El PSC gana por la mínima y CiU y el PP luchan por el segundo puesto
Rajoy puede sacar más votos que Convergència por primera vez en Cataluña - Los socialistas rozan su mínimo histórico y pierden 10 de los 25 diputados
Cataluña no se rinde a la marea azul, pero se queda más cerca que nunca por la gran desmovilización del electorado socialista. Solo la división del voto conservador entre CiU y el PP, que compiten con uñas y dientes por la segunda posición, salvan la ajustada victoria del PSC. Así lo refleja la encuesta de Metroscopia elaborada para EL PAÍS, que prevé que los socialistas ganen en Cataluña el próximo día 20 con 15 diputados, un resultado muy alejado de los 25 que consiguieron hace cuatro años. Les seguirá Convergència i Unió, con 14, y el PP, con 13. La gran novedad, además del desplome socialista, es que por primera vez el PP ganaría a CiU en votos, aunque no en escaños. En la práctica significa que el PP ha dejado de ser el partido proscrito de la política catalana.
Los socialistas pierden apoyos en todas direcciones. Si hace cuatro años Carme Chacón fue depositaria de todo el voto anti- PP, con un histórico 45% de los sufragios, los socialistas pierden ahora 15 puntos. Todos los indicadores apuntan a que los catalanes han perdido el miedo al PP, si bien el rechazo a este partido sigue siendo mayoritario en esta comunidad: el 54% de los electores dice que no votaría nunca a la formación de Mariano Rajoy.
La mayor parte del trasvase de voto socialista va directamente a la abstención. Esto explica que se estime una participación de hasta ocho puntos por debajo de la de 2008. Entre los que abandonan al PSC para votar a otro partido son mayoría los que se pasan al PP: el 8,2%.CiU también recogerá el voto de seis de cada 100 antiguos votantes socialistas. De hecho, tan solo el 42% de quienes votaron al PSC en 2008 se declaran dispuestos repetir, al tiempo que un 35% sigue dudando entre participar en las votaciones o abstenerse. A estas alturas de campaña, la abstención de estos electores es ya muy probable.
Más allá del batacazo socialista, es en el segundo puesto donde se ve mejor el movimiento de fondo. El Partido Popular, siguiendo su propia estela de las elecciones autonómicas y municipales del pasado mayo, se consolida en una posición central y logra sus mejores resultados en unas elecciones generales. Cataluña contribuiría a la más que probable mayoría absoluta del PP con 13 diputados, uno más de los que consiguió José María Aznar en 2000. Este resultado implica que la ventaja en Cataluña del PSC sobre el PP, que en 2008 fue de 17 escaños (25 frente a ocho), quedará ahora reducida a solo dos (15 frente a 13). O sea que está en serio peligro la tradicional denominación de Cataluña de granero de voto de los socialistas.
El derrotismo se ha instalado en el ánimo de los votantes socialistas. El 82% piensa que el PP ganará y solo el 63% de ellos declaran preferir que sea su partido el que gane el 20-N. Casi dos de cada 10 socialistas prefieren, directamente, que gobierne Mariano Rajoy.
Lo que sí mantienen los socialistas es una opinión positiva de su candidato a presidir el Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba. Este consigue un aprobado justo (5,2), un punto por encima de Mariano Rajoy. Esto se debe en buena medida a que el candidato del PP concentra evaluaciones especialmente negativas que proceden del electorado más nacionalista y de izquierdas.
Tras el PP, Convergència i Unió (CiU) será la formación que experimente un mayor aumento de su representación parlamentaria, con un total de 14 escaños, cuatro más que en 2008, pero aún lejos de los resultados de mediados de los años noventa, cuando alcanzó su techo electoral. Los recortes sociales que aplica el Gobierno catalán, junto con una campaña muy centrada en reivindicar el concierto económico para Cataluña, hacen que no logre atraer en masa al electorado de centro derecha en Cataluña.
Para los nacionalistas de CiU este resultado es negativo, puesto que hace apenas medio año aspiraban a ganar claramente las elecciones generales en Cataluña por primera vez. Durante este tiempo, CiU ha contribuido decisivamente a normalizar la imagen del PP en Cataluña. Se han dejado a un lado los reproches a la actitud de los populares en episodios como el Estatuto catalán a cambio de apoyos parlamentarios al Gobierno de Artur Mas. Además, CiU ha facilitado la entrada del Partido Popular en instituciones importantes, como el Ayuntamiento de Badalona, tercera ciudad de Cataluña, y en el gobierno de la poderosa Diputación de Barcelona.
Del PSC también van votos hacia la izquierda. Esto explica que Iniciativa per Cataluña pase de uno a dos diputados. Los ecosocialistas se benefician así del descontento de los votantes socialistas molestos con los virajes del Gobierno en política social y económica. Esquerra Republicana mantiene sus tres escaños actuales pese a un retroceso importante en la intención de voto directo, según Metroscopia.
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