Espléndido
Los eslóganes Más que un musical, una leyenda y El sueño se ha hecho realidad, que acompañan al título de esta nueva versión de Los miserables en su cartel promocional, no son una exageración. El musical más popular de todos los tiempos, basado en el novelón de Victor Hugo, ha llegado por fin a Barcelona en un montaje de 2010 con el que se celebra su 25º aniversario. Más de una treintena de intérpretes son la cara visible de una producción que cuenta con un centenar de personas, todas ellas al servicio de una puesta en escena actualizada francamente espectacular que incluye la proyección de dibujos que son originales del propio Hugo. El ambiente rural y parisiense de la primera mitad del siglo XIX que él describe está ahí, sobre el escenario, con su bruma y su miseria: las calles y los carros, las casas con sus balcones, la fábrica de Valjean convertido en Mr. Madeleine, la taberna de los Thénardier, las barricadas de los estudiantes revolucionarios, escena que por cierto es un Delacroix en movimiento; todo ello forma parte de un dispositivo escenográfico impecable, tremendamente eficaz y ágil. Las proyecciones facilitan la huida de Valjean con el joven Marius a cuestas por alcantarillas de la capital y, convertidas en las aguas del río, engullen literalmente a Javert, el inspector de policía, cuando se suicida lanzándose desde lo alto de un puente, uno de los efectos más logrados.
LOS MISERABLES
Dirección: Laurence Connor, James Powell. Barcelona Teatre Musical, 29 de septiembre.
La treintena de temas musicales se siguen fluidamente unos a otros y la historia folletinesca de los protagonistas se explica perfectamente a través de ellos, sin apenas libreto, gracias a unos intérpretes que no solo cantan bien, sino que además se les entiende mientras lo hacen. Y no es una obviedad. Los personajes son de carne y hueso, sufren y emocionan. Todos están estupendos, incluso los niños, entre los que destaca el simpático Gavroche de Bruno Petra. La muerte de Fantine (Virginia Carmona) es conmovedora; los Thénardier (Enrique R. del Portal y Eva Diago), la grotesca pareja de bribones que regentan el hostal y cuidan de Cosette, protagonizan por separado un par de canciones que reúnen lo más cruel de La cenicienta y lo más diabólico de Sweeney Todd. La relación de perro y gato entre Javert (Ignasi Vidal) y Valjean (Jerónimo Rauch) está muy bien trabada, y las razones de ambos, bien definidas. En fin, vale mucho la pena.
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