El centro Thyssen de Sant Feliu se ubicará en la fábrica Can Serra
El proyecto costará 15 millones de euros y estará acabado en dos años
Ocho años después de que Carmen Cervera lanzara por primera vez la propuesta, su centro de arte en Sant Feliu de Guíxols (Baix Empordà) ya tiene un proyecto arquitectónico definido. Finalmente, no se instalará en el monasterio benedictino de la localidad, como se había anunciado tras descartar la ubicación del antiguo hospital, sino en la antigua fábrica de corcho Serra Vicens, conocida como Can Serra y a escasos metros del conjunto monástico.
Esa industria corchera nacida en 1860 será el verdadero corazón del futuro Centro de Arte de Pintura Catalana Carmen Thyssen-Bornemisza. La colección permanente de la baronesa, más de un centenar de obras de pintura catalana de los siglos XIX y XX, ocupará 610 metros cuadrados en el antiguo patio interior de la fábrica, un espacio de 1.200 metros cuadrados que también acogerá exposiciones temporales.
Los muros de la fábrica conservan inscripciones y grabados en la pared realizados por los obreros, desde simples garabatos a dibujos más elaborados, algunos con gran valor artístico, pero sobre todo documental, como testimonios de la fabricación del corcho, industria presente en la zona desde hace 200 años. El proyecto es del estudio Bopbaa (Bohigas, Pla y Baquero), responsable de la ampliación del Museo Thyssen de Madrid, que ha optado por un discurso "sostenible". "Los muros envolverán una especie de jardín vertical al patio, donde se instalarán las salas de exposiciones, diáfanas y flexibles, inundadas de luz natural y con cubierta industrial. El espacio museístico será como un umbráculo, rodeado de texturas verdes y luz cambiante. Y no habrá ascensor", explicó el arquitecto Francesc Pla.
El proyecto, que costará unos 15 millones de euros y podría estar dentro de dos años, se hizo público ayer durante una visita del ministro de Cultura, César Antonio Molina, y la baronesa Thyssen al ayuntamiento de Sant Feliu de Guíxols, donde fueron recibidos por el titular de Cultura de la Generalitat, Joan Manel Tresserras, y el alcalde, Pere Albó. Molina destacó el "compromiso" del ministerio con el centro, para el que ya tienen partidas económicas asignadas, aseguró, mientras que Carmen Cervera calificó el plan de "precioso" por "unir pasado y futuro".
Concebido como un "gran jardín cultural", el centro Thyssen será el motor del ambicioso anillo cultural que plantea el Consistorio, un área de 12.000 metros cuadrados que incluyen el monasterio, la fábrica, el palacio del Abad y el teatro municipal. Los arquitectos querían ubicar un museo en un jardín y, de hecho, el proyecto implica la creación de una gran área verde peatonal, al desviar la carretera que cruza la zona.
En cuanto al monasterio, seguirá albergando un museo de historia y será el punto de recepción de visitantes, además de acoger otras dependencias: restaurante, taller de restauración de obras, biblioteca, archivo, almacén y aulas. El palacio del Abad acogerá las oficinas y la dirección técnica del centro de arte. En el conjunto estará integrado también el teatro auditorio municipal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.