Un desastre anunciado
La Comisión Nacional de la Energía abre expedientes informativos a Endesa y Red Eléctrica
Los acontecimientos excepcionales tienen, por lo general, consecuencias también excepcionales. La gran nevada caída a principios de semana en Cataluña provocó un gran apagón en Girona que aún colea, algo fuera de lo habitual. Pero excepcional no quiere decir imprevisto. Red Eléctrica de España (REE), la empresa encargada de gestionar el transporte de la alta tensión, venía advirtiendo de que algo así podía suceder en Cataluña, especialmente en Girona, desde hace al menos cuatro años. Lo dijo el delegado de la compañía, Lluís Pinós, en 2006 y lo repitió el presidente de REE, Luis Atienza, en 2008. Ambos advirtieron de que la red de alta tensión existente, que muere en Juià (Gironès) y no tiene continuidad alguna, podía caer en caso de imprevistos. Sencillamente, Girona, en lo que a red se refiere, es un fondo de saco donde si falla la única línea existente, sólo queda correr para arreglar la avería. Porque no hay alternativa para dar servicio.
En Girona, si falla la única línea existente, sólo queda correr
La avería dejó "triturada" la red que suministra a Lloret de Mar
Así pues, lo peor sucedió. La nieve caída, muy húmeda, cargó los cables de tierra de las torres de alta tensión con hasta cuatro toneladas de agua y hielo. En tres puntos de la línea Vic-Juià (61 kilómetros), los cables se rompieron y afectaron al transporte eléctrico. Resultado: el gran apagón.
Si el problema se hubiera limitado a las tres roturas de línea de REE, se habría resuelto en poco más de un día. Fuentes de la compañía aseguran que el problema, desde el punto de vista de la línea de alta tensión, estaba resuelto a las 18.22 horas del martes. Pero el temporal no sólo desarboló las torres de REE: destrozó decenas de torres de la red de distribución de Fecsa-Endesa. Y eso son palabras mayores. Con cierta impotencia, fuentes de la compañía (propiedad ahora de la italiana Enel) explicaban la magnitud del problema y lo definían como "una catástrofe que ha destrozado la línea de media tensión de la Costa Brava".
Y la cosa no quedó ahí: la avería dejó hecha trizas, "triturada" fue la palabra que utilizó un directivo de Endesa, parte de esas líneas, en especial el entorno de Lloret. Además quedaron para el arrastre las subestaciones de Calella y Castell d'Aro, cuya reparación va ahora para largo.
Con la nieve convertida ya en recuerdo llega ahora, como sucedió con el apagón de 2007, el tiempo del debate y de las acusaciones. Acusaciones contra las empresas, entre las empresas, entre los políticos y contra los políticos. La cuestión más importante que contestar es si las empresas dedican todo lo que debieran a mantener y a mejorar la red de distribución. Mientras llega la repuesta, hay un hecho incontestable: las empresas se han quejado, y mucho, de que la retribución que reciben por la actividad de distribución (regulada) es escasa e insuficiente para atender una red llena de puntos negros (2.000 calculados hace tres años). Con todo, aunque sea difícil de creer, ha habido suerte. Con la crisis, la demanda eléctrica está muy contenida (sólo en enero y febrero ha crecido en torno al 3%). Si la tendencia de consumo precrisis se hubiera mantenido, apagones como el de Girona podrían haber sido moneda corriente. Y no sólo en Cataluña. La solución anunciada, la línea de muy alta tensión (MAT) que conectará España y Francia por Girona, puede tardar en ser efectiva. La interconexión, en todo caso, no funcionará antes de 2014. La pregunta es: ¿cuántos fenómenos meteorológicos intensos o excepcionales pueden suceder en cuatro años? El periodo de retorno (estimación estadística de las catástrofes) habla de un apagón cada 10 años en Cataluña. Está claro que si se suman nevadas, vendavales, incendios y apagones, esa media está ampliamente superada. Y además, la MAT, por sí sola, no hubiera hecho sino acortar los plazos de la recuperación de energía en los puntos que aún están sin ella. Como mucho, coincidieron ayer diversas fuentes, 24 horas. El problema de verdad son las redes que redistribuyen la MAT, que deberían reforzar las existentes. Precisamente, las que más han sufrido.
En relación con estos hechos, la Comisión Nacional de Energía (CNE) ha abierto un expediente informativo a las compañías Endesa y Red Eléctrica de España (REE) por los incidentes. El Consejo de la CNE decidió abrir este expediente en su reunión de ayer, en la que también acordó iniciar una investigación sobre los problemas registrados en el sistema eléctrico de la isla de Tenerife entre el 18 de febrero y el 1 de marzo. Miles de hogares y comercios de toda Canarias se quedaron sin suministro eléctrico en esas fechas por un temporal de viento que causó desconexiones de pocos minutos, que también tuvieron consecuencias en El Hierro y La Gomera.
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