La crisis dispara el 50% las solicitudes para crear cooperativas de trabajo
El sector dice que 4.800 'pymes' son susceptibles de transformarse
Septiembre de 2008: la empresa Matrius i Projectes Lo-Catalunya (Lo-Cat), con un agujero de dos millones de euros, según los trabajadores, decide cerrar la fábrica de Arbúcies (Selva), que empleaba a 35 personas. Junio de 2009: tras meses de luchas por cobrar la prestación de desempleo -la empresa no les dio de baja en la Seguridad Social- cinco de esos trabajadores tienen listo el plan de negocio para seguir con la actividad, bajo el nombre de Matriselva, y están a punto de presentarlo al Instituto Catalán de Finanzas (ICF), el banco de la Generalitat, para ver si les financia. Necesitan un millón de euros para instalaciones y maquinaria. Conservan los principales clientes: BMW, Mercedes y Volkswagen.
Es la versión gerundense, 28 años después, de Mol-Matric, la cooperativa de trabajo de Barberà del Vallès nacida a raíz del cierre de un taller. Tiene 50 trabajadores y se está diversificando hacia trenes, aerogeneradores e industria aeronáutica.
Ejemplos como éstos o como el de Cusó Tapissers, en Barcelona, que hace 10 años los trabajadores propusieron transformar en cooperativa para evitar el cierre, están empezando a cundir en los últimos tiempos debido a la crisis. Es una alternativa al paro y una inyección de moral y confianza brutal.
En el medio año que va desde octubre de 2008 hasta marzo de 2009, Ara Coop, una entidad formada por el sector y la Generalitat para promover la creación de cooperativas, ha registrado un aumento del 50% en las demandas de información para transformar empresas mercantiles en cooperativa. En lo que va de año, se han registrado 151 consultas, frente a las 136 recibidas durante todo 2008 y las 99 de 2007, según la presidenta de la Confederación de Cooperativas de Cataluña, Pepa Muñoz. Se trata habitualmente de empresas muy pequeñas, de entre 5 y 10 trabajadores, y de todo tipo de sectores, pero principalmente de servicios. El Gobierno catalán subvenciona estas iniciativas con 100.000 euros.
Pero todavía se constituyen pocas: 47 en el primer semestre, al mismo ritmo que en el ejercicio anterior (100 en todo el año). Es una cifra muy alejada del millar de cooperativas que se creaban anualmente a mediados de la década de 1990, algo que la directora general de Economía Cooperativa y Creación de Empresas de la Generalitat, Mireia Franch, explica por la limitación de la capitalización del paro a esta figura societaria en 1992. Luego cambió.
La crisis es un motivo de transformación, pero en muchas pequeñas empresas también lo es la sucesión familiar. La Federación de Cooperativas de Trabajo calcula que el 60% de las 8.000 empresas de menos de 150 trabajadores que hay en Cataluña con más de 25 años están en riesgo de desaparecer, lo que afecta a 120.000 trabajadores. "Para ellos, transformarse en cooperativa puede ser una solución", explica el director de la federación, Miquel Miró, que se basa en un dato: de estas 8.000, sólo 1.600 tienen más de 35 años.
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