El imperio fotográfico de los Napoleon
Una exposición recorre el trabajo realizado por este estudio barcelonés desde 1852
Entre la segunda mitad del siglo XIX y la década de los años 30 del XX, todo el que quería ser alguien en Barcelona tenía que pasar por el estudio fotográfico de los Napoleon para que le hicieran un retrato. Fundado en 1852 por el músico militar de origen manchego Antonio Fernández y su mujer, la francesa Anaïs Tiffon, la galería de retrato Napoleon -sin acento, pues en la época lo chic era llevar nombre francés-, funcionó hasta 1933 en la Rambla Santa Mónica donde hoy está el Frontón Colón y acabó siendo el estudio más importante de la ciudad y cita obligada para las personas importantes que vivían en Barcelona o la visitaban, fueran políticos, militares, autoridades eclesiásticas, actores, cantantes y arquitectos, pero también nobles y reyes como Isabel II y Alfonso XII.
En su edificio de las Ramblas se proyectó por primera vez cine en Barcelona
El Arxiu Fotogràfic de Barcelona (AFB) recoge parte del inmenso trabajo que realizaron en Els Napoleon. Un estudi fotogràfic, una exposición que podrá verse, gratis, hasta el 14 de mayo. Los comisarios, Rafel Torrella y la profesora María de los Santos García, han reunido algunas de las magníficas "tarjetas de visita" que les dieron fama y riqueza, una decena de daguerrotipos que realizaron en sus primeros años, miniaturas, fotografías pintadas que parecen óleos y algunos de sus trabajos realizados sobre espejos y cerámicas (con técnicas de las que tenían la patente que imposibilitaba que nadie más las realizara), además de objetos originales del estudio, como un sillón de estilo neogótico que aparece en cientos de imágenes. Para la exposición no se ha seleccionado ninguno de los retratos de difuntos post mortem que los Napoleon y los fotógrafos de la época realizaban a domicilio, tras prohibir la autoridad que los familiares los llevaran a un estudio para hacerles la última, y quizá primera, fotografía.
La calidad de sus trabajos se tradujo en prosperidad económica, algo que permitió a "Fernando", como lo llamada su mujer y no Fernández, a reformar el estudio. La prensa se hizo eco de la inauguración en 1893 del lujoso "palacio de la fotografía", como fue calificado, en el que llegaron a trabajar 25 empleados. Dotado con la última tecnología del momento, disponía de un nuevo jardín que posibilitaba hacer fotos a caballo o en carruaje y de un zona para niños donde posaban con ovejas, ciervos y perros disecados, algo que hacía las delicias del público más adinerado de la ciudad. "Las mejores imágenes se exhibían en un lugar tan concurrido como el escaparate situado en la iglesia de Sant Jaume, en la calle Ferran y el Diari de Barcelona informaba puntualmente de los cambios semanales", explica de los Santos. El estudio Napoleon también fue el lugar escogido por los hermanos Lumière para mostrar por primera vez en la ciudad, las posibilidades de su invento, el cinematógrafo, poco tiempo después de haberlo hecho en París.
El éxito de la firma hizo que surgieran sucursales regentadas por los hijos del matrimonio en Madrid (1880), en la desaparecida Plaça del Àngel de Barcelona (1896) y en Palma de Mallorca (1907), y que los Napoleon fueran reconocidos con títulos como el de fotógrafos reales a partir de 1875. También llevó a otros fotógrafos a querer sacar tajada del boyante negocio y que plagiaran, -la piratería no es un fenómeno solo de nuestros días-, la marca que les identificaban añadiendo tras "Napoleon" los números I, II, III y IIII.
"Antonio fue un tipo muy espabilado. En su familia se explica que los padres de Anaïs no estaban de acuerdo con la relación de su hija, pero quedaron convencidos cuando el albaceteño encontró en el interior de un armario que compró en el mercado de los Encants un montón de monedas que le dieron fortuna", asegura la comisaria. Curiosamente, entre los miles de objetos que llegan a los Encants semanalmente es posible adquirir alguna de las fotografías que los Napoleon realizaron, y que se distinguen por su ampulosa "N", como señal de la casa.
En marzo se colocará una placa conmemorativa en el edificio del Frontón Colón y se inaugurará allí otra muestra dedicada a la vertiente cinematográfica de estas tres generaciones de fotógrafos. Además, se instalarán en la ciudad retratos a tamaño humano de los Napoleon con la cara agujereada para que el público pueda hacerse una fotografía "de época" personalizada, por lo que siglo y medio después, los Napoleon seguirán haciendo retratos en la ciudad.
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