La huelga le estalla al Gobierno de CiU

El portavoz del Gobierno, Francesc Homs, calificó de "absolutamente inadmisible" la situación vivida en Rodalies. La culpa, dejó claro, no la tienen ellos, sino que es enteramente de Renfe, que presta el servicio. Y en caso de buscar responsables políticos, apuntó al anterior Gobierno catalán, que asumió el traspaso del antiguo servicio de Rodalies "sin vías, sin trenes y sin estaciones".

Renfe aceptó el golpe. Enrique Urquijo, director general de Viajeros, dijo que entendía que el Gobierno hubiera abierto a la empresa un expediente. "Yo haría lo mismo en su lugar", admitió. Aclaró que el expediente, por el momento, solo les obliga a explicar los motivos del retraso y no implica una sanción.

Los partidos de la oposición, sin embargo, sí creen que la Generalitat podía haber tomado cartas en el asunto. Afearon al Gobierno el haberse lavado las manos en un problema que afecta a todos los ciudadanos. El más grandilocuente fue Alfons López Tena, portavoz de Solidaritat Catalana, que llegó incluso a pedir la dimisión del Ejecutivo al manifestarse "incapaz" de gestionar la crisis.

Más realista, pero igual de contundente, se mostró la portavoz de Esquerra Anna Simó: "El Gobierno no puede desentenderse; debe dar la cara y explicarse". "Nos hemos encontrado una Generalitat que ha tirado pelotas fuera", protestó desde Iniciativa Dolors Camats. El PP pidió al Ejecutivo que no utilizara "excusas de mal pagador", en palabras de Enric Millo. Y Laia Bonet, portavoz adjunta del PSC, ironizó sobre la plataforma que usó el consejero de Territorio y Sostenibilidad, Lluís Recoder, para comentar la crisis, la red social Twitter: "El consejero tiene más poder que enviar un tweet. Reclamamos actuación, más que quejarse por la falta de servicio", pidió. El partido del Gobierno, Convergència i Unió, mostró una opinión radicalmente diferente de la del resto de formaciones. Ramon Espadaler, portavoz adjunto de CiU en el Parlament, aseguró que la actuación del Ejecutivo fue "ágil, rápida y firme".