200 invitaciones a héroes fallecidos
La Generalitat convoca por error a víctimas del franquismo ya muertas
La Generalitat organiza este año 25 actos de homenaje para represaliados del franquismo, que son agasajados y reciben un diploma en reconocimiento a su lucha cuando fueron encarcelados, durante la Guerra Civil y el franquismo. Sin embargo, tras cuatro actos, el último ayer en Badalona, el Departamento de Interior se ha visto obligado a cambiar el formato de invitación: por error, había invitado a represaliados ya muertos, para sorpresa de sus familias, que veían el nombre de un allegado fallecido impreso en el tarjetón oficial.
Hasta el momento, la Generalitat había cursado unas 6.000 invitaciones, y se ha enterado del error por las llamadas de familiares: ha recibido 200 avisos y seis quejas formales por el malentendido.
El Departamento de Interior se apresuró ayer a admitir sin matices el error y pedir disculpas a todos los afectados. Fuentes oficiales achacaron el fallo a "la gestión de la base de datos, que censa a las 22.000 personas que desde el año 2000 han recibido ayudas por haber sufrido represalias franquistas".
El registro de los represaliados se ha ido actualizando, aseguran, aunque no todas las personas que han fallecido en esta década constan todavía como difuntas en las listas. Para evitar nuevos errores, la Generalitat ha registrado los cambios en la base de datos y ha variado el formato de las invitaciones, que a partir de ahora irán destinadas a las familias de los represaliados.
De los 500 represaliados del franquismo que ayer eran homenajeados en Badalona, sólo una quincena acudieron en persona a recoger el reconocimiento. La mayoría de los asistentes -el teatro Zorrilla estaba lleno para la ocasión- eran familiares que acudían en representación de un fallecido y trataron de quitar hierro al error de la Generalitat.
"Sí, he recibido la carta a nombre de mi padre, pero me parece muy bien, lo importante es que se celebre el acto y reciban un homenaje", aseguraba el hijo de un represaliado.
Coincidía María, hija de un preso del franquismo: "No tiene importancia. Lo destacable es que por fin mi padre reciba un homenaje. Llega demasiado tarde, me hubiera gustado que tanto él como mi madre hubiesen estado para verlo", afirmó. Para Lluís Martí Bielsa, uno de los represaliados que asistieron al acto, lo subrayable era la tardanza: "Hemos tardado 33 años, pero por fin tenemos un reconocimiento", dijo satisfecho.
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