Apasionados por su trabajo
Los cuatro fallecidos serán enterrados entre hoy y mañana en sus poblaciones
Desoladas, casi sin poder articular palabra, estaban las familias de los cuatro bomberos fallecidos el martes en el incendio forestal que afecta a Horta de Sant Joan (Terra Alta). Familiares y amigos se desplazaron ayer a Tortosa y se concentraron en un hotel, a unos minutos del tanatorio donde por la mañana se practicó la autopsia a los fallecidos, todos ellos hombres jóvenes, deportistas, preparados para luchar contra el fuego y apasionados por su trabajo.
Las familias pasaron el día encerradas en sus respectivas habitaciones y en el bar del hotel. Allí el abatimiento era palpable: caras tristes, miradas perdidas y lágrimas en los ojos en la mayoría, mientras unos a otros se intentaban animar como podían. Esperaban poder llevarse los cuerpos de los fallecidos para enterrarlos hoy en sus localidades. El primero de los funerales será el de David Duaigües, de 29 años, en su población natal, Almatret (Segrià); al mediodía será enterrado en Reus Jaume Arpa, de 44 años; por la tarde, en La Pobla de Segur (Pallars Jussà) se realizará el funeral de Jordi Moré, de 41 años, y para mañana está previsto el de Ramon Espinet, de 47 años, en Palau d'Anglesola (Pla d'Urgell).
Cuatro psicólogos enviado por los Bomberos de la Generalitat trataban de suavizar ayer lo insuavizable en Tortosa. Compañeros de los fallecidos también arropaban a los allegados. "En estos momentos no sabes cómo reaccionar, les explicas cómo ha sido el accidente y les escuchas", comentaba un bombero. "No sabes qué decirles, cómo responderles. La novia de uno de los fallecidos me decía: 'Él no puede ser. Quería ser bombero y era fuerte como un roble. Os habéis equivocado, debe de ser un error, no se ha muerto", agregaba otro. "Las familias se resignan. Saben que son bomberos, y esto podía pasar. Unos se lo creen, otros aún no se hacen a la idea. Es lo que tiene este trabajo", añadía un tercero.
Uno de los fallecidos era padre de gemelos y otro deja a su mujer embarazada.
David Duaigües, 29: años Una persona comprometida con su pueblo
"Ser bombero era su ilusión. Era una persona muy comprometida con el pueblo". Así recuerda al bombero de Almatret (Segrià) el alcalde de su pueblo, Evarist Giralt. Y es que el fallecido participaba activamente en numerosas iniciativas de su municipio, donde puso en marcha una carrera anual de ciclismo, deporte al que era muy aficionado. También en Lleida, ciudad en la que residía con su pareja, con la que no tenía aún hijos, el alcalde Àngel Ros destaca las colaboraciones de Duaigües en el salón infantil que se celebra cada año en diciembre. Su profesión era su pasión. "Su gran ilusión era trabajar como bombero. Sus padres y su hermano mayor están destrozados", concluía ayer Giralt.
Jordi Moré, 41 años: Empezó como bombero voluntario siendo muy joven
Para el alcalde de La Pobla de Segur (Pallars Jussà), Lluís Bellera, la muerte de Jordi Moré ha sido "una desgracia muy grande que tiene conmocionada a toda la población". Y es que en el Pallars Jussà, comarca a la que pertenecen tres de los afectados, en muchas familias hay algún miembro que pertenece a los Bomberos de la Generalitat. "Empezó como voluntario siendo muy joven. Estaba muy preparado y era una excelente persona, muy implicada en las cuestiones del pueblo", explica el alcalde, quien además destaca el espíritu de servicio a los demás que comporta la profesión, que "sólo se valora cuando pasan desgracias como ésta". Moré tenía mujer y dos hijos gemelos de tres años.
Ramon Espinet, 47 años: "Era muy conocido, tenía mucho empuje y era muy reflexivo"
Carme Tàpies, la alcaldesa del municipio natal de Ramon Espinet, explica que era muy querido en Palau d'Anglesola (Pla d'Urgell), adonde pensaba volver a vivir dentro de poco, ya que circunstancialmente estaba residiendo en Mollerussa con su pareja, con la que tiene un niño de 15 meses. "Era muy buen profesional, con mucho empuje, pero muy reflexivo. Incluso había empezado clases de taichi en el pueblo. Sus padres todavía no se lo creen", señala. Y es que Espinet había mostrado su voluntad de dejar los GRAF por considerar que a sus 47 años ya era muy mayor para arriesgar tanto, y más teniendo un niño pequeño al que cuidar, un hijo al que ahora desgraciadamente no verá crecer.
Jaume Arpa, 44 años: Estaba a punto de ser padre por primera vez
Jaume Arpa, de 44 años, era natural de L'Ametlla de Merola (Berguedà), pero ahora residía en Tremp (Pallars Jussà). Estaba casado con una vecina de la población leridana con la que iba a tener un hijo dentro de tres meses. "Era un bombero muy apreciado en la zona, con una fuerte tradición de voluntariado. La familia ha quedado muy apenada, precisamente por la circunstacia de que estaba a punto de ser padre", explica Víctor Orrit, alcalde de Tremp. Arpa era bombero desde 1992 y actualmente estaba destinado como cabo en el parque de bomberos de Ascó (Ribera d'Ebre). Desde hace 10 años también formaba parte del cuerpo de especialistas en fuego forestal.
Josep Pallàs, 36 años: Tiene el 75% del cuerpo quemado, pero evoluciona bien
Josep Pallàs, uno de los dos bomberos heridos gravemente, también reside en La Pobla de Segur (Pallars Jussà) y como su compañero y vecino fallecido, Jordi Moré, está destinado en el parque de Sort. A pesar de tener quemado el 75% del cuerpo, evoluciona favorablemente. Lluís Bellera, alcalde de La Pobla, explica el parte médico que le dio personalmente la consejera de Salud, Marina Geli. "Está consciente y muy animado, con una actitud muy positiva de lucha a pesar de haber sufrido este trágico accidente", asegura el alcalde. Más de 200 personas se concentraron ayer ante el parque de Sort para expresar su pésame por la pérdida de Moré y sus deseos de que Pallàs se recupere.
Pau Costa, 31 años: Un enamorado del monte que lucha contra graves quemaduras
El joven que ayer seguía luchando contra graves quemaduras en la mitad del cuerpo en el hospital de Vall d'Hebron poco tenía que ver con el Pau que sus amigos y familiares recuerdan de hace apenas dos días. Este miembro de los GRAF, pendiente de una oposiciones para cambiar de destino, es un enamorado de la montaña hasta las últimas consecuencias. Nacido en Sant Julià de Vilatorta (Osona), al pie de las Guilleries, heredó de sus padres la pasión por la montaña. Escalada, senderismo, esquí... los deportes al aire libre son lo suyo. Pese a sus escasos 31 años, Pau es un experto en la lucha contra el fuego y en el diseño de operaciones antiincendios.
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