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La fusión de Iberia desbarata aún más la ambición de El Prat

Los empresarios y CiU temen que Barcelona pierda peso

La crítica situación del sector aéreo, dominado por fusiones, reducciones de capacidad y recortes de plantilla, plantea cada vez mayores interrogantes sobre el eterno sueño de El Prat de convertirse en un centro de conexión de vuelos internacionales, lo que la jerga del sector llama hub.

Es una reivindicación del empresariado y del Gobierno catalán, que ayer mantuvo su silencio oficial sobre las consecuencias de la fusión de Iberia y British Airways, con hubs en Madrid y Londres.

Esta fusión -que llega tras la drástica cura de adelgazamiento de Spanair, que había prometido explotar la vocación intercontinental de El Prat, y del anuncio de boda entre Vueling y Clickair- acentúan el perfil de aeropuerto especializado en el bajo coste.

Y ello ocurre justo cuando vence el plazo dado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero -julio- para exponer su nuevo modelo de privatización parcial para AENA, el ente gestor de los aeropuertos. A día 31, aún no se ha presentado.

La oposición de CiU no perdió ocasión de subrayar este escenario y expresar su "preocupación", unida a "una privatización de AENA sin tener en cuenta las demandas e intereses de Cataluña", en palabras de Josep Rull.

El presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Miquel Valls, se mostró también escéptico. "Con lo que hemos visto hasta ahora, Iberia consideraba Madrid-Barajas su absoluta prioridad, con el abandono de El Prat de todas sus líneas regulares importantes; peor que ahora, difícilmente podemos continuar", declaró a una emisora de radio. "Como operación, la fusión de Iberia es positiva, al generar economías de escala, pero para El Prat plantea incertidumbres", comentó Josep González, presidente de la patronal Pimec.

El presidente de Iberia, Fernando Conte, ha subrayado la "apuesta" de su empresa por Barcelona, pero esta apuesta se centra en las aerolíneas de vuelos baratos Vueling y Clickair, que se fusionarán y mantendrán la sede en Cataluña. El 45% del capital de la resultante será de Iberia. Ésta consideró ayer "prematuro" evaluar el impacto de su unión con British sobre la fusión de Vueling y Clickair, un "proceso independiente", pero en el que difícilmente evitará explotar las sinergias comerciales derivadas de códigos compartidos de un accionista aún mayor y con más vuelos y destinos.

La unión de Vueling y Clickair va más avanzada en el calendario (culminará en el primer trimestre de 2009 y la de Iberia requerirá un año, si no se complica). A favor suyo juega el compromiso de permanencia de Iberia y de Hemisferio en la nueva low cost durante dos años. En su contra, la incógnita del interés de British por los vuelos de bajo coste. Se desprendió de Go, su invento en ese segmento, que fracasó en sus manos pero no, luego, en las de Easyjet. Fuentes del sector aéreo subrayaron la importancia de que con la nueva Vueling- Clickair no se repita el error que llevó la supeditación de la estrategia de Go a la de British.

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