Pedraza, el primero de La Masía que debutó con el Barça

Como hizo Guardiola, los domingos recogía las pelotas que se les escapaban a las estrellas que jugaban en el Camp Nou. Era en su época de chaval y su mayor ilusión era poder jugar algún día con el equipo azulgrana. Ángel Pedraza (Rinconada, Sevilla, 1962) fue uno de los primeros que se formó en La Masía, la fábrica de futbolistas del FC Barcelona. Precisamente cuando la eclosión de jugadores surgidos del semillero como Iniesta, Xavi y Messi va a ser objeto de uno de los mayores reconocimientos del fútbol mundial, con la concesión del Balón de Oro, el lunes en Zúrich, llega la triste noticia de la muerte de Pedraza después de una larga enfermedad.

Fue una de las primeras promesas azulgrana surgidas del semillero a finales de los años setenta. Jugó de defensa y de centrocampista y su proyección quedó reflejada también en su presencia en las selecciones españolas de las categorías sub-18 a sub-23. El 16 de septiembre de 1980, en un partido de la Copa de la UEFA contra el Sliema Wanderers maltés, se convirtió en el primer jugador de La Masía que debutaba en el primer equipo del Barcelona. Era todavía juvenil y el entrenador del primer equipo azulgrana era Ladislao Kubala.

Después de ser cedido al Villarreal, entonces en Segunda División, regresó al Barcelona con el que disputó 90 partidos y logró seis goles, antes de concluir su carrera de futbolista en el Mallorca. En el Barcelona estuvo desde 1983 hasta 1988 y ganó una Liga, en 1985, cuando el entrenador era Terry Venables y en el equipo, como extranjeros, estaban Schuster y Archibald. También formó parte del equipo que ganó la Copa del Rey en 1988 y del que disputó la fatídica final de la Copa de Europa de 1986 frente al Steaua de Bucarest en Sevilla, y uno de los que fallaron en la tanda de penalties.

En el Mallorca disputó 229 partidos, logró un ascenso a Primera División en 1989 y fue subcampeón de la Copa del Rey en 1991, tras una final ganada por el Atlético de Madrid en la prórroga. Acabó su carrera futbolística en el Sóller, donde conseguiría en la temporada 1996-1997 el ascenso a la Segunda División B.

Después se dedicó a entrenar. Trabajó en las categorías inferiores del Barcelona, dirigiendo a los Cadetes A y B y al Juvenil, y en las del Espanyol (Juvenil). Después entrenó al filial blanquiazul, al Benidorm, al Villareal B, al Iraklis de Salónica, al Atlético Baleares y finalmente, a L'Hospitalet. Con el club catalán ascendió la pasada temporada a Segunda B, tras lograr el título en el grupo V de Tercera.

Cuando apenas se habían disputado unas jornadas de la presente temporada, fue destituido como entrenador de L'Hospitalet tras un empate ante el Sabadell. Desde que estuvo en las divisiones inferiores del Barcelona tuteló la carrera de su hijo, Marc, un delantero con mucha proyección. El pase de ambos del Barcelona al Espanyol, en 2002, levantó ampollas en la directiva azulgrana. En el Espanyol llegó a dirigir al equipo filial.

La triste noticia sorprendió a la plantilla del Barcelona en A Coruña, donde ganó por 0-4 . El director deportivo, Andoni Zubizarreta, excompañero suyo, lamentó: "Me lo han comunicado durante la primera parte y es una sensación rara. Jugué con Ángel en el Barça y te quedas muy tocado, ves el partido con diferente perspectiva. Era una excelente persona, era maravilloso".

Los jugadores le dedicaron el triunfo a Pedraza. "Le envío un abrazo muy fuerte a su familia. Es una gran pérdida", concluyó Guardiola.