La estrategia llega a los desahucios
Activistas y policía adoptan nuevas tácticas en los desalojos - 20 personas duermen junto a una familia afectada - Los Mossos refuerzan sus dispositivos
Hay que buscar nuevas formas de protesta ante la creciente ola de desahucios. Los Mossos d'Esquadra están adoptando nuevas estrategias para desalojar a las familias que no pueden pagar por su vivienda, a la vez que la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) va reajustando sus protestas para adaptarse a la presión policial.
Un ejemplo de estos cambios se vio ayer en un intento de desahucio en La Roca del Vallès (Vallès Oriental). Por primera vez, una veintena de miembros de la plataforma decidieron pasar la noche junto a la familia para disuadir a los Mossos d'Esquadra. El desalojo finalmente no se llevó a cabo, ya que la familia afectada consiguió una moratoria judicial de 15 días para poder acabar de hacer el traslado a un piso de alquiler que ya tienen contratado.
"La resistencia tiene un límite. Más allá, ahora debemos buscar nuevas vías, como soluciones efectivas a las familias desahuciadas", apuntó Ada Colau, miembro de la PAH. Una alternativa es la reocupación del domicilio, como hizo la familia desalojada el viernes en Montcada i Reixac. Los Mossos aseguran que los dispositivos se diseñan según la "resistencia" que prevén encontrarse.La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) hace balance de sus dos años y medio de existencia y de acciones para evitar los desahucios. Aunque no han conseguido cambiar el sistema, se muestran contentos de las "pequeñas grandes victorias conseguidas" en casos particulares, pero también desalentados por tener que hacer frente "una y otra vez con la arrogancia de las entidades financieras, con la injusticia de una ley que sobreprotege a los bancos y con la cobardía de unas Administraciones que no se atreven a poner límites a la avaricia del sector financiero".
Una de estas pequeñas victorias se consiguió ayer en La Roca del Vallès (Vallès Oriental), donde Manuel vive con su familia (en total seis personas) desde hace 20 años en una casa de la calle de Lleida. Manuel tenía un negocio familiar dedicado a la impresión de plásticos, pero fue víctima de la crisis y tuvo que cerrar la empresa.
Sin embargo, a la familia de Manuel se le sumó una dificultad añadida. Su hipoteca no para de subir y pasó de 900 euros a 1.900 euros mensuales, así que la deuda con el banco empezó a crecer mes a mes y no pudieron hacer frente a los 109.000 euros que faltaban por pagar. La entidad bancaria decidió entonces ejecutar la hipoteca y poner en marcha el proceso de desahucio de la familia.
El de ayer fue el tercer intento de desalojo, ya que en dos ocasiones anteriores Manuel había conseguido una moratoria con el compromiso de encontrar una nueva vivienda de alquiler, además de apelar a motivos sociales, por enfermedad de un miembro de la familia, de avanzada edad. Casi lo habían conseguido. De hecho, su hijo José Manuel, con su mujer y su hija ya han encontrado un nuevo hogar, donde viven de alquiler. Los otros tres miembros restantes, entre ellos Manuel, tienen un contrato firmado en un piso de alquiler, donde está previsto que se trasladen el 19 de septiembre, cuando lo desocupen los actuales inquilinos.
Esta casuística es la que permitió que el intento de desahucio de ayer se saldara sin incidentes, a pesar de que la PAH había preparado una nueva ofensiva, haciendo que una veintena de sus miembros pasara la noche en casa y así intentar disuadir a los Mossos de intervenir. Pero no hizo falta actuar.
A las 7.30 de la mañana los agentes llegaron al domicilio de Manuel y acordonaron varias manzanas para alejar las protestas lo máximo posible de la casa. Fuentes de los Mossos reconocieron que, finalmente, los manifestantes eran menos de los esperados, ya que solo se amontonaron una veintena de miembros de la plataforma detrás del cordón policial.
Pero la victoria para Manuel se produjo en los juzgados. Allí presentó el contrato de alquiler del nuevo piso y consiguió que los agentes judiciales le concedieran una prórroga de 15 días, después de comprobar que en el domicilio ya solo quedan los enseres y muebles necesarios para pasar estos días.
Pasado el mal trago, Manuel agradeció el apoyo y la intervención de los miembros de la PAH, además del alcalde de La Roca, que ha intercedido antes los juzgados en varias ocasiones para evitar el desalojo de la familia.
A pesar de la moratoria conseguida ayer, la plataforma no lo considera una victoria. "Al final la familia se tendrá que ir, tarde o temprano. No estaremos contentos hasta que se cambien unas leyes que no defienden a los ciudadanos", remachó Ester, miembro de la PAH.
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