Marta y la pista del rottweiler
'Urco', el nombre que marca varias bolsas de plasma de la Operación Puerto y el número de Domínguez en la agenda de Eufemiano, coincide con el del perro muerto del marido de la atleta
Un nombre traza la presunta línea de unión entre la Operación Puerto, la Operación Galgo, el doctor Eufemiano Fuentes y la atleta Marta Domínguez: Urco.
Según la Guardia Civil, ese nombre figuraba en el etiquetado de "varias bolsas de plasma sanguíneo" incautadas en 2006, cuando Puerto, y también en la agenda telefónica del médico canario, que bajo Urco tenía apuntado el número de móvil de la fondista. Según una entrevista de la palentina en El Mundo, nada tienen que ver con ella esas cuatro letras: "El nombre de Urco no me dice nada. Nunca he tenido un perro llamado Urco ni nada así. No hay un fundamento que me relacione con Eufemiano Fuentes". Sin embargo, según un documento perteneciente al Sistema de Identificación de Animales de Compañía, Urco fue un rottweiler nacido el 23 de febrero de 1999 y con dueño residente en Palencia: Diego Bercianos Valles, el marido de Marta. Hasta diciembre de 2009, cuando murió el perro, hubo un Urco en la vida de la palentina.
'Piti', 'Birillo'... El doctor nombró en Puerto a sus clientes con sus mascotas
"Urco' no me dice nada. Nunca he tenido un perro llamado así", dijo la fondista
La juez de Galgo dividió el caso al no ver relación actual entre ella y Eufemiano
"Pero eso no tiene ninguna importancia", explica José Rodríguez, el abogado de la atleta. "A efectos de la investigación penal, es absolutamente irrelevante", continúa el letrado; "cabe recordar que el juez que instruye la Operación Puerto no ha tenido ningún interés en saber quiénes eran los deportistas implicados porque eso sería sancionable por la vía administrativa y ese tipo de sanciones prescriben a los tres años de la comisión. Por eso en este caso es irrelevante: de haber existido, habría prescrito en 2009". En el caso de la Agencia Mundial Antidopaje, sin embargo, los casos de dopaje y posesión de sustancias dopantes no prescriben hasta ocho años después de su comisión.
Antes de que arrancara la Operación Galgo, la Guardia Civil argumentó ante el juez la necesidad de investigar a la campeona mundial de los 3.000 metros obstáculos de la siguiente manera: "(...) Las bolsas de plasma sanguíneo etiquetadas con el nombre de URCO junto a la supuesta fecha de extracción 10/05/06 intervenidas en la Operación Puerto, podrían corresponder a esa atleta". "Entre el 6 y el 13 de agosto de 2006 se celebró el XIX Campeonato Europeo de Atletismo en Ullevi (Suecia) en el que Marta Domínguez ganó la medalla de oro en la prueba de 5.000 metros (...)". "Por lo expuesto", continuaron los investigadores, que entraron aquí en el terreno de las hipótesis y no de los hechos, "y dado que las extracciones de sangre supuestamente se efectuaron tres meses antes de este campeonato, se intuye que Marta Domínguez podría haber sido sometida a un tratamiento de dopaje sanguíneo previo a esa competición, por parte del doctor Eufemiano Fuentes, con el que podría haber aumentado su rendimiento deportivo".
La Guardia Civil apoya esa tesis, el embrión de la Operación Galgo, en los conocimientos ganados en una investigación previa, la Operación Puerto. Allí, los agentes se enfrentaron a un jeroglífico. Encontraron lo que interpretaron como estadillos y calendarios de un sistema dopante en los que los presuntos clientes de Eufemiano Fuentes eran identificados con apodos. Así, según los investigadores, a varios ciclistas se les denominaba con los nombres de sus animales de compañía: Piti, que aparecía en la nomenclatura intervenida a Eufemiano, era el perro de Alejandro Valverde, dijeron los guardias civiles; Sansone, el del italiano Michelle Bartolli, y Birillo, el de su compatriota Ivan Basso.
Tanto Valverde como Basso acabaron siendo suspendidos por dopaje, acusación a la que no se enfrenta Domínguez, que nunca ha dado positivo y que está imputada por un presunto delito contra la salud pública por un supuesto tráfico de sustancias dopantes. Además, Mercedes Pérez Barrios, la juez que instruye la Operación Galgo en el Juzgado número 24 de Madrid, no ha observado ninguna conexión posterior a la Operación Puerto entre la palentina y el médico canario. En consecuencia, las causas en las que se instruyen sus imputaciones han sido desgajadas en casos separados.
¿Por qué se interesó la Guardia Civil por un perro palentino o por saber si un rottweiler había sido denunciado en Palencia por dar un mordisco a un ciudadano, de nombre Honorato? Porque el apelativo Urco figuraba en los listados de existencias de los frigoríficos sanguíneos de Eufemiano desde 2004, cuando, según los investigadores, el doctor se especializó en procesar siberias, el concentrado congelado de hematíes que, presuntamente, simplificó toda la logística de las transfusiones de sangre, puesto que simplemente refrigeradas tan solo duraban 20 días.
De aquel Urco de la Operación Puerto también había en el arcón de Eufemiano, en la cuarta estantería, dos bolsas de 2004, el año de los Juegos de Atenas, a los que Domínguez renunció, lesionada. Analizadas por el director del laboratorio de Barcelona, Jordi Segura, no se encontró EPO en ellas. Una prueba de ADN serviría para saber si esa sangre pertenece o no al deportista que los investigadores, con el beneplácito de un juez que permita el análisis, consideren sospechoso. También resolvería otro misterio: si el doctor Eufemiano Fuentes conocía o no la existencia de un rottweiler con residencia en Palencia al que vacunaron por última vez contra la rabia en 2006.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.