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Entrevista:SANTIAGO SOLARI | Jugador del Atlante | Mundial de Clubes, el título pendiente

"El Barça es el orden dentro del caos"

Santiago Solari nació en Rosario, acaba de cumplir 33 años y juega en Atlante de México, un club chiquito que le ha regalado, inesperadamente, su cuarta participación en un Mundial de Clubs. Su palmarés le señala como un grande, porque ganó tres torneos con River, dos Ligas, la Champions, la Supercopa de Europa y una Intercontinental con el Madrid, además de tres Ligas con el Inter de Milán. De vuelta a Argentina jugó en San Lorenzo hasta que un día, regresando a Buenos Aires tras ser eliminados de la Libertadores, los barras bravas les esperaron en el aeropuerto y agredieron a varios de sus compañeros. Miró a la familia y decidió irse. Volvió a México, donde vivió de niño mientras su padre ejercía de entrenador. En Cancún ha descubierto otra manera de vivir el futbol y disfruta de sus últimos años de profesional. Justo lo que espera esta noche cuando se enfrente al Barcelona: disfrutar jugando cara a cara contra el que dice, es a día de hoy el equipo que mejor juega.

"El fútbol es de la gente. La pasión lo salva. Apoyemos que haya más 'Guardiolas"
"Acepto el declive. Soy más selectivo en el esfuerzo. Pienso antes y me anticipo"
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Pregunta. ¿Qué pinta en un equipo como el Atlante?

Respuesta. Sigo disfrutando del fútbol. Me habría gustado jugar hasta los 80 años en la élite, pero, salvo contadas excepciones, el declive de la carrera coincide con el del físico y no hay nada que hacer, sólo aceptarlo. El campo es el mismo, son 11 y un balón, pero tú no. Ahora domino mejor el espacio, pienso más rápidamente y anticipo, soy más selectivo en el esfuerzo. Se trata de jugar un fútbol más mental para sacar ventaja por ese lado porque el físico ya no te da. Yo tuve suerte. Mi carrera fue un privilegio y algo tuve que me tocó los máximos niveles. Pero ya no estoy para eso. ¡Ya no alcanzo los esfuerzos que me pidieron en Italia! Tampoco quiero. Atacar y ser a la vez el quinto defensor nunca me gustó y, además, se me pasó el arroz.

P. Además en Italia un año quema fuerzas por varios...

R. Claro. Es bárbaro, exige un esfuerzo enorme. Sobre todo en eso que ustedes llaman extremos y los italianos... ¡Qué se yo como le llaman en Italia a los extremos! Trescuartistas o alguna de esas palabras que se inventan para definir un tipo que vive en la banda dedicado a atacar, defender, hacer gol, presionar, tirar centros y rematarlos. Pero mirá, y perdona que me vaya de la entrevista. Lo del Inter es algo curioso en eso: fichó a Figo, me fichó a mí y terminaron jugando por banda Zanetti y Chivu. Luego trajeron a Mancini y a Quaresma y a los dos días terminaron jugando Maicon y Zanetti o Maxwell. Ellos la intención la tienen en el imaginario, luego la realidad ya les dice otra cosa.

P. ¿Cual fue el extremo de referencia en su carrera?

R. ¡El wing es Garrincha! Almidón, en Argentina... Pero luego como que se perdió. Se pasó a jugar con volantes que tuvieran sacrificio en la recuperación. Ahora es como que están de vuelta, porque uno ve a Robben, a Robinho... Pero es como que a los entrenadores les quitan la posición de un delantero, porque no se atreven a jugar con tres. Probablemente al extremo lo mató el miedo a perder, la sensación de ganar seguridad en el medio, lo mató la presión del futbol. Murieron románticamente y fueron suplantados por el sacrificio. Yo he tenido cabida seguramente porque le daba un plus que gente con mayor talento que el mío no ofrecían. Tal fue mi suerte.

P. Seguramente el Barcelona es un centro de recuperación de delanteros que ataquen por banda...

R. El Barcelona es una suerte para el fútbol por muchas cosas. El Barcelona juega con tres, dos muy abiertos. Eso no lo hace nadie. Además, fijan y se mueven. Eso es lo grande: yo no creo más en los esquemas fijos tipo mete gol. El fútbol moderno se basa en la movilidad. Nunca le encuentras la referencia, puedes decir quién juega y puedes intuir por dónde te saldrá, pero luego... ¡A ver por dónde te aparece Iniesta, o dónde escoge Xavi ubicarse!. El problema de enfrentarles es ese: tú sabes cómo juega Iniesta, pero no por dónde te asaltara. Así, ¿qué vas a preparar si sólo con eso, con su decisión, te rompe todo lo estudiado?. El Barcelona es el orden dentro del caos.

