía bastantes posibilidades de poder acabar con aquella maldición de los centrales del Madrid. Lo he conseguido con la ayuda de mis compañeros. Tengo mi sitio. Y estoy tranquilo. Porque cuando veo a Garay y Albiol ellos no tienen la presión que yo he tenido cuando llegué. Nadie repite: "El Madrid necesita un central". Me siento querido. Y el cariño de la gente no tiene precio.
P. ¿Los defensas valoran más el oficio que los delanteros?
R. Sí, porque nosotros estamos siempre al límite. Si yo fallo es gol seguro. Si un delantero pierde contra un central no pasa nada. ¡Mira a Cristiano en Marsella! ¡Ha chocado con el portero y un defensa y el balón ha salido rebotado justo para él! Se levanta y gol. Si los delanteros tienen buena suerte, gol. Premio. Si nosotros tenemos buena suerte y ganamos la disputa, nada. Es un poco ingrato. Pero a quien le gusta ver los partidos, analizar las cosas... le recomiendo que se haga central. Además, en el Madrid no basta con sacar por sacar. Tienes que quitarle el balón a un delantero y dar continuidad a la jugada. Ese pase... Xabi y nosotros disfrutamos mucho con ese primer pase. ¡Hay que estar ahí para saberlo! Lo hablamos en los entrenamientos: si empezamos mal la jugada, acabaremos mal. Si empezamos bien, terminaremos bien.
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