"¡Imagínate a Phelps con el Jaked!"
Los nadadores, perplejos ante un traje de 375 euros que tardan una hora en ponerse y sólo sirve para cuatro carreras
Joan Fortuny, el célebre entrenador catalán, se dedica desde hace unos meses a representar a la marca italiana Jaked en España. Hace unos días estaba en su casa cuando lo llamó la nadadora canaria Evelyn Álvarez para pedirle uno de los 500 bañadores que lleva distribuidos. Hasta que llamó a Fortuny las marcas de Evelyn no habían hecho suponer que tenía cualidades para convertirse en una figura. Ni su biotipo, ni su edad, demasiado avanzada para grandes evoluciones fisiológicas, invitaban a colocarla entre las mejores. Sin embargo, Evelyn pagó 375 euros por el Jaked. Lo estrenó en Novara, el 22 de abril, después de llevarse una hora enfundándoselo, con mucho cuidado para no romperlo con las uñas. Tras nadar la prueba con las caderas y el torso comprimidos por la fibra de poliuretano impermeable, similar a la goma y sin costuras, comprobó en el marcador que había recortado su mejor marca en cinco segundos. Un tiempo que antes le habría llevado años rebajar. Un tiempo que la situaba a la cabeza del ránking español con 1m 9,24 segundos. La marca que batía el viejo récord de Sara Pérez: 1m 10,80 segundos en 2005.
"La FINA está sobrepasada", dice Villanueva, director de la federación
"Ahora, para nosotros sería un error no tirarnos con el Jaked", dice Wildeboer
Durante unos días, Evelyn se ilusionó ante la idea de ser la mejor española de todos los tiempos. Una vez en Málaga, en el Campeonato de España que se celebró la semana pasada, la piscina dictó sentencia: Marina García, que también nadó con un Jaked, hizo 1m 8,65 segundos y batió el récord de España una vez más. Al cabo de la prueba, hasta siete chicas nadaron por debajo del récord de Sara Pérez de 2005. Todas -incluida Evelyn- debieron estrenar bañador, porque el Jaked sólo se puede utilizar cuatro veces: cuatro chapuzones.
Desde la aparición del traje LZ Racer de la marca británica Speedo, desarrollado con tecnología aeroespacial, y promovido por Michael Phelps en los Juegos de 2008, la credibilidad de la natación como deporte organizado atraviesa un punto crítico. El Jaked, fabricado en una pieza, es la respuesta italiana al Speedo, que tiene varias placas y ofrece mayor resistencia. La obra del pequeño empresario lombardo Francesco Fabbrica ha puesto en evidencia el descontrol de la competición. Como dijo el director general de la natación española, Luis Villanueva: "La FINA está sobrepasada".
Durante el campeonato de Málaga se batieron más de 100 récords nacionales en 20 pruebas. Ningún técnico se atrevió a considerar que las marcas habrían sido las mismas de haberse prohibido los Jaked. Todos saben que los nuevos bañadores -también el Speedo- van contra la norma histórica de la FINA: descalificar al nadador que recurra a elementos artificiales para flotar. Pero el negocio, es el negocio.
Franck Horter es el mánager general de TYR, el fabricante estadounidense de bañadores, patrocinador de la federación española y metido de lleno en la carrera por diseñar un traje que supere al Jaked. "Los bañadores han dado interés a una competición que de otro modo no lo tendría", dice Horter; "esta carrera tecnológica es buena para el negocio porque se rompen marcas y se atrae la atención de la gente".
"La FINA exige que los bañadores se hundan con una fuerza de 100 gramos", dice Horter; "pero la cuestión no es comprobar que no flotan por sí solos. La cuestión es que, una vez puestos, ayudan a flotar a los nadadores y evitan que el cansancio degrade su técnica".
Hace apenas un año los nadadores ignoraban el bañador que se ponían. Ahora les resulta esencial. Aschwin Wildeboer, el mejor espaldista español, quedó cuarto en su prueba de 200 metros en Málaga. Uno de los cientos de sorprendidos fue Javier Noriega, el veterano velocista, que lo vio en la grada: "Yo nunca había oído hablar de Rufino Regueria, Miguel Rando y Abel García". Son los nombres de los tres chavales que le ganaron a Wildeboer, que tiene el récord de Europa en 100, pero que, esa tarde, no se puso el Jaked. Fue la última vez. Como dijo ayer Wildeboer: "Está claro que ahora, para los nadadores sería un error no tirarnos con el Jaked. Y eso que los americanos, de momento, no lo han usado. Lo decimos todos: '¡Imagínate a Phelps con el Jaked!'".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.