El cliente entra en clase
Banca Mediolanum abre su universidad corporativa
Con el orgullo de quien ha gestado un hijo, los responsables de la italiana Banca Mediolanum (en España, Fibanc-Mediolanum) presumen de la universidad corporativa que ha inaugurado la entidad en Milán hace poco más de seis meses y tras una inversión de 35 millones de euros. Por eso nos invitan a pasear por sus aulas e, incluso, a participar en alguna de las clases que imparten en ese momento entre sus colaboradores. Porque si alguna peculiaridad tiene la Mediolanum Corporate University (MCU) es que está dirigida fundamentalmente a los asesores financieros que trabajan para el grupo bancario, que no se encuentran en nómina, sino vinculados con la entidad a través de un contrato mercantil. Son 6.400 personas. Frente a una plantilla fija de 2.000 empleados que trabaja en Italia, España, Alemania, Austria e Irlanda.
La entidad invierte 35 millones para formar a sus 8.400 colaboradores
En su corta andadura, la universidad está formando a mil alumnos al mes y sus previsiones para 2009 apuntan a que serán 10.000 profesionales los que pasen por sus clases y el hotel que se sitúa junto a ellas, propiedad también del grupo creado por Ennio Doris y basado en el asesoramiento financiero personalizado.
Esta creencia del fundador de Mediolanum es la que ha impulsado la apertura del centro de enseñanza corporativo cuyo presupuesto para este año es de 9,17 millones de euros. Se trata de transmitir a sus colaboradores los valores del banco, su estrategia de inversión basada en el medio y largo plazo y en los sentimientos de sus clientes.
Para poner en marcha el proyecto, recuerda su máximo responsable Óscar di Montigny, fueron a visitar universidades americanas como la de Nueva York o la reconocida Harvard, así como universidades empresariales como la de McDonald's, Disney o General Electric. Ninguna bancaria porque "así nos defendíamos de la contaminación del sector. Buscábamos un modelo nuevo", dice.
En sus salas y aulas se respira tanta tranquilidad como modernidad. Todo está diseñado hasta el más mínimo detalle. Al estilo italiano. Aunque los representantes de Mediolanum presumen de que su centro corporativo nada tiene que ver con los que tienen sus directos competidores, Unicredit o Banca Intesa, pues o no son entes autónomos del banco al que pertenecen o no tienen un carácter estratégico para él o los responsables del centro no reportan directamente a la propiedad de la entidad los requisitos de que hablan las universidades corporativas norteamericanas para ser consideradas como tales, según el consejero delegado de la MCU.
Otra de las peculiaridades de este centro corporativo es que ofrece cursos gratuitos de formación financiera para los inversores que trabajan con Mediolanum. "La intención es fidelizar a nuestros clientes porque creemos que un cliente bien informado sabe mejor cuáles son las diferencias entre un banco y otro", mantiene Di Montigny, para quien también es muy importante dotar de transparencia a un sector como el financiero.
Que la formación de una universidad de empresa se dirija a sus clientes o proveedores no es lo más habitual, reconoce el profesor de Esade, Luis Vives, pero sí hay algunos centros en el mundo que lo hacen, como puede ser el de Alcatel-Lucent o el de Toyota.
La directora de Alcatel-Lucent University en Madrid, Yolanda Carrasco, explica que su centro imparte formación a sus clientes como parte de la solución global que le han vendido y, además, dispone de certificaciones profesionales abiertas a cualquier persona que quiera obtenerlas. Por tanto, sus programas van dirigidos a los empleados (todos ellos, en España algo más de mil, reciben formación vinculada al plan de desarrollo profesional previamente fijado), a los clientes y a cualquier profesional que quiera especializarse en ciertas tecnologías. "El ámbito completo de lo que puede ser un centro educativo", señala Carrasco.
En el sector bancario, BBVA también se dirige a sus clientes y comercializa, además paquetes de cursos para terceros, según explica su director de formación corporativa, Ángel Hernández Rilova, quien cita como ejemplo los cursos que la entidad ha ofrecido en México a 250.000 pymes de forma gratuita.
Para José Ángel Fernández Izard, director de la Universidad Corporativa de Gas Natural -antes de Unión Fenosa, empresa integrada en el grupo energético-, la primera que se creó en España; el siguiente paso de los centros corporativos puede ser precisamente éste, abrirse a clientes y colaboradores.
Evidentemente, ese tipo de enseñanzas son complementarias a las de los empleados, el verdadero origen de las universidades empresariales que, según Vives, surgen como consecuencia del crecimiento rápido experimentado por las empresas y su internacionalización, que hace necesaria la integración de las culturas locales en una cultura corporativa única y propia que homogeneice las prácticas y la visión de grupo.
Los empleados se muestran satisfechos con los resultados. Así lo manifiestan los 13 supervisores que han participado esta semana en uno de los cursos impartidos en Mediolanum. Con hasta cinco personas a su cargo, estos gestores bancarios han aprendido técnicas para una mejor gestión de sus colaboradores en momentos de cambio y una nueva visión estratégica a medio y largo plazo, aseguran alumnos y profesor. -
El apogeo educador
Cada vez más empresas se apuntan a la moda de lanzar una universidad propia para formar a sus empleados, directivos o no. De hecho, recientemente Fiat ha lanzado la suya,
Telefónica ha inaugurado este año su sede en Barcelona y existen proyectos de diversas compañías para desarrollar sus centros, según Luis Vives, profesor de ESADE, para quien la crisis económica está ralentizando algunos de ellos.
BBVA, explica su director de formación corporativa, Ángel Hernández Rilova, proyecta la sede de su universidad, que tiene ya siete años de andadura, en la futura sede del banco en Madrid. Este año ha reducido algo su presupuesto, que, no obstante, se eleva a 40 millones de euros y se dirige a todos los empleados del grupo en el mundo.
Los centros universitarios de empresa, explica Vives, son un fenómeno reciente que se está desarrollando con fuerza en Europa (donde empezaron a surgir en los años noventa, siguiendo los pasos de Estados Unidos) y en España, desde los años 2000. Y no son característicos de ningún sector en concreto, sino de compañías particulares que los ponen en funcionamiento como elemento estratégico y creador de cultura propia.
Son destacables, en su opinión, modelos norteamericanos como el de McDonald's,
Disney, Motorola, Alcatel-Lucent y
Accenture. En Europa, la lista es algo más extensa, según los expertos, que citan entre otras empresas con universidades: Axa, ABB, AGFA,
Allianz, Henkel, Capgemini,
Credit Suisse, EDF, ENI, ERGO,
BT, DaimlerChrysler, Deustche Bank,
Banco Espírito Santo, Maersk, MLP,
Novartis, Swiss Re, Turkcell y
Volkswagen, entre otras.
En España, Gas Natural es el ejemplo pionero (de 2001), al que han seguido Telefónica, Ferrovial, Grupo Santander, BBVA,
Asepeyo, Indra, Everis, NH y
Acciona.
"Las empresas europeas coincidimos en que tener un campus propio marca la diferencia. Se convierte en un centro de reflexión y aprendizaje", afirma José Ángel Fernández Izard, director de la universidad de Gas Natural, la cual se integra en una red continental de acreditación de centros de formación corporativos (European Foundation for Management Development) junto a 14 compañías más.
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