Misoginia a las cinco de la tarde
'Ella es el matador' denuncia la discriminación de la mujer en los ruedos - Dirigido por dos españolas, se vio en la gran cita de documentales de EE UU
"Con lo bien que tú toreas... ¡qué lástima que seas mujer!". Maripaz Vega y Eva Florencia han tenido que escuchar una y otra vez esta frase por boca de empresarios y toreros españoles. Ambas han superado la treintena, pero su pasión por los toros, tan vocacional como la de Enrique Ponce o El Cordobés, nació de niñas. La lucha de ambas es el eje central del documental Ella es el matador, el único filme español que compitió en el festival Silverdocs de Washington, cita clave en el circuito internacional del cine documental, que ha sido clausurado esta semana. Dirigida por las españolas Gemma Cubero y Celeste Carrasco, que viven a caballo entre España y San Francisco, la película es una osadía en sí misma, pues, además de tocar el espinoso tema del machismo en el mundo taurino, ha tardado nueve años en ver la luz. "En España nadie quiso apostar por la historia, los productores aún no creen en el poder del género documental como forma narrativa. En cambio, en Estados Unidos interesó porque resulta chocante que la discriminación de género siga tan presente en un país europeo", explicaron las directoras durante un festival al que acudieron junto a sus toreras.
La película es una osadía que ha tardado nueve años en ver la luz
La retirada de la torera Cristina Sánchez motivó a las realizadoras
Maripaz, malagueña, crecida en una familia de novilleros, es la única matadora profesional española que corta orejas y sale a hombros de todas las grandes plazas de Latinoamérica, porque allí las mujeres toreras son parte de la tradición taurina. También lo eran en España hasta la prohibición de 1908: como desvela Ella es el matador. En el siglo XIII las monjas españolas, ¡toreaban en los conventos! Y hasta el siglo XX era normal que las mujeres salieran a hombros de las plazas. Pese a pesar de que tras el franquismo se revocó el veto, todas las que lo han intentado desde entonces han fracasado. Para Maripaz conseguir una buena plaza en su país es algo excepcional, y los mismos toreros de primera que comparten cartel con ella en México, se niegan a compartirlo en España. "Abrirte camino en el mundo taurino es imposible, da igual el talento que tengas. Ser mujer te excluye por principio, sin que nadie sepa dar una explicación racional. Encontrar un apoderado es complicadísimo, porque los empresarios no nos quieren en las plazas españolas, y sin apoderado es muy difícil salir adelante", explica Vega.
En cierto modo, ella es una afortunada porque ha conseguido vivir del toreo, aunque no sea en su tierra. La italiana Eva Florencia tuvo en cambio menos suerte. En su familia nadie entendió su pasión por un arte que descubrió a través de la pintura: un cuadro de una corrida la dejó marcada en su adolescencia. "Me escapé de Italia a los 17 años y me instalé en Sevilla para cumplir mi sueño. Después de una década intentándolo tuve que abandonar porque nadie me quiso dar una oportunidad" . Su mirada es triste, duele incluso escucharla. "Retirarme fue duro, caí en una depresión que tardé años en superar". Ahora se dedica a su otra vocación, pintar, y sus lienzos reflejan su añoranza: pinta toros.
Las directoras no eran aficionadas a los ruedos, pero después de que la torera Cristina Sánchez se retirara a finales de los noventa alegando discriminación, quisieron saber más. Su película, que arrastra delicadamente al espectador a través de ocho años de sufrimiento en la vida de estas luchadoras, resulta interesante también a los neófitos del toreo, puesto que denuncia, con sutileza, el lado oscuro del negocio taurino y refleja una historia universal: la de quienes luchan por hacer realidad una pasión profesional. Para Sky Sitney, directora artística de Silverdocs, "el filme demuestra la fuerza que tiene el documental para contar buenas historias y para abrir diálogos pendientes en la sociedad". Ahora el gran reto es estrenarla en España.
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