P. ¿El paradigma es el 2-6 en el Bernabéu?

R. Recuerdo el resultado, no el partido.

P. Ya, ¿mejor olvidarlo no?

R. No, no es por mi madridismo, que no oculto. Es que no lo ví, de verdad. Soy del Madrid, pero me gusta el fútbol y reconozco que nadie juega al nivel del Barcelona. Y no me duele. Mirá, en el fútbol cualquiera te anula con esfuerzo físico si le das una posición fija. Eso es otra de las cosas que me paso en el fútbol italiano: si te fijan la posición, basta con un tipo agresivo mentalmente y poderoso físicamente. Si te mueves, generas dudas. Afortunadamente, mi carrera fue un lujo: jugué en Madrid, en River, estar aquí con el Atlante... ¡Es fascinante mi suerte! Tengo una comparecencia mas que el Barcelona en la Intercontinental, ¿viste?. [se ríe]

P. Jugó tres, ganó una...

R. Sí, la primera con el River de Francescoli, Ortega, Gallardo, Salas, Cruz... Yo era un niño, vine a hacer experiencia. Nos ganó la Juve de Del Piero, que marcó, de Zidane... ¡Volaban! Luego les investigaron... Volví en el 2000, con el Madrid contra Boca, el día de Riquelme, un día triste porque la barra de Boca me vio por la calle, me persiguió. En fin... Y triste porque pedimos, marcó Palermo, creo, no sé si uno o los dos. La tercera, en 2002, se la ganamos al Olimpia de Paraguay con el Madrid. Marcaron Ronaldo y Guti, de cabeza. ¡Qué tipo Guti! Es un artista, un bohemio. Hay cosas que hay que aceptarlas como son. A mí Guti me cae fantástico. Lo admiro como futbolista. Pero la gente quiere la perfección, esperan que Guti tenga el mismo talento que tiene pero el tesón y la seriedad de Raúl. ¡Dejá, loco! ¡El Guti es así y hay que disfrutarlo!

P. Y Messi. ¿Por que no le disfruta su país? ¿Es un argentino malquerido?

R. Uf, algo de eso sí hay... Es un argentino, pero está formado en las inferiores del Barcelona y nunca se dio algo parecido. Puede ser que a la gente, al periodismo, por no haberlo visto nunca jugar en Argentina, en un lugar del subconsciente le genere algo. A mí no, a mí me tocó viajar mucho de niño y ese problema no lo tengo. Messi es lo más grande desde Maradona. No es Maradona, es Messi, un nombre propio, por lo que ya se ganó. No comparemos, porque él también escapa a esa comparación. Tuvo proyección, pero a día de hoy, Messi ya es. Un 99% de futbolistas no alcanza nunca lo que se espera de ellos. Lio ya lo sobrepasó. Si para mañana, ya gano la Champions, el Balón de Oro... sólo le falta este torneo. Y antes de que gane el catenaccio, u otro tipo de futbol que me aburra, casi sigan, sigan ganando, Messi y el Barça. Con todo mi respeto para otras maneras de jugar, prefiero que gane la del Barça.

P. ¿Por qué juega tan mal en Argentina?

R. A Messi le hace más grande el equipo que está a su lado. La diferencia es que Argentina juega a otra cosa. Tiene otras intenciones. Hay un tema de expectativas y, por otro lado, no es lo mismo jugar en un equipo armado, donde recibe 10 veces por tiempo cara a cara, que sabe dónde van a estar sus compañeros cada vez que sale de un regate, a jugar en un equipo donde recibe dos veces, muy en largo o de espaldas, y siempre solo contra toda la defensa ajena. Es normal que no rinda. Argentina no estuvo a la altura en la clasificación pero no por culpa de Messi. Si hay que buscar por qué Argentina juega tan mal, que no le miren a Lio.

P. ¿Y si Diego necesita un zurdo que le llamen a usted?

R. Me temo que si no fui en 2002 cuando estaba mejor que nadie para ir a la selección, ¡ya no me toca! Pero si me llama voy, se lo juro (ríe). ¿Y por qué no fui? Ah, qué se yo, el gusto de los entrenadores.

P. Si al extremo lo mató el miedo a arriesgar, ¿al fútbol casi lo matan los entrenadores?

R. El fútbol es de la gente y no muere. He visto a hinchas vivir pasionalmente el fútbol cuando se me ocurrían cien cosas mejores que hacer antes que seguir viendo ese partido. La pasión salvó al fútbol. Pero dicho esto, apostemos porque aparezcan más tipos como Guardiola, La Volpe... Nuestro míster es lavolpista, intenta ganar jugando como el Barça, buscamos una sinfonía. El tema es que nos faltan solistas, que a ellos les sale y a nosotros... casi que suena a otra cosa. Pero le ponemos voluntad. Sólo espero que hoy cuando nos maten, sea de frente, que las flechas se nos claven en el pecho. Será que dimos la cara. Total, perder será lo más normal. ¡Somos el Atlante y jugamos contra el Barça! Pero... ¿qué quiere?, ¿que ganemos? ¡Si le ganamos al Auckland el otro día el partido más importante en 95 años de historia!

Solari, antes de la sesión preparatoria de ayer del Atlante.
Solari, antes de la sesión preparatoria de ayer del Atlante.ENRIC FONTCUBERTA

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