Los toros, según Goya y Picasso
Fuengirola exhibe 66 grabados sobre la visión del toreo de ambos artistas
Una visión única del mundo del toreo a través de los ojos de dos de los maestros de la pintura: Goya y Picasso. Son 66 grabados en los que ambos artistas escudriñan el mundo del toro, con un siglo de diferencia entre ellos. La Casa de la Cultura de Fuengirola (Málaga) acoge esta apasionante exposición salida de los fondos de la Banca March.
La Tauromaquia de Goya y Picasso exhibe estas obras de la madurez de ambos artistas que, enfrentadas, se antojan como un diálogo entre ambos, cuyo hilo conductor es el genio creativo y la capacidad para aplicar nuevas técnicas que muestran ambos pintores.
Al margen de cualquier nota folclorista, tanto Goya como Picasso se adentran en el arte del toreo, al que llegan tras interpretar cada uno el tratado titulado La Tauromaquia o Arte de Torear, de José Delgado, un prestigioso torero del siglo XVIII más conocido por su seudónimo: Pepe Illo.
Ambos fueron renovadores de la técnica del grabado. Goya empleó el grabado en aguatinta con la finalidad de obtener efectos de fondos sobrios, en negro o grises, así como el uso de las tintas planas que le permitían recortar las siluetas de los personajes. Por su parte, Picasso experimentó con la técnica del aguatinta en azúcar, en boga en su época, obteniendo así calidades propias de la acuarela, ganando en expresividad.
Se cree que Goya debió grabar unas 44 láminas sobre la tauromaquia, en torno a los años 1814-1816. Los 40 grabados que se exponen en Fuengirola muestran el origen de las corridas de toros y su evolución histórica, recogiendo estampas de los matadores más conocidos de la época. Esta serie termina, precisamente, con la muerte del maestro Pepe Illo en Madrid en 1801.
Por su parte, Picasso siempre tuvo una estrecha relación artística con la figura del toro, animal que llegó a sustituir su propia figura en muchas escenas amorosas de sus obras en la década de los 30. Sus 26 aguatintas al azúcar fueron creadas en 1957 en París, tras asistir el pintor a una corrida en la plaza de Arlés. En ellas, Picasso se acerca especialmente al toro, animal que describe no sólo en sus volumetrías, sino también en la sutileza de su complexión.
en la casa de la cultura de fuengirola (málaga). hasta el 27 de noviembre. de 09.30 a 14.00 y de 16.30 a 22.00. gratis.
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