Una industria de andar por casa
Cataluña adolece de grandes multinacionales mientras sigue el goteo de grupos extranjeros que se llevan su producción a otros países
Ni el tirón de las exportaciones ni la mejora del clima empresarial bastan para que el entorno industrial de Barcelona deje de ser un territorio minado. Los cierres de filiales de grandes multinacionales siguen sucediéndose, dejando a miles de trabajadores en la calle y mermando la cartera de clientes de los proveedores locales. Cuando parecía que el temporal amainaba, los anuncios de cierre de Yamaha y Derbi han encendido todas las alarmas al poner en peligro el sector del ciclomotor, uno de los de mayor tradición en Cataluña.
La herida es, si cabe, más profunda porque las dos empresas no llevan su producción a un país con mano de obra más barata, sino a Francia e Italia. Empresarios, sindicatos y Administraciones hacen ahora la misma reflexión: ¿Por qué no tenemos más multinacionales propias?
Las grandes firmas foráneas realizan la mitad de las ventas industriales
"Se llevan la I+D+i y dejan aquí los modelos con menos recorrido", opina UGT
El nuevo Ejecutivo catalán tiene algo en común con el tripartito. Solo llegar, se ha encontrado dos cierres encima de la mesa. El Gobierno de Pasqual Maragall tuvo que hacer frente a los de Samsung y Philips, mientras que Artur Mas ha de gestionar la marcha de Yamaha y Derbi. La lista de las empresas que han anunciado el cierre en Cataluña o ya lo han hecho es larga: Lear, Roche, Pirelli, Valeo, Braun, Levi's, Panasonic, Iveco, Showa, Autotex... Se van para deslocalizar, pero ahora también por procesos globales de reestructuración. Y algunas lo hacen incluso después de haber recibido importantes ayudas.
Tras los anuncios de Derbi y Yamaha, el consejero de Economía y Conocimiento, Andreu Mas-Colell, planteó que en estos casos Cataluña había tenido "un problema de falta de sedes". Una teoría en la que abundó Víctor Grífols, propietario del grupo sanitario Grífols, el viernes en Iese. El empresario defendió la importancia de tener centros decisorios. "No hace tantos años, en Cataluña había buenos fabricantes de motos. Montesa, Bultaco, Sanglas, Ossa, Derbi... Y esas empresas fallaron porque no tuvieron un consejo de administración que dijera '¿por qué no nos fusionamos?", aseguró.
Grífols puso más ejemplos. El de la venta de Pegaso -"ningún industrial de aquí fue a buscar un crédito, se lo vendimos a Fiat"- y el de Seat -"tenía mucho más futuro que la BMW pero ahora la fábrica ya no es nuestra"-. Ese discurso coincide con el del secretario de Política Industrial de CC OO, Pere Colell, que recuerda que multitud de multinacionales extranjeras llegaban a Cataluña para comprar fábricas.
"Era un mercado con barreras pero a punto de entrar en la Unión Europea. En el fondo, las multinacionales no estaban comprando una empresa, sino cuota de mercado. Y al final, nos hemos quedado con firmas locales con poco pulmón", asegura. Colell recuerda, entre otras operaciones, precisamente la compra de la Sociedad Española de Motocicletas en 1987 por parte de Yamaha.
La Generalitat estima que hoy Cataluña tiene 600 multinacionales, con la mitad de la facturación industrial, una cuota del 60% de las exportaciones y el 40% del empleo.El tejido empresarial catalán siguió deteriorándose el año pasado. Según el Departamento de Empresa y Ocupación, en 2010 cerraron 98.320 empresas, mientras que abrieron 86.622. Eso significa que, en términos netos, se destruyeron 11.698 sociedades. Más del 95% de las empresas que echaron el cierre tenían menos de nueve trabajadores. El sector que más sufrió fue el de la construcción, pero también la industria se llevó su palo al perder 1.309 firmas.
El director del Gabinete de Estudios de Fomento del Trabajo, Salvador Guillermo, considera que estos datos muestran los "últimos coletazos" de la crisis. "Hay gente que ha sido capaz de aguantar hasta aquí, pero la capacidad de resistencia se agota", explica. Guillermo opina que hay multinacionales que están tomando decisiones globales que nada tienen que ver con el contexto local, que ha salido de la recesión gracias al tirón de las exportaciones, que crecieron el 18%. Sin embargo, sí opina que Cataluña tiene un problema de "dimensión empresarial". "Nos falta todavía recorrido en la UE, que es ya nuestro mercado de referencia, y salir más a los países emergentes", sostiene.
El profesor de Política Económica de la Universidad de Barcelona Joaquim Solà participó en un estudio sobre las multinacionales extranjeras de 2001 en el que repasa cómo muchas abrieron para superar las barreras arancelarias del mercado catalán antes de su incorporación a la UE. El contexto ha dado un vuelco. "En el sector de las motos la falta de sedes ha sido un factor determinante y la industria auxiliar va a pasarlo mal", indica. Para Isabel Martínez, de la federación del Metal de UGT, muchas empresas están muriendo "de forma muy lenta". "Se llevan la I+D+i y nos dejan los modelos con menos recorrido", afirma.
El presidente del Consejo del Trabajo Económico y Social, Josep Maria Rañé, coincide en que la industria catalana "tiene pocas multinacionales". "Aunque no esté dentro del top ten de la competitividad, una planta en tu país tiene menos números de ser cerrada, sobre todo cuando se decide ahorrar en centros de producción", asegura.
Aun así, Rañé opina que Cataluña ha dado algunos pasos en multinacionales y recuerda que tiene empresas bien posicionadas en varios sectores. Las tiene en el financiero, en el de las infraestructuras, la energía e incluso en el sector inmobiliario. En la industria, están Freixenet, Agrolimen y Bodegas Torres, pero también Ficosa, Simón y Fluidra tienen una amplia presencia en el exterior. "Muchas empresas son las mayores del mundo en su sector, pero los volúmenes de facturación nada tienen que ver con las empresas líder de otros sectores", asegura Luis Vives, profesor de Política de Empresa de ESADE.
Además de la mejora de la competitividad, ganar tamaño es el objetivo. La patronal espera que las empresas aprovechen el incremento de las exportaciones para hacerlo. Sin embargo, el difícil acceso a la financiación complica ese salto.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.