El turismo genera 20 millones de euros diarios en Barcelona

Toda la actividad que genera el turismo en la ciudad de Barcelona cada día tiene un precio: en torno a una media de 20 millones de euros. A entre 18 y 22 millones -depende de la temporada- asciende el gasto en hoteles, restauración, consumo cultural y compras en comercios. La cifra es resultado del diagnóstico sobre el sector realizado por el Plan Estratégico de la Ciudad, por encargo del Ayuntamiento de Barcelona y Turismo de Barcelona. Según ese trabajo, cada año el turismo aporta entre 6.500 y 8.000 millones de euros.

Dos terceras partes del impacto del turismo se lo lleva el sector hotelero aunque el gasto que hacen los turistas está más repartido: el 32% en alojamiento, el 25% en comida y el 18% en compras. Además el informe cuantifica los efectos indirectos del turismo entre 1.300 y 2.600 millones de euros anuales. Y el número de puestos de trabajo que genera, entre 80.000 y 100.000.

Ciutat Vella tiene 187 establecimientos hoteleros, el 40% de Barcelona

El trabajo destaca el salto del sector en los últimos años. Las cifras hablan por sí solas: Barcelona tiene actualmente 80.574 plazas en diferentes tipos de establecimientos y apartamentos turísticos. Hace cuatro años eran 49.000 y en el año 2000 superaban algo las 31.000. Las pernoctaciones han llegado a 11 millones. Sin hacer recomendaciones, el informe apunta algunas tendencias y estrategias que seguir. De hecho, el Consistorio y Turismo de Barcelona decidieron impulsar un plan estratégico para diseñar la política futura de un sector cuya actividad provoca una constante polémica ciudadana.

El turismo es parte importante de la economía de la ciudad, pero genera molestias, algo de lo que se quejan especialmente los residentes de las zonas de más afluencia: Ciutat Vella, el parque Güell y la Sagrada Familia.

Una de las indicaciones que hace es la de dispersar más los hoteles por la ciudad. Ciutat Vella concentra 187 establecimientos hoteleros, lo que supone el 40% del total en el distrito más denso. El informe define Ciutat Vella como "la destinación de la destinación de Barcelona" .

Asimismo alerta de los efectos negativos que perciben los residentes del casco histórico y demanda de la Administración "más esfuerzos en la gestión de los impactos negativos". También critica que no exista una mejor integración de la actividad turística en los órganos de gestión y administración de la ciudad, y subraya la falta de atención a algunos efectos del turismo como la suciedad, el ruido, la masificación y la inseguridad.