Forlán para calmar la tormenta

Tras meses de negociaciones en los que las decenas de cláusulas del contrato fueron examinadas y vueltas a revisar, Diego Forlán firmó ayer su renovación por dos temporadas más, hasta 2013, con el Atlético. El delantero uruguayo, de 30 años, selló "de una vez por todas" su compromiso con el club del Manzanares, que incrementó su salario de los tres millones de euros que percibía a los 4,5 que le ponen a la altura del Kun Agüero, mientras que su cláusula de rescisión se mantiene en 36 millones. De esta manera, el penúltimo clasificado de la Liga calmó los nervios que hacían temer al Bota de Oro que la prometida mejora se quedara en papel mojado.

"Cuando nos sentamos a la mesa nos encontramos con más reparos de los previstos", alegan fuentes de la negociación. "Había que tener paciencia: 18 millones a repartir entre esta temporada y las tres siguientes son una cifra importante para esta institución", restan importancia en los despachos del Calderón, donde reconocen que han "forzado la máquina" para transmitir antes del partido hoy contra el Valencia (22.00, La Sexta y autonómicas) "un mensaje positivo" en plena marejada.

"Somos una banda", dijo un futbolista sobre los dos puntos ganados de 12

La renovación de Forlán, pese a todo, difícilmente mitigará la cruda realidad del Atlético. El nefasto arranque de campeonato puede hacer que Abel engrose las listas del paro. Aunque los gerifaltes del club le han mostrado "su apoyo más absoluto" -"No le hemos dado ningún ultimátum, ¿acaso ha matado a alguien?", expresó ayer el presidente, Enrique Cerezo, que se personó en el entrenamiento en la ciudad deportiva de Majadahonda, algo poco frecuente-, el entrenador es consciente de que necesita sacar "algo bueno" de Valencia y Oporto para darse un respiro. "En el fútbol mandan los resultados, es así y punto, y ya sabemos que nos acechan Schuster, Quique Flores, Simeone, Víctor Fernández, Juande Ramos...", asienten en el banquillo. Abel, mientras, no quiere renunciar ni por asomo a uno de sus principios más básicos: la defensa adelantada. "Es una cuestión de lógica, cuando más cerca estuvieran de mí, más posibilidades de hacerme gol tenían", dice de sus tiempos bajo los palos.

La última vez que el Atlético encajó más de 11 goles en las primeras cuatro jornadas terminó ganando la Liga (1950-51). Así de extremista es el club, que acude a Valencia con el dudoso honor, junto al Xerez, de contar con la defensa más floja de la Liga. Las continuas rotaciones han convertido la portería rojiblanca en un colador esté Asenjo (4 goles encajados) o Roberto (7). Obligado por las circunstancias, Abel ha dado bola a Heitinga, Perea, Valera, Ujfalusi, Pablo, Juanito, Domínguez y Antonio López, con un resultado nefasto: no se recibían más de 9 goles desde la temporada 1999-2000. Ocho meses después, el Atlético dio con sus huesos en Segunda.

La carencia de un fantasista en el centro del campo, con la excepción de Jurado, es otro de los problemas que arrastra el Atlético. "Pero ahora las plantillas ya están cerradas", se justifica Cerezo. Lo que no dice el mandatario es que no sólo no llegaron los tres laterales que Abel reclamó, sino que Heitinga, el titular del ala derecha, se fue al Everton. "Se ganaron siete millones, pero desestructuraron una plantilla corta y descompensada", piensa más de uno en el vestuario. Las consecuencias son evidentes: dos puntos de 12. "Somos una banda", rezongó tras empatar con el Almería uno de los futbolistas más carismáticos de la plantilla.