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Reportaje:

Un siglo de Costa Brava

Arranca el centenario de la marca turística de Girona

Para algunos es sinónimo de noches de juerga y desenfreno etílico; otros evocan un paraje bellísimo de calas intrincadas donde aún es posible soñar. En cualquier caso, ayer se cumplieron 100 años desde que el tramo de costa entre Blanes, en la desembocadura del río Tordera, y la frontera con Francia en Portbou recibiera del poeta Ferran Agulló el nombre que le acompaña hasta hoy: Costa Brava.

El término apareció por primera vez, en minúsculas, en un artículo del 12 de septiembre en La Veu de Catalunya titulado Per la costa brava. "Oh, la nostra costa brava, sense parella al món! (...) però la nostra, de la Tordera al cap de Creus, i seguint el Port de la Selva fins a Banyuls ho és tot; és brava i rienta, fantàstica i dolça", escribió Agulló bajo su seudónimo, Pol.

Creaba así la primera denominación turística de España, marca que no convenció a todos. Para el historiador y político Josep Pella y Forgas debía llamarse Costa Grega, mientras que escritores como Josep Pla o Joaquim Ruyra intentaron bautizarla como Costa del Corall o Costa Serena; también se barajaron nombres populares: Marina de la Selva o d'Empordà, y Costes del Llevant. Agulló también fue acusado de plagio, ya que Costa Brava salía en un poema de Miquel Costa y Llobera referido al litoral de la sierra de Tramuntana mallorquina. Al periodista Agustí Calvet, Gaziel, le parecía "ampuloso".

El caso es que el nombre tuvo éxito y en pocos años pasó a ser el motor de una industria turística. Y es que la "costa brava" antes de la Costa Brava era un lugar exótico al que se llegaba por caminos impracticables. Sólo unos pocos, indianos afortunados o familias de Figueres tocadas por la rauxa, como los Pichot en Cadaqués, se animaban a veranear en playas y calas desiertas o practicadas sólo por pescadores.

Luego, vino el torbellino: en 1920 se inauguraba el primer hotel en la zona en Lloret de Mar y, tres años después, la urbanización de S'Agaró. Dalí invitaba a su casa de Cadaqués a García Lorca (1925) y el pintor colaboraba en la primera película allí rodada: L'age d'or, de Buñuel (1930). Chagall, Ava Gadner, la discoteca Maddox y la Gauche Divine, la autopista Barcelona-La Jonquera (1969) y Ryanair en el aeropuerto de Girona Costa Brava (2003) hicieron, con los años, el resto, o sea 733.711 plazas turísticas hoy en esa franja de 220 kilómetros.

Ahora hay por delante un año de celebraciones, que arrancó ayer con un acto en los Jardines de Cap Roig con 2.000 personas y la constitución del Comité de Honor del centenario, encabezado por el presidente de la Generalitat, José Montilla. Así, los próximos festivales de la Porta Ferrada y de Torroella de Montgrí dedicarán conciertos y espectáculos al evento. También se inaugurarán cuatro exposiciones. Además, está previsto publicar ediciones especiales de obras como la Guía de la Costa Brava, de Pla. La programación, con un presupuesto de 4,8 millones, incluye una ruta y un menú, asesorado por Ferran Adrià y Joan Roca.

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