Red Bull vive en otro mundo
La demostración de poderío que ayer ofreció Red Bull pone al descubierto que es el equipo que mejor ha hecho los deberes durante el invierno. La escudería de la marca de bebidas energéticas acabó la pasada temporada de una forma pletórica, al conseguir no solo que Sebastian Vettel se alzara con el título mundial de pilotos, sino asegurándose también el título de constructores. Dominaron el Mundial a placer y se hubieran asegurado mucho antes las dos coronas si hubieran sido un poco más fiables a lo largo de toda la temporada.
Ayer empezaron la nueva campaña tal como habían concluido la anterior. Es cierto que Vettel es un piloto de primera magnitud y que con un título en el bolsillo ha adquirido, además, la tranquilidad de saber que su carrera está ya muy bien enfocada. Pero no lo es menos que Adrian Newey ha vuelto a poner en sus manos el mejor coche de la parrilla. Red Bull arriesgó en su diseño. Partieron de una base sólida, la de ser los mejores la temporada pasada. Pero los profundos cambios a los que obligó la nueva normativa, no hicieron más que potenciar la imaginación y la creatividad de un Newey que siempre es el más brillante cuando hay grandes turbulencias. Corrieron sin el KERS, pero no lo necesitaron porque sus monoplazas son los que tienen más carga aerodinámica. Cuando lo necesiten ya lo incorporarán, porque con Newey cada cosa tiene un sentido.
Ferrari construyó un coche excesivamente conservador y quiso asegurar la fiabilidad. Necesitan más fuerza aerodinámica
Junto a Red Bull, la escudería Lotus Renault demostró ayer que su aportación de situar los escapes en la parte delantera de los pontones, proyectando con dos deflectores el aire caliente hacia la zona de atrás para canalizar el aire frío y caliente hacia el difusor, es un invento que les dará muy buenos resultados. Para mí es lo más innovador que se ha presentado este año. Y Valery Petrov le sacó provecho al buen rendimiento de su coche para conseguir su primer podio y primero de un ruso en la F-1. Que McLaren ocupara la segunda posición en Australia no fue una gran sorpresa para mí. Es cierto que llegaron a Melbourne con muchas incógnitas tras haber cambiado casi por completo el diseño de la parte baja de su coche solo una semana antes. Pero también lo es que la escudería británica siempre se ha distinguido por ser la que más evoluciona sus coches a lo largo de la temporada. Por tanto, tenían capacidad para hacer algo así y salir airosos.
En cambio, el mal rendimiento de los Ferrari puede generar una situación de pánico en la fábrica de Maranello. No están ni de lejos donde creían que estarían. Y si concluyeron en cuarta posición fue, básicamente, por la aportación personal de un Fernando Alonso que volvió a mostrarse como el mejor piloto del momento. Tienen mucha menos carga aerodinámica que Red Bull, porque construyeron un coche excesivamente conservador, sin tomar riesgos, sin grandes aportaciones y basándolo todo en la fiabilidad. Sin embargo, Ferrari sabe cómo evolucionar su coche y tienen una buena base. Y es posible que cuando corran en Malasia, en condiciones de mucho calor, salgan favorecidos por el comportamiento de los neumáticos. No hay que olvidar que en los entrenamientos de pretemporada fueron ellos quienes mejor conservaban las gomas.
Los neumáticos siguen siendo el elemento que más problemas está causando a los estrategas de las escuderías. Ayer, sin ir más lejos, los duros ofrecieron peor rendimiento que los blandos, excepto en el caso de Ferrari. El alerón trasero tuvo poca incidencia en Melbourne y el KERS solo ayudará a los grandes. Sin embargo, en Australia, Red Bull y Vettel no lo necesitaron: viven en otro mundo. Y parece difícil que en solo 15 días Ferrari pueda darles alcance.
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