La consulta de la Diagonal sólo atrae a uno de cada 10 vecinos

La transformación de la avenida Diagonal de Barcelona sólo ha interesado a una de cada 10 personas que tenían derecho a votar, todos los empadronados en la ciudad antes del 1 de enero de 2010 y mayores de 16 años. La participación total de lunes a viernes alcanzó 144.742 personas, lo que representa el 10,2% del censo.

A falta del último día de votación -los puntos de votación presencial se cerraron ayer a las nueve de la noche y por Internet puede votarse hasta hoy a las diez de la mañana-, todo parece indicar que la primera convocatoria que hace el Consistorio barcelonés para someter un proyecto urbano a consulta ha dejado fría a la inmensa mayoría de los barceloneses. La participación ha ido bajando paulatinamente desde el martes, con 37.559 votantes, hasta el viernes, cuando votaron 23.906 (a falta de los datos de las últimas 24 horas), sea por falta de interés, por la acumulación de incidencias tecnológicas -una de ellas protagonizada por el propio alcalde, Jordi Hereu; otra por Alberto Fernández Díaz (PP), y una tercera por el líder de CiU, Xavier Trias- o por otras razones ajenas al motivo de la convocatoria, como el ajuste económico anunciado por el Gobierno.

Pocos votantes en los puntos presenciales en el último día

Pese a que el gobierno municipal no quiso entrar en consideraciones sobre la participación que esperaba, la que finalmente se alcanzará estará al borde del mínimo señalado por algunos responsables del Consistorio. Ayer, el cuarto teniente de alcalde, Ramón García-Bragado, seguía defendiendo que la participación no era "menospreciable".

El edil insistió también en que a partir del lunes se aclararán las responsabilidades de una consulta que ha terminado prácticamente como el rosario de la aurora; algo que tendrá que afrontar el alcalde, que no parece estar muy acompañado en este momento por su partido, ni siquiera por Carles Martí, el primer edil que tomó parte en el diseño de la consulta y que ahora se ha apartado. Los socialistas esperan que Hereu tome decisiones a raíz de de que la consulta de la Diagonal se les "fuera de las manos", tal como lo definían el viernes (véase EL PAÍS de ayer).

La oposición, especialmente CiU y el PP, ya ha exigido dimisiones, y sobre todo información, especialmente sobre el coste de la organización de la consulta -que podría superar los tres millones de euros- y la concreción de las partidas. Por ahora, la única que está clara son los 450.000 euros de la concesión del contrato para el diseño del voto electrónico a cargo de Indra y Scytl. Ambas empresas se han mantenido en silencio pese a las incidencias de la votación del primer día y la evidencia de que "no estaba bien dimensionada", en palabras de responsables municipales.

La oposición, por ahora, no señala a ningún cargo del gobierno municipal en concreto. Además del alcalde, los dos ediles que han tenido un papel determinante en todo el proceso han sido el primer teniente de alcalde, Martí, que fue quien cerró el acuerdo sobre la consulta con Jordi Portabella (ERC) y arrancó la primera fase del proceso de participación, y García-Bragado, que, como responsable de Urbanismo, formó la oficina técnica que diseñó las dos opciones que se han sometido a votación.

Quien ayer cargó contra la consulta de la Diagonal fue el líder de ERC, Joan Puigcercós. "Después de tantas críticas a las consultas soberanistas, ahora está claro que han dado una lección al Ayuntamiento de Barcelona". En cuanto a participación, la consulta de la Diagonal no se acerca al peor resultado de las tres tandas soberanistas realizadas. La más baja de estas, del mes pasado, se saldó con un 17,3%. En el último día de votación de la consulta, el panorama se repetía en los puntos presenciales, salvo dos de ellos con más animación; el de la carpa de los Jardinets de Gràcia y el de plaza de Catalunya. En el resto, los votantes entraban con cuentagotas.