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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

Castigo ejemplar para Anelka

Francia excluye de la selección por 18 partidos al punta y por cinco a Evra, tres a Ribéry y uno a Toulalan a causa de su motín en el Mundial

Dos meses después del motín que convirtió en un cabaret a la selección francesa en el Mundial de Sudáfrica, la Comisión de Disciplina de la federación pasó ayer factura a Nicolas Anelka por su comportamiento en la revuelta contra el técnico, Raymond Domenech, sustituido por Laurent Blanc tras la eliminación en la fase de grupos. El delantero del Chelsea no podrá jugar ninguno de los próximos 18 partidos del equipo nacional por sus excesos verbales en el descanso del duelo contra México, el segundo de la liguilla inicial. "Vete a tomar por culo, sucio hijo de puta", profirió el atacante, que fue apartado de inmediato del conjunto, al preparador. Su ausencia incendió los ánimos del vestuario, en el que la mayoría de sus compañeros disculpó sus palabras mientras intentaba descubrir al traidor que había aireado los trapos sucios en la prensa.

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El castigo ejemplar se lo llevó Anelka, pero tampoco se libraron los otros cabecillas del motín: al capitán, Patrice Evra, le cayeron cinco encuentros, tres a Franck Ribéry y uno a Jérémy Toulalan. Éric Abidal, defensa del Barcelona, fue el único de los cinco jugadores llamados a testificar por la federación -ni Anelka ni Ribéry, al que el Bayern, su club, no le dejó desplazarse, acudieron a la cita- sobre las causas del asunto que no recibió pena alguna.

Los federativos no dejaron sin respuesta el papel de Evra en la huelga en respuesta a la marcha de Anelka que supuso que se cancelara un entrenamiento. Animados por el lateral del Manchester United, los futbolistas se negaron a ejercitarse tras un rifirrafe entre el propio capitán y el preparador físico, Robert Duverne, que llegó a lanzar el silbato al césped a la vista de decenas de aficionados. "Los jugadores no quieren entrenarse. Es una vergüenza. En estas condiciones, he decidido volver a París y dimitir", afirmó entonces el delegado federativo, Jean-Louis Valentin, antes de presentar su renuncia.

"La culpa no fue solo del entrenador. Los futbolistas, yo el primero, deberíamos haber dado más", reconoció posteriormente Evra, que, aun así, reprochó a Domenech la marginación en el banquillo de Thierry Henry; el cambio de sistema en el primer partido, frente a Uruguay, o la suplencia de Florent Malouda.

Según Evra, la sanción impuesta a todo el grupo por Blanc, que no convocó a ninguno de los 23 mundialistas para el partido amistoso de la semana pasada ante Noruega -derrota por 2-1 en Oslo -, fue "coherente" y demuestra que "no hubo [solo] cinco o seis cabecillas como se ha escrito".

Los argumentos de Evra no libraron a Ribéry, al que se hace partícipe de la revuelta como portador del brazalete de segundo capitán. A Toulalan se le critica que su jefe de prensa pasara el comunicado que anunciaba la jornada de paro. De Abidal, el único que se salvó de la quema, se había dicho que se negó a disputar el último partido de la primera fase, que Francia afrontó virtualmente eliminada. "Tomamos nota de sus explicaciones", recogió la Comisión de Disciplina en un escueto comunicado.

Fue el cierre a un escándalo por indisciplina que adquirió tales proporciones que la única salida que le quedó a Jean-Pierre Escalettes, el anterior presidente de la federación, fue dimitir.

Anelka y Raymond Domenech, durante un entrenamiento.
Anelka y Raymond Domenech, durante un entrenamiento.AFP

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