Zapatero presiona a Montilla para firmar ya la nueva financiación

"Todavía estamos lejos de un buen acuerdo". El presidente de la Generalitat, José Montilla, fue tajante ayer por la tarde en su diagnóstico sobre el estado de las negociaciones del nuevo modelo de financiación. Montilla no hizo más que remachar las palabras de su consejero de Economía, Antoni Castells, quien horas antes había enfriado cualquier expectativa de acuerdo en las próximas horas porque, aseguró, las posiciones del Gobierno central y catalán todavía están muy alejadas. Castells lo achacaba a dos motivos: la definición del modelo y el grado de nivelación, es decir, la solidaridad interterritorial.

Frente a este pesimista diagnóstico, La Moncloa daba una versión antagónica. El Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero pretende cerrar cuanto antes el pacto y cumplir así su compromiso de que sea antes del 31 de enero. Este de fin de semana, con toda seguridad, se celebrará una reunión en La Moncloa al más alto nivel. Será entre Zapatero y Montilla para tratar de impulsar las negociaciones y evitar que se atasquen. A la entrevista podrían incorporarse otros dirigentes socialistas españoles, como el presidente del PSOE y a su vez de Andalucía, Manuel Chaves, como una medida de presión a Montilla para que acabe por aceptar el sistema que le brindan desde Madrid.

El Gobierno catalán sostiene que no le convence la última oferta de Madrid

El Ejecutivo del PSOE mantiene que el diálogo está muy maduro pues los avances en el último mes son significativos, hasta el punto de que el dificultoso asunto de la nivelación casi está resuelto. La misma vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, aseguraba ayer, entre sonrisas, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, que las negociaciones "están ya en la recta final. Soy optimista. Habrá acuerdo de financiación, no tengan la menor duda, antes de acabar el año o justo después de acabar el año".

Es una versión que en nada coincide con la que ofrece la Generalitat. Fuentes conocedoras de las negociaciones aseguran que las cifras puestas encima de la mesa por Madrid en las últimas horas no invitan al optimismo: la cifra extra de ingresos para la Generalitat ronda los 1.500 millones de euros, frente a los 3.000 que considera el entorno del consejero Castells; en cuanto al modelo, el Gobierno propone nivelar más del 80% de los recursos y ponderar la población según la edad escolar (como pide Andalucía), cuando Cataluña exige, como máximo, el 75% y que la población se pondere con la inmigración.

Los socios de PSC en el tripartito, ERC e ICV-EUiA, temen que Zapatero esté presionando a Montilla para llevárselo al huerto. "Es un gran encantador de serpientes", aseguran fuentes de ambos grupos, que recuerdan que ni Montilla ni Castells pueden "arriesgarse" a firmar a alcanzar un acuerdo sin consultarlo antes con ellos. "Es un acuerdo de gobierno a gobierno". Y ERC ha convocado una reunión para debatir el asunto el día de Nochebuena, el próximo miércoles.

A pesar de estas diferencias, nadie está para perder públicamente el optimismo. Así que ayer en el mismo discurso, el presidente de la Generalitat aseguró que las bases están bien ancladas para sellar un pacto pronto, pero sin precisar la fecha. Montilla se centró en explicar por qué los diputados del PSC han ayudado a levantar el veto sobre los presupuestos Generales del Estado antes del acuerdo para la financiación y recordó que CiU siempre había actuado con una actitud parecida.

Antes del discurso de Montilla, los diputados del PSC en las Cortes y en el Parlament mantuvieron una reunión de casi cuatro horas para intercambiar puntos de vista. Públicamente, nadie abordó el asunto de la financiación. Tampoco Castells, que habló sobre la crisis económica e, irónicamente, dijo haberse "olvidado" de la financiación.