"Un 'Rambo' me dejó sin ojo"
Dos jóvenes heridos cuentan su versión de cómo los Mossos tiraron pelotas de goma en la fiesta de la Champions
Jordi Naval tiene 24 años y estudia Telecomunicaciones. Es aficionado del Barça y los médicos le han dicho que no recuperará la visión del ojo izquierdo. Òscar Alpuente tiene cuatro años más y trabaja como informático. También es culé y comparte el diagnóstico de Jordi: nunca más podrá ver por el ojo izquierdo. Con el añadido de que a él le implantarán una prótesis. Jordi está ingresado en el hospital de Sant Pau. Òscar, en el de Vall d'Hebron. No se conocen de nada, pero desde hace unos días comparten destino: los dos acudieron a celebrar la victoria azulgrana en la Champions y resultaron heridos. Dicen que como consecuencia de un pelotazo de goma lanzado por los Mossos d'Esquadra y explican su versión.
Los afectados dicen que se vieron envueltos en los disturbios
"Un Rambo que va con fusil y no sabe hacer su trabajo me ha dejado sin ojo y me ha marcado para toda la vida", afirmó Òscar en la habitación donde sigue ingresado. Según su relato, se encontraba con dos amigos en una acera del paseo de Gràcia, junto a la Bolsa de Barcelona. "Un chico se escondió entre los coches y lanzó algo contra una furgoneta de los Mossos. Bajaron al instante a por él, pero se fue corriendo y me dieron a mí. Los mossos iban a tope de adrenalina, no controlaban".
Según Òscar, el incidente ocurrió a las 2.30 horas y la pelota fue lanzada desde unos 15 metros de distancia. El joven explicó que él y sus amigos intentaron mantenerse lejos de los incidentes. "Quisimos salir de allí, pero nos vimos atrapados". Tras el impacto, su ojo sangró y los amigos le llevaron detrás de un quiosco hasta que llegaron las ambulancias. "Ningún policía me ayudó", dijo. Los médicos le han dicho que ha sufrido un "estallido" y pérdida de masa ocular, y que deberá llevar una prótesis.
Después de su denuncia pública, Òscar piensa ir al juzgado la próxima semana. Quienes ya lo han hecho han sido la familia del otro afectado, Jordi, que interpuso dos denuncias (una en comisaría y otra en el juzgado de guardia). Jordi explicó ayer que también se vio implicado en los altercados sin quererlo. También sobre las 2.30 horas, el joven caminaba con su amigo Juan por la calle de la Unió en dirección a La Rambla. Iban a tomar la última copa para acabar de celebrar el título. "Veníamos hablando y cantando. Una furgoneta se cruzó. Salió un policía, disparó y me dio en la cabeza, aunque yo no vi casi nada".
Jordi tuvo tiempo de caminar unos metros y refugiarse hasta que llegaron los servicios de emergencia. Aún se pregunta por qué cargaron los Mossos en esa zona, bastante alejada de la plaza de Catalunya. "Me puse la camiseta del Barça en el ojo y salí. Me dolía mucho la cabeza". El joven, que es natural de Lleida pero estudia en Barcelona, dijo que no estuvo implicado en ninguna clase de disturbios. "Sólo íbamos a celebrar la Champions. No había ido a la fiesta de la Liga ni a la de la Copa. Me habían dicho que había un poco de follón, pero no imaginaba esto. Me han quitado una cosa que es mía y lo veo injusto. Y aún me da más rabia porque yo no hice nada".
El joven tampoco recuperará la visión del ojo izquierdo, según los médicos. Además de estudiar, trabaja con soldaduras. Ahora no sabe si podrá seguir haciéndolo. "Es injusto", repite.
La versión que ofrecen los Mossos d'Esquadra es más escueta. Sobre todo porque por ahora no saben con certeza qué ocurrió. Por eso, la policía ni confirma ni desmiente la versión de los jóvenes. "Estamos investigando para aclarar con precisión los hechos", indicó un portavoz. La investigación pasa por recoger el testimonio de más personas que presenciaran los hechos, buscar imágenes de lo ocurrido y esperar a que los informes médicos determinen si las lesiones pudo causarlas el lanzamiento de una pelota de goma.
Sea cual sea el resultado, la policía "lamenta" las heridas que han sufrido Òscar y Jordi. La policía autonómica sólo tiene constancia de una denuncia -la de Jordi, la única que se ha hecho efectiva-, pero investiga los dos casos. Las familias de los dos jóvenes, que no se conocían, se han puesto en contacto para coordinar sus acciones.
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