Schuster camina por el alambre

El crédito de Bernd Schuster en el Real Madrid se agota. El pobre rendimiento del equipo en el primer tramo de la temporada ha hecho que florezcan las dudas en torno a la figura del alemán, que, poco a poco, ha ido perdiendo el respaldo de la Junta Directiva y de algunos de los pesos pesados de la plantilla. La eliminación copera a manos del Real Unión, un equipo de Segunda B, ha disparado las alarmas en el club blanco, que a pesar de todo no sopesa destituir al entrenador a corto plazo. "No me preocupa mi puesto, pero entiendo que otros duden", afirmaba Schuster en la rueda de prensa posterior al partido de anoche.

Para el técnico, el discreto nivel de juego exhibido hasta el momento no se debe a un problema de actitud de los jugadores, sino que lo achaca a los desajustes defensivos. El alemán se escuda en que "estamos dando muchas opciones al rival. Nos hacen gol con una jugada. El equipo siempre está dispuesto a remontar, pero a lo largo de toda una campaña es imposible conseguirlo siempre". Tras el encuentro, la serenidad del entrenador contrastaba con las declaraciones de algunos miembros de la plantilla, que cuestionan la eficacia defensiva del equipo. "Está claro que las cosas no van bien. Lo primero que hay que hacer es pedir perdón a la afición y analizar algo más que la derrota", denunciaba Salgado.

El capitán blanco, Raúl, fue uno de los pocos que se salvó del ridículo al marcar tres goles. Para el futbolista, "esta eliminación no está a la altura del club al que defendemos. Ha sido una derrota muy dolorosa y debemos sacar conclusiones. Muchos goles son problema del colectivo". Las quejas del capitán apuntan directamente a la organización y al sistema que emplea el equipo. Schuster apela a las bajas y a la escasez de recursos para justificar algunas de sus decisiones, pero la paciencia de Ramón Calderón y el director deportivo, Pedja Mijatovic, empieza a devaluarse. La actitud del alemán, en permanente guerra con los medios, la petición pública de fichajes y la forma de llevar el caso de Sergio Ramos, que criticó abiertamente el sistema empleado por Schuster, han acentuado la fractura con el entrenador.

Los cifras revelan la fragilidad del cuadro de Schuster, que en la eliminatoria frente al Real Unión encajó nada más y nada menos que seis goles. A diferencia de la temporada pasada, en la que la portería de Casillas era un muro infranqueable, este año el Real Madrid se desmorona en la retaguardia como un castillo de naipes. En los dieciocho encuentros oficiales que ha disputado, el conjunto blanco ha recibido 32 goles. Dieciséis de ellos en Liga, donde se ha convertido en el sexto conjunto más goleado del campeonato. Mientras, en la Liga de Campeones tampoco ha demostrado una gran solidez después de cuatro partidos, en los que el Juventus, el Zenit y el modesto Bate Borisov han perforado la portería blanca hasta en cinco ocasiones.

Pese al varapalo, Schuster no dialogó con los jugadores tras el encuentro. El técnico germano abandonó el vestuario y se dirigió directamente a la sala de prensa, donde mostró su habitual línea irónica ante los periodistas. Contra pronóstico, el preparador ha concedido día libre a la plantilla y hoy no habrá ninguna sesión de entrenamiento en Valdebebas. En los despachos comienzan a producirse movimientos, pero no se prevé ninguna reunión con las altas esferas para analizar la delicada situación del equipo. Algunos medios ya hablan de ultimátum y apuntan al próximo partido frente al Valladolid como una cita decisiva para el futuro de Schuster. Los problemas se acumulan para el alemán.

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