"Iré a festivales porno a que me declaren persona 'non grata"
El cineasta danés habla del escándalo de la última edición de Cannes y de su último film, 'Melancolía'
Tarde calurosa en Cannes. Lars von Trier (Copenhague, 1956) recibe en una villa a siete kilómetros de la ciudad al último periodista en su última jornada de trabajo. Su cuerpo, y sobre todo su rostro, parece reflejar el alivio de alguien que ve cómo se acaba su paseo por una brutal montaña rusa. El danés presentó Melancolía a concurso en Cannes -no un festival cualquiera, sino su festival, el que le vio nacer, le lanzó a la fama y mimó-, montó la marimorena en la rueda de prensa con sus comentarios filonazis, el certamen le declaró persona non grata (vamos, expulsado) y él primero se lo tomó a chirigota y después pidió perdón a quien se pusiera por delante. Lo dicho, está a punto de bajarse de la vagoneta de una atracción de feria que le ha tenido cuatro días como loco.
"Luis Buñuel es un grande. Es una inspiración. Es un maestro"
Y todo lo anterior le duele porque él acariciaba su segunda Palma de Oro (ya ganó con Bailar en la oscuridad), porque Cannes es su casa y el escaparate mundial de su cine. Melancolía habla del dolor, de pasión bipolar de una mujer, Justine... "Espera, Melancolía no es una enfermedad, sino un sentimiento, o sí, la enfermedad que yo sufría en su germen. La escribí para Penélope Cruz, me arriesgué a escribir para alguien, ella me dio muchas ideas, y en este proceso nació el título. Melancolía es el sentimiento que más me atraía haber reflejado en pantalla con el rostro de Penélope. Sigo respentándola a pesar de su decisión de irse a rodar otras películas que dan más dinero. No volveré a escribir para nadie, ni a esperar a un actor un año. Pero la amo". La suplió por Kirsten Dunst. "Una actriz realmente inteligente, iluminadora, que supo darle otra cara al personaje, que me sorprendió porque la conocía poco antes del rodaje y su intuición ha ayudado mucho a su Justine". Al final, Dunst obtuvo el premio a la mejor actriz protagonista.
Von Trier en persona es encantador, divertido. Su anterior Anticristo era más provocadora, Melancolía es más bestia: al fin y al cabo habla del fin del mundo. "No es una película violenta, pero estoy de acuerdo con su frase. Me parece que es un espejo distorsionador en el que mirar esa historia romántica. Mi plan no era rodar una película de ciencia ficción, pero ahí está. Pregunté a algunos científicos cuándo podía chocar un planeta con la Tierra, y me dijeron: 'Mañana'. Perfecto, porque así no tenía que dar explicaciones. ¿Qué me gusta del género? Para mí Solaris es la mejor película de ciencia ficcion que se ha hecho. La veo una y otra vez".
Es curioso cómo Lars von Trier usa la boda como un antirritual, para burlarse de esa iniciación. "Bueno, puede que sea parte del humor danés, un humor que se entiende mal en el resto del mundo, como he descubierto estos días [risas]. Creo que nuestro nivel espiritual es muy bajo, solo nos tomamos en serio el reunirnos alrededor del árbol de Navidad. Los rituales están hechos por el hombre y por eso son menos creíbles que... [Von Trier titubea constantemente] que la religiosidad. En todo caso, qué bien funcionan en el cine, ¿verdad?". Él no se considera ni religioso ni espiritual a pesar de su educación judía. "No creo en nada. Pero entiendo las diferencias entre las creencias occidentales, basadas más en el sufrimiento, que las orientales, basadas en la gracia. También puede ser que mi entorno era protestante y por eso a veces deseaba ser católico. Parecía otra cosa. Tú, como español, ¿qué opinas? Tenéis virgen María, confesión, milagros... Todo es más colorido".
Buen momento para hablar de Luis Buñuel. "Es un maestro. Es un grande. Es una inspiración. Me encantan sobre todos sus primeras películas, La edad de oro y El perro andaluz".
Ahora el director de Melancolía prepara una película porno "que tendrá dos versiones, la porno y la, llamémosla suave, para poder llegar a todo tipo de público, con mucha filosofía". ¿Y qué hará con la versión porno? "Iré a festivales porno e intentaré que me declaren persona non grata".
Comentarios filonazis
Cannes estalló cuando Von Trier dijo: "Entiendo a Hitler. No puede decirse que sea un tipo estupendo... pero me cae simpático". Días después pidió perdón "a todo aquel al que le haya dolido el comentario". "Fui un idiota. Pido perdón por soltar una provocación, porque si haces algo así es por una razón, y esta estupidez no tenía sentido. Por otro lado no me avergüenzo, porque no es como si hubiera estado borracho y diciendo barbaridades. No estaba borracho, pensé que hablaba delante de gente que me entendía. Si acortas las frases, hasta yo diría ¡qué gilipollez!".
Esto fue en mayo. En septiembre en la revista GQ comentó que se arrepentía de haber pedido perdón porque la gente seguía sin comprenderle, y un mes más tarde en un comunicado anunció que jamás volverá a hablar con la prensa.
Babelia
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