Pulgar abajo para la villa romana de la Sagrera
El Ayuntamiento decide arrasar el yacimiento
Pollice verso. Pulgar hacia abajo. El Ayuntamiento de Barcelona ha decidido la (mala) suerte que correrá la gran villa termal romana descubierta este verano durante las obras de construcción de los accesos a la nueva estación de alta velocidad de la Sagrera: será arrasada. Paradójicamente, AVE gana a Roma.
Es cierto que, para seguir con la pertinente comparación latina, no se va echar sal sobre la villa y su memoria persistirá, en parte de manera virtual y en 3-D. Escuchados los especialistas, se ha decidido que los restos arqueológicos del conjunto no precisan ser conservados y que basta con documentarlos extensivamente y extraer los elementos más llamativos, como el gran mosaico hallado en el yacimiento, que será restaurado y se exhibirá en la propia Sagrera (el mosaico aún no ha sido excavado del todo: parece que tiene 50 metros cuadrados).
Una vez realizado el estudio de la villa se procederá "al desmontaje de la totalidad de los restos afectados por las obras", que no significa que se vuelvan a montar en otro lugar, sino que es una fórmula eufemística tipo Endlösung para decir que serán destruidos. Quod non fecerun barbari...
La explicación ayer del acuerdo adoptado entre las Administraciones con relación a los restos romanos del entorno de la estación de la Sagrera corrió a cargo del teniente de alcalde de Cultura, Jaume Ciurana, que recalcó hasta el puntillismo la voluntad municipal de "transparencia" y "sentido común" al respecto. Afirmó que lo que ha prevalecido es el dictamen de los arqueólogos según el cual los restos tienen valor documental pero no patrimonial estricto excepto el dicho mosaico y algunas pinturas murales "al nivel de zócalo".
De la villa, señaló -y lo confirmó a su lado el responsable de intervenciones arqueológicas de la ciudad, Josep Pujades- solo queda la planta con secciones de muros de apenas 10 centímetros de alto. "Las fotos engañan un poco", consideró el político. El arqueólogo remató: "la preservación física no es necesaria". Dado que Siurana ha sido en el pasado muy crítico con intervenciones que han conducido a la destrucción de restos arqueológicos (como él mismo recordó ayer), su celo por demostrar que se va a desintegrar la villa con todas las de la ley fue comprensible. Subrayó que se ha contrastado la opinión de los arqueólogos municipales con la de expertos externos. Garantizó que la excavación está siendo exhaustiva, que se publicará la memoria arqueológica de la excavación, que se hará una reproducción de la villa en 3-D, que se construirá una pormenorizada maqueta, que además de conservar el mosaico se realizará una réplica a escala 1:1 que incluya las partes desaparecidas del mismo...
Quedó la duda de que si la villa merece todo eso, a lo mejor también merecía salvarse. Ayer se anunció, además, que en la excavación están apareciendo también restos ibéricos. La parte de la villa afectada es de 1.000 metros cuadrados, pero su extensión es mayor. Pujades relativizó la importancia de una villa termal romana, que no es algo inédito, dijo, en el territorio.
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