Cassano vuelve a la tierra
El punta será titular cuatro años después y Donadoni dice que ha borrado su pasado
Las últimas imágenes de Cassano que tiene grabadas Italia son de su cara en un mar de lágrimas en la Eurocopa de Portugal 2004. Acababa de marcar un gol en el minuto 91 a Bulgaria: 2-1. Se fue como un tiro al banquillo convencido de que su tanto llevaría a la azzurra a los cuartos. Error: el empate entre Suecia y Dinamarca la dejó fuera. Hoy, en otro partido clave en el que Italia vuelve a no depender de sí misma, el chico de Bari volverá a ser titular cuatro años después. Algo que provoca cierta gracia fuera de Italia.
Por ejemplo, en España, donde las únicas imágenes que los aficionados tienen de él son su barriga, su adicción a los bollos, su imitación de Capello y su huida diaria de la ciudad deportiva del Madrid por una puerta secundaria. Todo con tal de no ver a nadie. Ni siquiera se presentó en el Bernabéu la noche en que el Madrid se hizo con la Liga. Estaba en Nápoles montando fiestas interrumpidas por la policía. "Me fui a Madrid con ganas, pero a los tres meses ya quería volver. Es que allí se vive demasiado bien para ser futbolista y yo elegí no serlo porque las mujeres están tan buenas que no puedes dormir", admitió. Pero algo más que sentido del humor debe de tener la eterna promesa del calcio para que le sigan lloviendo oportunidades. La última, la de Donadoni, que le convocó ante la sorpresa general. "Todo lo que ha sido Cassano hasta ayer me interesa bien poco. He borrado su pasado", explicó. Mucho tuvo que borrar. En verano de 2007, Antonio regresó a Italia, cedido al Sampdoria. Y adelgazó ocho kilos. Prometió, como siempre, grandes cosas: "Ya no soy un chico malo, lo demostraré", dijo. Pero, claro, Cassano es Cassano y volvió a sus cassanatas. En un partido de Liga fue expulsado y la lio: insultó al árbitro, le tiró la camiseta y le gritó: "Te espero fuera". Acabó pidiendo disculpas. Le sancionaron con cinco partidos. Lo de siempre, volvieron a pensar todos. Incluido Donadoni.
Pero no. Decidió llevárselo a la Eurocopa. "Míster, ¿se fía de mí? No le defraudaré", le dijo el jugador. "Más que hablar, tienes que escuchar", fue la respuesta de Donadoni. Su presencia no sorprendió a sus compañeros. Cannavaro se lo olía: "Tiene demasiada calidad para quedarse en casa", confesaba antes de que saliera la lista. "Si la prensa le deja en paz, hará grandes cosas. Ha aprendido a contar hasta cinco", le animó Buffon. "No es un extraterrestre. Y, con 26 años, tampoco es una apuesta", matizó el técnico. Italia espera que, de marcar un gol, no tenga que celebrarlo con lágrimas.
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