Destituida la presidenta del CSI por criticar el cierre del Dos de Maig
El consejo del Consorcio Sanitario Integral (CSI) destituyó ayer a la presidenta del organismo, la socialista Núria Marín -alcaldesa de L'Hospitalet de Llobregat-, a raíz de que esta insistiera públicamente en oponerse al cierre del histórico hospital Dos de Maig, centro gestionado por el CSI. El consorcio, entidad con mayoría de representantes del Departamento de Salud y de militancia convergente, acordó la destitución por "motivos razonables y lógicos ante la divergencia constante de opiniones", admitieron fuentes del departamento. El vicepresidente del CSI, Antoni Poveda, alcalde de Sant Joan Despí y también socialista, cesó por los mismos motivos. Marín fue sustituida por Joaquim Serrahima y Poveda por Carles Constante.
Los destituidos ya habían rechazado aprobar los últimos presupuestos del CSI y eran los únicos cargos del PSC en un consorcio formado por miembros del Departamento de Salud, lo que se traducía en un enfrentamiento permanente entre los representantes socialistas y los de CiU; el último, motivado por el anuncio delcierre del Dos de Maig. "Puede interpretarse como una pelea política, pero el consorcio tenía intención de mantener el Dos de Maig antes del cambio de Gobierno. Solo hemos defendido la sanidad pública", afirmó Marín.
Salud culpa a Cruz Roja
La pérdida de estos cargos (los destituidos mantienen su puesto en el consejo del CSI porque así lo dictan los estatutos del consorcio) llega en plena batalla vecinal por salvar el Dos de Maig, que presta servicio a unas 130.000 personas del Eixample y provocó un rifirrafe entre concejales del Ayuntamiento de Barcelona. La portavoz del grupo municipal del PSC, Assumpta Escarp, calificó las destituciones de "inadmisibles" y pidió al alcalde, Xavier Trias (CiU), que se oponga públicamente a los ceses y defienda "la sanidad pública de la ciudad".
El consejero de Salud, Boi Ruiz, insistió ayer en insinuar que la culpa del cierre del Dos de Maig es de la Cruz Roja, propietaria del inmueble donde se halla el hospital. "Si el edificio fuera nuestro, podría continuar. Volveremos a reunirnos con la Cruz Roja", señaló en una entrevista a Catalunya Ràdio.
"Es injusto", señaló Marín. "Si alguien ha tenido paciencia y flexibilidad es la Cruz Roja", aseguró. "Porque el consorcio iba a comprar el edificio por unos 25 millones, pero la nueva Generalitat lo paralizó".
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