Tensión por los 'correbous'

Una decena de activistas que participaban ayer por la tarde en una performance contra los correbous en Sant Carles de la Ràpita (Montsià) tuvieron que ser escoltados por los Mossos d'Esquadra y acompañados hasta sus coches porque más de un centenar de vecinos les acorralaron e insultaron. El acto de protesta se llevó a cabo a las cuatro de la tarde en la céntrica plaza de Carlos III, y estaba organizado por Anima Naturalis y el Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (PACMA).

En la perfomance para pedir la abolición de los correbous, un joven en calzoncillos hizo de bou capllaçat (toro atado por la cabeza con dos cuerdas) por las calles de la población mientras sus compañeros lo arrastraban y simulaban maltratarlo. "Para nosotros esto es una provocación", advirtió al mediodía Miquel Ferré, presidente de las peñas taurinas de las comarcas del Ebro y concejal de Convergència i Unió (CiU) en Sant Carles de la Ràpita. Dicho y hecho, solo unos minutos después de iniciar el acto, grupos de vecinos partidarios de los correbous salieron de la nada y rodearon a los activistas antitaurinos. La policía estableció un perímetro de seguridad, que los taurinos intentaron traspasar en diversas ocasiones. La mayoría de los que intentaban boicotear la performance eran menores de edad. Algunos padres animaban a sus hijos a insultar a los antitaurinos mientras grupos de personas gritaban al protagonista de la perfomance: "Tendrías que estar ahogado, desgraciado" y "Los derechos son para las personas, no para los animales".

Los Mossos tuvieron que dar protección a los antitaurinos

Tras 20 minutos de tensión, los mossos acompañaron a los defensores de los animales hasta la Casa de la Vila, donde se resguardaron. Después, como los insultos y las persecuciones de los vecinos proseguían, los agentes tuvieron que escoltarles hasta sus vehículos.

"Este verano hemos grabado correbous y denunciaremos las irregularidades que hemos visto", explicó Laia Jorge, portavoz de Anima Naturalis. Cuando ella y sus compañeros pudieron marcharse, los vecinos de la población insultaron, zarandearon y amenazaron a los periodistas que estaban cubriendo el acto y los agentes también tuvieron que darles protección.