"Espero volver a hacer una vida normal"
Las entidades sociales logran paralizar otro desahucio sin aviso en Terrassa
"Cada día iba al banco a intentar solucionar mi hipoteca. Y ahora, todo ha cambiado. Solo espero volver a hacer una vida normal", explicó exultante ayer Mustafá Boughlala. La Plataforma de Afectados por la Hipoteca se apuntó ayer otra victoria en la batalla contra los desahucios. Consiguió parar el desalojo del hombre y su familia en Terrassa. Y lo hizo a ciegas, sin saber cuándo se personarían la comitiva judicial y los Mossos d'Esquadra. Solo sabían que se realizaría entre el 27 y el 29 de julio. La creciente contestación social con la que se topan los desahucios ha llevado a los jueces a cambiar la forma de firmarlos. Si antes fijaban fecha y hora, lo que permitía organizar las protestas con antelación, ahora tienden a establecer un largo plazo en el que el desalojo puede llevarse a cabo, para tratar de esquivarlas.
El piso de Mustafá, su mujer Hanan y su hijo de dos años estaba ayer medio vacío. Apenas había los muebles necesarios para vivir. Los restantes estaban en la casa de un vecino ante lo que pudiera suceder. El miércoles pasado supieron que les desalojarían y se prepararon para lo peor: abandonar la que ha sido su vivienda desde 2003.
Para no dar golpes de ciego, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) de Terrassa convocó el martes una acampada para cubrir la fórmula abierta del juez e intentar así que la comitiva judicial y la policía ejecutaran la orden de desalojo. Un pequeño grupo manifestantes pasaron la noche en tiendas de campaña delante del bloque I de la urbanización Montserrat de Terrassa. La presión tuvo efecto: 12 horas después, el medio centenar de personas allí reunidas aplaudieron la paralización.
La entidad bancaria Unnim ha accedido ahora a renegociar la hipoteca de Mustafá, licenciado en Derecho en su Marruecos natal. El piso ya es del banco, pero le ofrecen un alquiler social de 250 euros. "Lo máximo que puedo pagar", dijo el afectado, que recibirá una ayuda para afrontar los pagos además de la que ya percibe, de 575 euros, por desempleo. Mustafá se quedó sin trabajo en 2008 y los problemas para afrontar la hipoteca de 497 euros al mes surgieron en junio de 2009, cuando dejó de pagarla. El ultimátum del banco se confirmó con una orden de desalojo el pasado 12 de julio. Ese día, una gran movilización social permitió frenarlo. El juez, sin embargo, dictó una nueva orden, ya sin previo aviso, que ayer quedó sin efecto. Al menos, hasta septiembre. El banco no perdona a Mustafá el 50% de la hipoteca, que asciende a 50.000 euros, explicó ayer Emilge Mira, miembro de la PAH de Terrassa.
Las acciones que se llevan a cabo para ejecutar los desahucios llegaron el martes al Parlament, tras la tensión vivida el lunes en una protesta para impedir el desalojo de una familia del barrio del Clot de Barcelona que acabó con enfrentamientos con los Mossos d'Esquadra y se saldó con 10 heridos y 34 denunciados.
Después de que el portavoz del Gobierno catalán, Francesc Homs, defendiera el martes la actuación policial en el desahucio del Clot, el secretario general de Iniciativa per Catalunya, Joan Herrera, calificó ayer los desalojos sin aviso de "ilegales".
El martes se realizó el primer desalojo con la fórmula abierta en el barrio de Gràcia de Barcelona. Herrera aseguró que los afectados "tienen derecho" a saber el día y la hora en que se les echará de casa. No obstante, si hay una orden judicial, es legal.
"Volveremos a amueblar el piso", dijeron ayer Mustafá y Hanan mientras servían unas tazas de té en la solitaria mesa de su salón.
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