Polos opuestos
El Getafe cree llegada su hora y el Valencia trata de maquillar su 'annus horribilis'
El Getafe se ha ganado el corazón de la gente no sólo por su épica derrota ante el Bayern, sino por su fútbol fresco, sencillo y generoso. Al juego plomizo del Valencia, en cambio, le ha dado la espalda hasta una parte de su hinchada. La otra es la que ha decidido aparcar los disgustos de la Liga para disfrutar de la siempre excitante Copa del Rey. El premio, además de la gloria, es una clasificación para la Copa de la UEFA que sería agua bendita para ambos clubes.
Todo sobre la final de Copa |
Así llegó el Valencia a la final |
Así llegó el Getafe |
Detrás del Getafe está el proyecto de un presidente, Ángel Torres, que viene apostando por entrenadores jóvenes y ambiciosos -Quique Flores, Bernd Schuster y Michael Laudrup- y jugadores hambrientos dispuestos a labrarse un nombre en la élite. Emergido de las catacumbas de Segunda, el equipo del sur de Madrid ha ascendido un peldaño tras otro y, tras perder la pasada final ante el Sevilla, cree que ha llegado su hora. La hora de recoger la cosecha tras alcanzar la madurez que le faltaba con la cruel caída ante el Bayern en la Copa de la UEFA.
Detrás del Valencia hay un club histórico en plena turbulencia que busca su séptima Copa de 17 finales en 89 años de vida. La posibilidad de maquillar con un éxito un annus horribilis marcado por un fuerte impulso autodestructivo. Primero fue la incomprensible destitución de su técnico, Quique, en la novena jornada. Después, la marginación de tres de sus futbolistas más emblemáticos y experimentados, tratados como apestados hasta el final por el nuevo entrenador, Ronald Koeman, que convocó para hoy a toda la plantilla menos a los proscritos: Cañizares, Albelda y Angulo.
Herederos ambos del dream team barcelonista, el técnico del Getafe, Laudrup, se ajusta más al perfil de Johan Cruyff, el maestro, en lo relativo a la vocación ofensiva y la creatividad. Pasado por una pátina de Louis van Gaal, Koeman ha chocado contra la genética de un Valencia refractario al 4-3-3. La confusión ha llevado al equipo a perder la pegada que tenía con Quique.
Los jugadores del Getafe creen en su entrenador y en su interpretación del fútbol: cabe divertirse para divertir al espectador. Los del Valencia desconfían de Koeman y sólo confían en sus propios recursos. La autogestión como el camino más corto para llegar a un triunfo que les podría devolver parte del prestigio perdido. Al frente de este pequeño motín figura Villa, que tiene calidad y resuello para ganar una Copa con un golpe de inspiración.
Con la Copa o sin ella, Laudrup elegirá destino este verano. Ofertas no le faltan. A Koeman sólo el título le asegura llegar a San Mamés en la Liga. Sabe de sobra que su futuro está fuera de Mestalla. El Calderón disfrutará esta noche de este choque de polos opuestos.
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